La espa?ola cuando vota...

El trabajo llevado a cabo por el tandem Fagoaga-Saavedra ha dado como resultado un conciso, claro y concreto libro-documento, dirigido fundamentalmente a incrementar la informaci¨®n y formaci¨®n de las mujeres espa?olas. Se trata de un trabajo objetivo que recoge la corta historia del voto femenino en Espa?a, desde sus primeros indicios durante la dictadura de Primo de Rivera hasta octubre de 1931, fecha en que se consigui¨® el voto para la mujer sin ning¨²n tipo de restricciones. Ni qu¨¦ decir tiene que, a partir de entonces, no pas¨® ni mucho menos a ejercer papel alguno de protagonismo. La mujer no fue elemento clave, ni en el triunfo de las derechas en 1933, ni en el de las izquierdas en 1936, porque salvo excepciones, continuo siendo, a pesar de su reci¨¦n estrenado voto, la gran marginada de la sociedad espa?ola.Superado el par¨¦ntesis de los tres a?os de guerra civil, en los que la mujer juega un papel reconocidamente activo, se inicia el largo per¨ªodo franquista, tiempos que duran casi cuarenta a?os y en los que las mujeres han de limitar su persona a las dimensiones de esposa y madre. Se trata de d¨¦cadas muy importantes para la evoluci¨®n de las mujeres y as¨ª vemos c¨®mo europeas y americanas, a partir del fin de la segunda guerra mundial, comienzan una escalada que ya no cesa y que tiene como fin la conquista de sus propios derechos y de unas leyes justas en lo que se refiere a igualdad de los sexos corno personas completas que son ambos.

En la era de Franco las mujeres carecen de cualquier peso pol¨ªtico (es de se?alar que tampoco el peso pol¨ªtico de los hombres se ha dado en demas¨ªa). Ahora bien, la exclusi¨®n de la mujer ha sido m¨¢s espec¨ªfica. Una revista oficial publicaba en 1939, ?En Espa?a, la mujer tiene un papel principal que desempe?ar, que es el de forjar hogares dichosos, en el seno del m¨¢s elevado sentido de la tradici¨®n y el alma espa?ola, que la desean esposa y madre, ante todo, d¨¢ndole al hombre los puestos de responsabilidad rectora y la tarea de ganar el pan y engrandecer la naci¨®n.?

Pero a pesar de los pesares, y con todo el atraso correspondiente, que supone una escasa formaci¨®n y una m¨ªnima participaci¨®n en el mundo del trabajo, el Movimiento Feminista espa?ol, iniciado por algunos elementos de primera fila como fue Clara Campoamor y obligado a pasar por largos a?os de catacumba, resurge vivo y muy vivo, dispuesto, no s¨®lo a recuperar el tiempo perdido, sino a aprovechar las oportunidades todav¨ªa cortas que ofrece el presente y con una gran esperanza de que vendr¨¢n tiempos mejores.

Las autoras de La espa?ola ante las urnas finalizan su libro presentando al lector un completo panorama del Movimiento Feminista hoy, que se encuentra extendido por toda Espa?a, preparado para jugar su baza en un pr¨®ximo futuro democr¨¢tico. El abanico feminista espa?ol abarca desde los programas de las m¨¢s t¨ªmidas reivindicaciones reformistas hasta las declaraciones de principios de las m¨¢s radicales, pasando por todos los estadios intermedios.

El feminismo avanza decidido con un denominador com¨²n, aqu¨¦l que Harriet Taylor Mill se?alara ya hace un siglo: ?Por nuestra parte, estamos convencidas de que la divisi¨®n de la humanidad en dos castas, una que nace para gobernar y otra para ser gobernada, lejos de ser apropiada, es un da?o incalificable, una fuente de perversi¨®n y desmoralizaci¨®n para la clase favorecida y para aquellos a cuya costa son favorecidos; y que no produce ninguno de los beneficios que por rutina se le atribuyen, sino que forma una barrera, casi infranqueable mientras dura, contra toda mejora vi tal en el car¨¢cter y en la condici¨®n social de la especie humana.?

?Qu¨¦ van a votar las mujeres en las ya pr¨®ximas elecciones? El trabajo de C. Fagoaga y P. Saaveera evita el profetizar y, por tanto, no aventura opiniones, se limita a contarnos sencilla y llanamente lo que hay. A continuaci¨®n, habr¨¢ que decir como en los toros: ?Que Dios reparta suerte. ?