Objetivos pol¨ªticos comunes de Espa?a y Portugal

El presidente de la Rep¨²blica de Portugal, general Antonio Ramalho Eanes, y el rey de Espa?a, don Juan Carlos I de Borb¨®n, reafirmaron ayer -con motivo del primer viaje oficial del presidente portugu¨¦s al extranjero y de la primera visita a Espa?a de un jefe de Estado desde la subida al trono de don Juan Carlos- la amistad entre ambos pa¨ªses, la existencia de intereses y objetivos comunes y la voluntad mutua de resolverlos de manera conjunta.

El presidente de Portugal lleg¨® al aer¨®dromo militar de Getafe a las cuatro de la tarde, acompa?ado de su esposa y de los ministros de Negocios Extranjeros, Medeiros Ferreira, y de la Defensa, coronel Mario Firmin¨®. Al pie del avi¨®n, el general Ramalho Eanes y su esposa fueron recibidos por los Reyes, don Juan Carlos y do?a Sof¨ªa, acompa?ados del vicepresidente primero para Asuntos de la Defensa, teniente general Guti¨¦rrez Mellado; ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, y ministro del Aire, teniente general Franco Iribarnegaray. Fuerzas del Ejercito del Aire rindieron honores.Al filo de las cuatro y media de la tarde aterriz¨® en el Patio de la Armer¨ªa, junto al palacio de Oriente, el primero de los tres helic¨®pteros que trasladaron desde Getafe a las personalidades del s¨¦quito del presidente portugu¨¦s y a las personalidades espa?olas que acudieron a recibirle. A las cinco menos cuarto lleg¨®, asimismo, a la plaza el cuarto helic¨®ptero, en el que viajaban los Reyes de Espa?a y el presidente de la Rep¨²blica portuguesa y su esposa.

Despu¨¦s de pasar revista a las tropas de los Ministerios del Aire y de Marina y de la Divisi¨®n Acorazada Brunete -un soldado de esta ¨²ltima sufri¨® minutos antes un desvanecim lento y hubo de ser retirado para ser atendido-, que rindieron honores.

Ambos jefes de Estado entraron por la escalera de honor del palacio de Oriente, y en la antec¨¢mara don Juan Carlos impuso a la esposa de Ramalho Eanes la banda de dama de la orden de Isabel la Cat¨®lica, y al presidente portugu¨¦s el gran collar de la Orden de Isabel la Cat¨®lica. Por su parte, el general Ramalho Eanes impuso a la Reina la Gran Cruz de la Orden de Cristo, y al Rey, el gran collar de la Orden del Infante don Enrique el Navegante.

A continuaci¨®n, don Juan Carlos y el general Ramalho Eanes celebraron una conversaci¨®n en la c¨¢mara regia, a la que m¨¢s tarde se incorporaron el presidente del Gobierno, Adolfo Su¨¢rez; los ministros de Asuntos Exteriores de ambos pa¨ªses, se?ores Oreja y Medeiros; el de Defensa de Portugal, coronel Firmino Miguel, y los embajadores de Portugal en Madrid y de Espa?a en Lisboa, se?ores Pires Fern¨¢ndez y Rodr¨ªguez-Porrero.

Despu¨¦s, el general Eanes y su esposa se trasladaron en helic¨®ptero a Aranjuez, en cuyo palacio real residir¨¢n durante su estancia en Espa?a, que concluir¨¢ el pr¨®ximo jueves.

Cena en el palacio de Oriente

Anoche, don Juan Carlos ofreci¨® al presidente de Portugal y a su esposa una cena en los salones del palacio Real, a la que asistieron los ministros portugueses y otras personalidades del s¨¦quito del general Ramalho Eanes, as¨ª como los miembros del Gobierno espa?ol, presidente de las Cortes y altos organismos, Cuerpo Diplom¨¢tico, altas autoridades civiles y militares.

