Los afiliados a la "Obra 18 de Julio", sin asistencia
El Instituto Nacional de Previsi¨®n est¨¢ anunciando a los afiliados de la Obra 18 de Julio la rescisi¨®n obligatoria de los contratos que les un¨ªan con los servicios asistenciales de un organismo que te¨®ricamente depende, desde 1971, de la Seguridad Social. Con estas medidas, y dado que no se han arbitrado otro tipo de asisteiricias inmediatas, el INP deja desasistidas a un buen n¨²mero de personas que desde los tiempos del Movimiento Nacional hab¨ªan elegido el citado organismo (o hab¨ªan sido obligados a integrarse en ¨¦l) para poder disfrutar de unos servicios sociales y asistenciales. Tanto en Madrid como en distintas provincias la medida ha producido reacciones en contra que, seg¨²n los casos, van a contratarse en acciones de protesta y de planteamiento de alternativas a tal medida.Este malestar se ha manifestado especialmente en los jubilados adscritos a la Obra Asistencial 18 de Julio, quienes en Madrid han programado para ma?ana, lunes, una manifestaci¨®n delante del edificio del Instituto Nacional de Previsi¨®n.
El problema de los afiliados a la Obra 18 de Julio, cuya incorporaci¨®n total a la Seguridad Social se ha retrasado m¨¢s de lo marcado por la ley, por razones burocr¨¢ticas, y que ha prodiacido el consiguiente perjuicio para los asociados, se hab¨ªa visto agravado en los ¨²ltimos tiempos a causa de que deb¨ªan hacer efectivas sus cuotas -cuyos totales oscilan entre trescientas y seiscientas pesetas- en una sola oficina de Madrid (cerca de Legazpi), por no estar admitido domiciliar el pago en ninguna otra agencia del Instituto, entidad bancaria o Caja de Ahorros.
Parecido problema se ha planteado en la incorporaci¨®n del personal no sanitario de la Obra del 18 de Julio, personal que deb¨ªa haber pasado, seg¨²n la ley, a depender del Instituto Nacional de Previsi¨®n. Desde el 1 de abril de 1971, fecha en que por decreto ley se integr¨¦ la Obra del 18 de Julio en la Seguridad Social y en el que se daba un a?o de plazo para su cancelaci¨®n total, el personal no sanitario de estos centros se vio particularmente perjudicado, ya que carec¨ªa de bases o estatutos y el INP no ha sabido c¨®mo integrar a estas personas, que se han visto perjudicadas.
A finales de febrero de 1977 el personal no sanitario todav¨ªa no estaba integrado en la plantilla del INP a pesar de sus m¨²ltiples peticiones de incorporaci¨®n. El personal no incorporado hab¨ªa denunciado tambi¨¦n que la absorci¨®n total hab¨ªa reportado hasta entonces tres problemas concretados en una determinada clase de enfermos, generalmente los incurables, en la carencia de asistencia social y en la escasez de medios.
A estos centros llegaban en su inmensa mayor¨ªa los enfermos que se consideraban sin posibilidad de recuperaci¨®n o bien los que ten¨ªan problemas socioseniles. La concentraci¨®n de este tipo de enfermos produc¨ªa serias dificultades al personal, m¨¢xime cuando los centros carec¨ªan de asistentes sociales, cuyas funciones las asum¨ªa por motivos humanitarios el personal no sanitario.
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