Arrabal: "Siempre he sido anarquista"
Ayer paso por el aeropuerto internacional de Barajas
Poco antes de las once de la ma?ana de ayer, en vuelo de Iberia y procedente de Sao Paulo (Brasil) llegaba a Barajas Fernando Arrabal. En el terreno internacional del aeropuerto, sin cruzar lan frontera espa?ola, Arrabal pasar¨ªa algunas horas, antes de continuar su viaje a Par¨ªs. Y las dos primeras las dedic¨® a la prensa madrile?a, en una rueda apocal¨ªptica, indignada, expresiva.
Cargada de gestos Siempre he sido anarquista!, dijo. Cinco folios de declaraciones en torno al affaire con Marsillach. Y luego, un tenso y caliente turno de preguntas. ?No puedo volver a Espa?a -dijo- mientras un solo preso pol¨ªtico siga en las c¨¢rceles. Y s¨®lo los mismos presos podr¨ªan pedirme volver. Ahora que est¨¢n olvidados por todos, en la c¨¢rcel, es la ¨²nica forma de presi¨®n que tengo para que salgan. Y la voy a seguir manteniendo.?Arrabal, seg¨²n sus declaraciones. echa la culpa ?al ala Beria del Partido Comunista? de lo ocurrido en Barcelona con su obra El arquitecto. Tres nombres recogen todassus iras: Marsillach-Arroyo -el decorador- y Hormig¨®n, cr¨ªtico teatral. Dice: ?Mi obra El arquitecto v el emperador de Asiria se tergiversa, se le a?ade un texto que no es m¨ªo, se sustituye su mensaje por otro opuesto a mi filosof¨ªa y que me repugna y odio como el peor fascismo, se hace un escarnio de mi obra.... pero all¨¢ est¨¢n los perros pastores de Brejnev, los inquisidores de tantos quemaderos, los polic¨ªas exteriores del PC sovi¨¦tico" dispuestos a violar mi esp¨ªritu y mi obra, y encolerizados porque denuncio el desafuero, me quieren hacer pasar por irracional, paranoico o por sufrir complejo de persecuci¨®n.? ?Del b¨²nker franquista -dijo- recib¨ª el ¨²nico premio que puede recibir un poeta sin sonrojo: la censura o la calumnia. Oue el ala inquisitorial del PC me ataque tambi¨¦n, es un honor inestimable.?
Dirigidas a Santiago Carrillo y Ram¨®n Tarnames -de los que dijo esperar ?que est¨¦n en el ala m¨¢s noble del PCE?- y tras apuntar en sus ideas anarquistas y libertarias la posibilidad de la base del ataque, lanz¨® dos preguntas p¨²blicas: ??Es posible que Hormig¨®n y otros Pozuelos act¨²en por cuenta propia sin recibir consigna alguna de la direcci¨®n del partido?, y, ?es posible que el ala gangrenada del PC consiga contrarrestar toda consigna de liberaci¨®n interna?? De est¨¢s dos preguntas, y la que afirm¨® ser su postura vital, esperaba surgiera una pol¨¦mica en el seno del propio partido, vital para la cultura espa?ola.
M¨¢s tarde lanzar¨ªa un ultim¨¢tum de veinticuatro horas al director, al decorador, a Marsillach y a Hormig¨®n, inst¨¢ndoles a probar la existencia de un contrato con otra empresa, en torno a los derechos de El arquitecto, y asimismo, que muestren su autorizaci¨®n escrita a los cambios producidos en el texto. Es decir, la carta de Arrabal que dice poseer Marsillach. Y clama, por fin, por la legalizaci¨®n de todos los partidos que a¨²n no lo est¨¢n, y por la consecuci¨®n de la campa?a pro amnist¨ªa.
La verdad siempre es revolucionaria
Las constantes alusiones a los tanques sovi¨¦ticos, a la conjuraci¨®n estalinista en contra de su obra, a su posici¨®n de perseguido y calumniado crec¨ªan m¨¢s por el lenguaje apocal¨ªptico y terrible. M¨¢s tarde, Arrabal aclarar¨ªa a EL PAIS: ?Cuando el PCE era clandestino, hab¨ªa que defenderlo, como a todos los partidos obreros. Pero ahora est¨¢ felizmente dentro de la ley, es uno m¨¢s, y hay que decir lo que hace mal para bien de la futura sociedad espa?ola, y de su propia ala revolucionaria. Yo no soy un Soljenitsin, y condeno paralelamente los tanques de Praga y los de Pinochet. Como todos los revolucionarios del mundo. S¨®lo que me niego a silenciar lo que pienso de todas las inquisiciones, aunque supusiera mi suicidio. La verdad siempre es revolucionaria, el que quiera presentarme como de derechas, peor para ¨¦l. ?Efectivamente -dijo- hay dos corrientes ideol¨®gicas en el teatro actual: los que difamando a Brecht, mi hermano, se dicen brechtianos, y lo insultan y utilizan, muerto, para mayor gloria de sus dogmas, como Franco con Teresa de Avila, que viva, ser¨ªa una mujer perseguida por ¨¦l. La otra es la de los que buscan, de la manera m¨¢s inesperada, la justicia ya y la libertad, pero que, por su manera y su pasi¨®n libertaria choca con los dogmatismos... El problema no es s¨®lo de est¨¦tica, ni siquiera de ¨¦tica. Es un problema de libertad.?Y despu¨¦s, cerrando la rueda, dir¨ªa con un pel¨ªn de emoci¨®n: ?Hablar de Espa?a es volver de los conceptos a los sentimientos. A todos nos cuesta no volver. Pero no me pid¨¢is que d¨¦ la espantada y deje a esos chicos en la c¨¢rcel. El precio no es mayor que el que queramos pagar, y os aseguro que para m¨ª es muy frustrante no estar hoy en Espa?a, participando en el cambio fabuloso que est¨¢ dando este pa¨ªs. Pero ese c¨¢ncer de presos tiene que terminarse. Es la ¨²ltima secuela del franquismo.?
Babelia
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