Otra m¨¢s

Eran las dos menos cuarto de la madrugada cuando gozoso con templaba una escena esperada durante bastantes a?os por m¨ª: militantes de un partido de izquierdas (no Importa cu¨¢l) pegaban sus carteles electorales en la glorieta de Cuatro Caminos, mientras que un jeep de la Polic¨ªa Armada se limitaba a observarles.Desgraciadamente, poco dur¨® mi satisfacci¨®n; tres Land Rover particulares, cargados de din¨¢micos j¨®venes, aparecieron; sus ocupantes, excepto los conductores, bajaron al asafalto provistos de largos palos y cadenas, persiguiendo y golpeando a los pac¨ªficos pega-carteles que cumpl¨ªan con su deber de informar a los ciudadanos de su alternativa frente a las pr¨®ximas elecciones. Yo ya supon¨ªa que los tristemente famosos ?incontrolados? no iban a permanecer inactivos durante el per¨ªodo electoral, pero mi indignaci¨®n no ha podido soportar el contemplar c¨®mo la Polic¨ªa Armada, que seg¨²n sus ¨²ltimas declaraciones est¨¢ para defender al pueblo, y en todo caso siempre para defender el orden p¨²blico, tomaba las de Villadiego, es decir, se marchaba, permitiendo lo que, por estar perfectamente claro, no necesita de mayor explicaci¨®n.