Mobutu y sus tropas celebran la victoria
??Viva el presidente fundador!? La. frase es coreada estent¨®rearri, ente por los componentes de la divisi¨®n Karnanyola, del coronel Ikuku, a la vez que aseguran, a gritos, que,est¨¢n dispuestoa a ofrendar su vida por la integridad y unidad (le Zaire.Mobutu, vestido con Iraje de campa?a y cubierto con un casco de acero donde campean las tres estrellas de ?general enjefe?, saluda con visible satisfacci¨®n a la compa?¨ªa que rinde honores en esta localidad, -importante nudo ferroviario y de comunicaciones, ocupado recientemente por los zaire?o-marroqu¨ªes.El primer mandatario (le Zaire inspecciona las tropas), pasa a trav¨¦s de una doble hilera de arqueros que apuntan sus flechas envenenadas hacia los aleda?os de la calle principal, por donde ?puede venir el enernigo?.Tranquilidad y algunos casquillosPero la impresi¨®n de normalidad es total. El grupo de periodistas invitado a visitar Kasajise pasea con toda tranquilidad por la calle principal, una franja de tierra polvorienta y rojiza en la cual se encuentran todav¨ªa algunos casquillos de fusil autom¨¢tico.
Al ?rente de una de las casas de ladrillo se observa una pila de fundas de obus¨¦s de origen norteamericano y a su lado un arn.asijo de cartas y de tarjetas postales que debieron pertenecer a los inquilinos.
Con fruici¨®n un tanto siniestra algunos periodistas toman en sus manos las postales: im¨¢genes de Italia y de Francia con frases de cari?o al dorso..
Mientras tanto, el elemento esencial de toma de Kas,aji es la presencia del primer pris¨ªonero de guerra angole?o. Pero ?cu¨¢l es la prueba de que este indiv:iduo, intacto f¨ªsicamente y anegado en sollozos, es angole?o?
Seg¨²n sus declaraciones, proceder¨ªa de la tribu Owimbanibo, y sus jefes le habr¨ªan enviade a Zaire indic¨¢ndole que el objetivo final de la ofensiva era la localidad de Lumumbashi.
El helic¨®ptero presidencial de Mobutu permanece custodiado por las fuerzas zaire?as, mientras los marroqu¨ªes, en n¨²mero inferior, observan el panorama con curiosidad, como si el conflicto de Shaba no les incumbiera.En dos ocasiones se observa el vuelo estrepitoso de los aviones Aerornacchi zaire?os cargados de bombas bajo las alas, que se dirigen aparentemente hacia el frente, .a treinta kil¨®metros de Kasaj i, pero incluso sus vuelos, as¨ª como el de un avi¨®n Mirage, no llegan a condicionar una atm¨®sfera de guerra.Los consejeros militares franceses coinciden con los marroqu¨ªes en que, militarmente, el conflicto est¨¢ en su fase final y, entre bromas, aseguran que est¨¢n dispuestos a regresar como turistas.La batalla final
Las fuerzas zaire?o-marroqu¨ªes se encuentran actualmente a menos de noventa kil¨®metros de Dilolo, punto en el cual se supone que se producir¨¢ la batalla final de la guerra de Shaba. Sandoa y Kapanga, donde se cre¨ªa que los katangue?os presentar¨ªan resistencia, est¨¢n a punto de ser evacuadas' por los ex gendarmes de forma voluntaria.
Tal es la versi¨®n gubernamental, la cual insiste sobre el estado de desmoralizaci¨®n y de hambire del enemigo.Mal lugar para las guerrillasUna de las preguntas formuladas al coronel lkuli,jefe del Estado Mayor zaire?o -que se re¨²ne con los inf¨®rmadores para comentar la situaci¨®n-, es saber si hay posibilidades de que la guerra de Shaba prosiga a nivel de guerrillas.
Seg¨²n Ikuli, esto es improbable porque el terreno se presta poco para la guerrilla. Lo hemos podido confirmar personalmente en elvuelo realizado a baja altura entre Kolwezi y Kasaji.
La sabana zaire?a es una llanura regular, azotada por el sol, y con raros desniveles en su terreno, cubierta por ¨¢rboles y arbustos de talla inferior y sin posibilidad alguna de poder subsistir gracias a los recursos naturales, a pesar de que Kasaji es considerada como la ?capital de la pi?a? aludiendo a su principal cultivo.
Uno de los asuntos que preocupa a los consejeros militares franceses, seg¨²n la conversaci¨®n sostenida con ellos, es el car¨¢cter del armamento utilizado por los katanguenos.
Si sejuzga a trav¨¦s de las pruebas presentadas en Kasaji, ese arma.mento no ser¨ªa ni sofisticado ni de gran importancia: Minas antitanque de pl¨¢stico, obuses de mortero de sesenta y ochenta mil¨ªmetros, y proyectiles antitanque de 83 mil¨ªmetros (todo ello de procedencia sovi¨¦tica), algunos fusiles de modelo portugu¨¦s y gran n¨²mero de rifles ind¨ªgenas, que aqu¨ª se califican como armas ?pupa?.
?Significa ello que los katangue?os han sido embarcados en una dif¨ªcil aventura por sus jefes, como aqu¨ª se afirma de forma reiterada? Ser¨ªa dificil responder a esta pregunta. Lo ¨²nico que puede asegurarse es que la disposici¨®n del terreno en Katanga no se presta a la guerrilla, que si los invasores contaban con el apoyo de la poblaci¨®n local, la t¨¢ctica de tierra calcinada utilizada por los zaire?o-marroqu¨ªes ha destruido sus ilusiones y, sobre todo, que a nivel de apoyolog¨ªstico, la intervenci¨®n de la aviaci¨®n zaire?a se ha revelado de una gran eficacia.
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