La muerte del cisne
Desear¨ªa manifestar p¨²blicamente mi extra?eza por un acontecimiento pol¨ªtico reciente. Hace algunos meses surgi¨® en Madrid, de la mano de Jos¨¦ Mar¨ªa de Areilza y de P¨ªo Cabanillas, lo que en teor¨ªa deb¨ªa ser la opci¨®n de centro, un centro democr¨¢tico verdadero que hab¨ªa sido promovido por el Partido Popular por los se?ores antes citados.El Partido Popular, en realidad la federaci¨®n de partidos populares de las distintas regiones de Espa?a, pretend¨ªa aglutinar en su entorno a liberales, democristianos y socialdem¨®cratas. La operaci¨®n estaba ya pr¨¢cticamente concluida y el centro democr¨¢tico en marcha auguraba una mayor¨ªa electoral que permitiese la reforma constitucional y la implantaci¨®n verdadera de la democracia...
Regresemos al presente. El Centro Democr¨¢tico se ha transformado en la Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico. El se?or Areilza ha sido ?sutilmente defenestrado? (pero no pol¨ªticamente muerto). El motor de la operaci¨®n ya no es el Partido Popular sino otro ?muy distinto?. ?Qu¨¦ ha pasado pues con el PP? Podr¨ªamos decir que ha sido forzosa y paulatinamente difuminado cual cisne pr¨®ximo a exhalar su ¨²ltimo suspiro democr¨¢tico. El Partit Popular de Catalunya presidido por Antonio de Senillosa, fiel a sus principios e integridad democr¨¢tica, ha preferido una honrosa ?no concurrencia? a estas elecciones antes que ser v¨ªctima de la manipulaci¨®n, desvincul¨¢ndose adem¨¢s de la Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico.
El canto del cisne es bello, pero triste. Afortunadamente a¨²n queda alguien para escuchar y, en su, d¨ªa, repetir los democristianos suspiros.
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