Al t¨¦rmino de la cena, don Juan Carlos pronunci¨® un importante discurso antes de brindar por la felicidad personal del presidente Eanes y su esposa ?y por la prosperidad y ventura del pueblo portugu¨¦s?.

El Rey, tras dar la bienvenida a sus hu¨¦spedes, destac¨® el hecho de que sea Espa?a el primer pa¨ªs visitado oficialmente por el presidente portugu¨¦s. ?Bajo vuestra firme direcc¨ª¨®n, superados momentos inciertos -dijo despu¨¦s don Juan Carlos-, Portugal ha establecido la democracia y afronta su destino en paz y libertad.?

?En el empe?o de constituir una democracia pluralista -a?adi¨® el Rey- nos encontramos una vez m¨¢s con Portugal, y sabemos los esfuerzos de vuestro pueblo y vuestro Gobierno por edificar una sociedad libre y justa en que a todos alcance el bienestar y la prosperidad.?

Don Juan Carlos se refiri¨® al momento actual como ?excepcional para potenciar y estrechar las relaciones de todo orden que unen Espa?a y Portugal? y terminar con el ?ensimismamiento excesivo que a veces casi ha enajenado la atenci¨®n y el afecto que nos deb¨ªamos?.

Tras varias referencias hist¨®ricas al universalismo de los pueblos peninsulares, don Juan Carlos manifest¨® que es necesario tambi¨¦n que el di¨¢logo hispano-portugu¨¦s ?sirva para proyectar hacia la Iberoam¨¦rica que habla nuestras lenguas el est¨ªmulo, la presencia y la colaboraci¨®n de estas sus dos naciones hermanas?. Para ello, ?nuestros Gobiernos habr¨¢n de buscar, con imaginaci¨®n, f¨®rmulas que actualicen, y potencien esa cooperaci¨®n deseada?.

Por ¨²ltimo, el Monarca espa?ol se dirigi¨® en portugu¨¦s al general Eanes, evocando los recuerdos de su infancia, transcurrida en tierras portuguesas y reiterando la necesidad de que ambos pa¨ªses estrechen sus relaciones.

Tras el brindis del Rey, el presidente de la Rep¨²blica portuguesa, general Ramalho Eanes,agradeci¨® la invitaci¨®n de que hab¨ªa sido objeto, junto a su esposa, y aludi¨® tambi¨¦n a los lazos hist¨®ricos entre ambos pa¨ªses, a pesar de ?los inevitables conflictos?.

El general Eanes se refiri¨® despu¨¦s a las grandes l¨ªneas del Portugal renovado que representa -integraci¨®n social y econ¨®mica en Europa, participaci¨®n en los esquemas integrados de la defensa europea y permanencia de la vocaci¨®n universalista- y asegur¨®: ?Estrecharemos la colaboraci¨®n con Espa?a por considerar a nuestros pa¨ªses interlocutores privilegiados en el di¨¢logo con las Am¨¦ricas, Africa y Oriente?, como parte coherente de su proyecto universalista.

En la actual realidad, el general Eanes expres¨® la certeza de que la voluntad del pueblo espa?ol y de su Gobierno ?va camino de esa realidad y de esa evoluci¨®n democr¨¢tica donde hab¨¦is desempe?ado ya y, ciertamente, continuar¨¦is desempe?ando papel de gran relieve?. Y a?adi¨®: ?Creo ha ber dejado bien claro que Portugal, sin interferir en los problemas internos de Espa?a, pretende afirmar, con mi presencia en este momento, anticip¨¢ndose a circunstancialismos pol¨ªticos, el deseo de colaboraci¨®n con Espa?a, independientemente de los reg¨ªmenes establecidos, dentro de la garant¨ªa de la defensa de los de rechos del hombre y del respeto por la soberan¨ªa de otros pueblos.? El presidente de Portugal pidi¨® a los comensales que le acompa?ar¨¢n finalmente en un brindis por la felicidad personal de los Reyes y por la prosperidad de Espa?a.