El Rayo recupera su fortaleza
El Rayo cumpli¨® su objetivo frente al Alav¨¦s. Y lo alcanz¨® con seguridad y autoridad. Se dej¨® dominar, pero sin renunciar al ataque, y tuvo incluso m¨¢s claras ocasiones de marcar que su rival. El partido lo concluy¨® con plena autoridad f¨ªsica y claridad de ideas mientras el Alav¨¦s se estrellaba una y otra vez con la defensa madrile?a.Mal, muy mal comenz¨® el partido para el Rayo. Gonz¨¢lez persigui¨® con fuerza un bal¨®n que acab¨® en poder de Rodri y ¨¦ste se encar¨® con el argentino. Iban cinco minutos de juego y a esto sucedieron unas il¨®gicas y malintencionadas entradas de Odriozola a los delanteros vallecanos. Estos aguantaron lo suyo y se dedicaron a jugar. En liza estaba el ascenso a Primera Divisi¨®n y se trataba de no perder. Garc¨ªa Verdugo no cay¨® en el error de ordenar una defensa a ultranza. Gonz¨¢lez y Alvarito siempre permanecieron en posiciones ofensivas y apoyados por un abundante centro del campo pusieron en m¨¢s de una ocasi¨®n nervioso al cuadro alav¨¦s. El primer tiempo fue de contenci¨®n. Pocas veces tuvo que intervenir Rodri, pero otro tanto pod¨ªa decirse de Alc¨¢zar. La labor de Uceda fue inconmensurable en los primeros minutos. ?l fue quien puso freno a los balones que se escaparon a Anero o Luna y el trampol¨ªn de lanzamiento para el contragolpe de su equipo. De esta manera el primer tiro a puerta del Alav¨¦s no lleg¨® hasta los veinticinco minutos. Despu¨¦s s¨ª hubo dos ocasiones apuradas para Alc¨¢zar; la primera, salvada magn¨ªficamente por ¨¦l tras un tiro libre de Vidal como consecuencia de una falta al borde del ¨¢rea, que no fue; la segunda fue un fallo garrafal de Urqu¨ªa, quien, completamente desmarcado, tir¨® de volea desviado.
En la segunda parte, el planteamiento t¨¢ctico del Rayo comenz¨® a dar sus frutos. Go?i era el encargado del marcaje de Francisco, y al estar ¨¦ste en el centro del campo, o le marcaba a costa de dejar solo al no muy seguro Morgado o se colocaba junto a ¨¦ste, dejando libre al madrile?o. Ninguna de las dos soluciones era buena, pero, adem¨¢s, Rial, agazapado por la izquierda, se qued¨® solo, pues Trona ten¨ªa misiones atacantes y el Rayo entonces pudo montar perfectos contraataques, r¨¢pidos y a un solo toque, en los que Felines puso su veteran¨ªa e inteligencia. Fue precisamente ¨¦ste quien pronto puso a prueba a Rodri; al cuarto de hora de ¨¦ste segundo per¨ªodo era Alvarito quien pis¨® el ¨¢rea en posici¨®n de gol, pero cay¨® en la equivocaci¨®n de buscar un penalti, lo que facilit¨® la grotesca situaci¨®n de la ca¨ªda del jugador, brazos en alto, mientras el defensa se llevaba limpiamente el bal¨®n.
La meta del Rayo s¨®lo pas¨® por una peligrosa situaci¨®n en este per¨ªodo. Una mala interpretaci¨®n de la defensa propici¨® dos ?melees? consecutivas, salvadas, bajo los palos, con la suerte en los rebotes favorable a los madrile?os. El partido, no obstante, estaba perfectamente controlado por el Rayo, que en los ¨²ltimos minutos busc¨® la victoria. La tuvo Gonz¨¢lez en sus pies, pero emul¨® el fallo de Urqu¨ªa en la primera parte y el bal¨®n tambi¨¦n sali¨® desviado. El ¨²ltimo cartucho fue para Felines, que no se arriesg¨® a rematar desde lejos un centro atrasado de Alvarito y, al igual que ¨¦ste antes, se intern¨® en el ¨¢rea en busca de la m¨¢xima falta.
El Rayo, de nuevo con Francisco y Gonz¨¢lez, adquiri¨® una gran fortaleza en Mendizorroza, espl¨¦ndido campo que aguant¨®, sin notarse, la intensa lluvia ca¨ªda durante el d¨ªa. Ahora ser¨¢ Guzm¨¢n el que pida una entrada en el equipo, y, en breve, Ferm¨ªn. El Rayo est¨¢ dispuesto a volver a pisar firme en este final de Liga.
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