Nuevas tensiones por Berl¨ªn
Berl¨ªn, ?piedra de toque de la distensi¨®n europea?, seg¨²n acostumbra a decir el Gobierno de Bonn, depara un nuevo conflicto ideol¨®gico de inusitada crudeza dial¨¦ctica. Tras la declaraci¨®n cuatripartita de Londres, suscrita por las tres potencias occidentales vencedoras en la ¨²ltima guerra mundial, m¨¢s la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA), tanto el Oeste como el Este no han escatimado provocaciones.Durante la sesi¨®n de la directiva socialdem¨®crata celebrada en Berl¨ªn occidental para decidir el futuro del jefe juso Benneter, el canciller Schmidt insisti¨® en que el acuerdo cuatripartito tiene absoluta validez para el conjunto de la antigua capital del Reich, con lo que atribuye a las potencias occidentales una posibilidad de injerencia en las cuestiones propias de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA). Sin embargo, la URSS no tendr¨ªa derecho alguno a intervenir en Bonn. En cuanto al muro berlin¨¦s que separa los tres sectores occidentales del oriental, Schmidt dijo que ?es un testimonio inhumano de un r¨¦gimen absolutamente absurdo?.
Las palabras del canciller federal han provocado una inmediata respuesta del secretario general del Partido Socialista Unif¨ªcado (comunista) de la RDA, Erich Honecker, durante el congreso de los sindicatos de su pa¨ªs: desde la construcci¨®n del muro el 13 de agosto de 1961 los berlineses, seg¨²n Honecker, ?no tienen en su bolsillo ninguna mano extra?a, porque en el muro termina el alcance del imperialismo?. ?Estos se?ores -dijo m¨¢s adelante- est¨¢n justificando la existencia del muro berlin¨¦s.? La misma observaci¨®n fue hecha por el propio Honecker apenas conocido el comunicado de Londres.
Incidente en Mosc¨²
La tensi¨®n originada entonces se ha acentuado progresivamente tras el desfile de las fuerzas aliadas occidentales, despu¨¦s de cinco a?os de ausencia en las calles berlinesas inmediatas a la puerta de Brandenburgo. Por parte oriental, en las ¨²ltimas horas se ha producido un incidente entre la polic¨ªa y ocho ciudadanos sovi¨¦ticos de origen alem¨¢n que se propon¨ªan pedir asilo pol¨ªtico en la embajada de Bonn en Mosc¨². Una vez m¨¢s ha surgido la sospecha sobre esta acci¨®n de los germano-sovi¨¦ticos, pocos d¨ªas despu¨¦s de que el encargado de relaciones del Partido Socialdem¨®crata, Egon Bahr, dijese desde Mosc¨² que ?los sovi¨¦ticos no est¨¢n interesados en dificultar las relaciones con la RFA por el problema berlin¨¦s?, baremo fundamental para medir el grado de distensi¨®n vigente.Bajo esta serie de conflictos parciales se esconde, quiz¨¢s, el prop¨®sito de sovi¨¦ticos y norteamericanos de hacer valer sus propias posiciones tanto en el encuentro de Vance y Gromiko en Ginebra, como en las conferencias para el desarme y para la retirada de tropas, que pr¨¢cticamente acaban de recomenzar en forma sincronizada.
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