Primeras medidas a adoptar para una reforma agraria en Espa?a
Parece que en las eternas conversaciones que los representantes espa?oles mantienen con los eur¨®cratas del Mercado Com¨²n. la ¨²ltima t¨¢ctica de estos consiste en afirmar que ser¨¢ dif¨ªcil aceptar la integraci¨®n de la agricultura espa?ola en la europea mientras no se realice en nuestro pa¨ªs una reforma agrarial.Aparte de la evidente improcedencia de tal tipo de exigencia a corto plazo y aparte tambi¨¦n del complicado proceso. electoral que se vive en estos momentos en Espa?a, lo cierto es que hay algunas medidas de aplicaci¨®n inmediata (f¨¢cilmente suscribibles por numerosos partidos pol¨ªticos y no s¨®lo los de izquierda) que podr¨ªan significar un primer tratamiento terap¨¦utico para la deficient¨ªsima estructura de la propiedad de la tierra en nuestro pa¨ªs. Estas medidas se refieren de un lado a posibles experiencias- piloto de explotaci¨®n colectiva de la tierra. y de otro al establecimiento de un orden de prelaci¨®n en la expropiaci¨®n de tierras por motivos de inter¨¦s social.
En cuanto a las experiencias de nuevas formas de explotaci¨®n. parece lo m¨¢s indicado utilizar a estos fines parte del enorme arsenal de tierras en poder del Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario (primer terrateniente del pa¨ªs) que se hallan repartidas por todos los puntos de la geograf¨ªa de forma que se establecieran granjas-piloto bajo la tutela del propio instituto con su apoyo econ¨®mico y t¨¦cnico.
As¨ª se podr¨ªan alcanzar diversos objetivos simult¨¢neamente: en primer lugar se da una funci¨®n espec¨ªfica a un organismo que cuenta con m¨¢s t¨¦cnicos que el propio Ministerio de Agricultura y que actualmente se encuentra sin contenido suficiente dadas sus posibilidades, en segundo lugar se permite contrastar para las diversas agriculturas existentes en nuestro pa¨ªs una serie de experiencias ya realizadas en otras latitudes haci¨¦ndolo en condiciones ¨®ptimas, casi de ?laboratorio?; y en tercer lugar se aislan de una vez los aspectos t¨¦cnicos y econ¨®micos de la reforma agraria como contraposici¨®n a los meramente pol¨ªticos, con lo que el debate sobre esta cuesti¨®n gana en objetividad y claridad..
En cuanto a la definici¨®n de un orden de prelaci¨®n en las futuras expropiaciones de tierras por razones sociales (que ning¨²n partido civilizado niega) se tratar¨ªa de ganar tiempo y evitar improvisaciones que en este terreno, resultan fatales.
As¨ª por ejemplo, habr¨ªa que empezar por hacer un inventario de las tierras en poder de municipios del Norte que son. despu¨¦s del IRYDA. quiz¨¢ los m¨¢ximos terratenientes del pa¨ªs; hace ya muchos a?os que se habla de estas tierras como un obst¨¢culo supuestamente insalvable para el desarrollo racional de la ganader¨ªa vacuna en la cornisa. cant¨¢brica y en Galicia. Si ello es cierto (aqu¨ª no se afirma ni se niega), esas son las primeras tierras a expropiar y poner en explotaci¨®n.
Luego est¨¢n los grandes latifundios de la Mancha v Extremadura en manos de propietarios t¨ªpicamente absentistas. Sin duda que muchos de ellos podr¨ªan resultar buenos campos de pr¨¢cticas para las experiencias contrastadas en las granjas del IRYDA sin que la producci¨®n nacional se resintiera mucho al ausentarse definitivamente los actuales absentistas.
Existe otro fondo de tierras quiz¨¢ m¨¢s pol¨¦mico pero no menos importante. Se trata de las tierras que son propiedad de emigrantes ya pr¨¢cticamente definitivos y, que se hallan -incultas- a la espera de subidas de precio de car¨¢cter especulativo. Aunque el problema parece ser general en las dos Castillas, es m¨¢s acentuado en zonas pr¨®ximas a grandes ciudades como es el caso de las provincias de Avila y Segovia con respecto a Madrid. Si este hecho es tan real como se afirma caben dos posibilidades: o impuestos a mansalva sobre esas tierras o expropiaci¨®n.
Por ¨²ltimo existen los latifundios en manos de propietarios no absentistas con fuerte iniciativa empresarial. Es nuestra opini¨®n que tales propiedades han de situarse en el ¨²ltimo lugar de la lista de las ?expropiables? ya que solamente ser¨ªa justificable su nacionalizaci¨®n en base a situaciones sociales insostenibles (el paro en Andaluc¨ªa podr¨ªa llegar a ser una de ellas) que han de resolverse a¨²n a costa de un m¨¢s que posible descenso en la productividad.
Gobierno y partidos tienen la responsabilidad de ir a temas concretos como estos en sus programas, y cuanto antes mejor.
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