Cr¨ªticas y escepticismo del Este ante la conferencia de la OTAN
Los pa¨ªses socialistas han reaccionado entre esc¨¦pticos y molestos frente a la cumbre de la OTAN, en Londres. Seg¨²n Pravda, de Mosc¨², en el comunicado final de la conferencia se aprecia un contrasentido: mientras se habla de distensi¨®n y de fomento de la confianza internacional, en el mismo texto se hace un llamamiento en favor de un aumento del potencial militar de la Alianza occidental.El diario sovi¨¦tico alude a unas diferencias de criterio dentro de la OTAN a consecuencia de una nueva visi¨®n norteamericana sobre la ?defensa de Occidente?: Estados Unidos -se?ala- pretende ayudar a las deprimidas econorn¨ªas europeas encomendando a los aliado occidentales la financiaci¨®n de nuevos sistemas armamentistas.
La agencia Tass calific¨¢ de ?peligrosas;> las conclusiones de la cumbre de Londres, por ver en ellas un conjunto de ?medidas de revancha? en lugar de un esquema defensivo. La amenaza para Occidente -comenta Trybuna Ludu, de Varsovia, no proviene del Este europeo, sino de la propia estructura econ¨®mico-pol¨ªtica del capitalismo. En ese sentido, el refuerzo de la Alianza occidental significar¨ªa un recurso dirigido contra las reivindicaciones emanadas desde la propia base estructural de los pa¨ªses occidentales.
Quiz¨¢ el medio inforinativo socialistarn¨¢s duro en sus cr¨ªticas sea Rude Pravo, de Praga, que atribuye al presidente Carter haber olvidado sus promesas electorales.
Mientras el presidente norteamericano prometi¨® durante la campa?a electoral una reducci¨®n del presupuesto de defensa en ocho o nueve mil millones de d¨®lares, una vez elegido redujo la cifra a cinco o seis mil. Al final, la disminuci¨®n qued¨® en trescientos millones. Esto, seg¨²n la prensa checa, dificulta la credibilidad del presidente norteamericano. En Londres, Carter ha hablado de ?medios de persuasi¨®n estrat¨¦gicos? como respaldo de quienes en el Este europeo claman por la defensa de los derechos humanos. Con esto el presidente ha dejado bien claro hacia d¨®nde conduce su campana en favor de estos derechos. El camino trazado por el presidente en Londres -concluye Rude Pravo-, no lleva, desde luego, a la paz?.
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