Pretensi¨®n y mediocridad

La historia de Inocencio form, burlescamente titulada La fuerza del destino, no trae mala suerte, llegado al teatro Arlequ¨ªn. Se trata de ocho mon¨®logos, sin el menor inter¨¦s dram¨¢tico, cuya frialdad y petulancia se coordinan mal con mim¨¦tica vejez que sufren y nos hacen padecer. Su autor es Eugenio Griffero, que entra en sicoan¨¢lisis como el toro en la cacharrer¨ªa. Como en el viejo cuer lo bueno no es original y lo original no es bueno.Roberto Villanueva, excelente animador del fenecido e inolvidable di Tella boanerense, reitera algunas de sus experiencias de calle Florida, principalmente en estupenda organizaci¨®n visual con un espect¨¢culo que articula sus brillantes vol¨²menes en una geometr¨ªa no horizontal que aprovecha al m¨¢ximo el funcional espacio elaborado por Citrnovsky. En ese espacio de Luis Fischer concierto de solista. Es un autor mediano y convencional. Su voz es mon¨®tona y de escasos registros para el gran atrevimiento. No hay proporci¨®n alguna entre la altura del empe?o y la cortedad de la relizaci¨®n. Es triste decir que este el tipo de gestos dram¨¢ticos que no va a hacernos ning¨²n bien, ni a nosotros ni a quienes lo intenta No hay que confundir la experimentaci¨®n dram¨¢tica con la gratuidad. Ni siquiera en el sufrido Manizales aguantar¨ªa la audiencia este trasnochamiento fantasmal insuficiente. Aqu¨ª no hay opci¨®n el texto es malo y la expresi¨®n corporal floja. ?Por qu¨¦?