Cinco d¨ªas para dejar de fumar / y 5

Y llegamos al final. Hay optimismo entre los asistentes. Por lo menos un 70 % de han dejado de fumar. Se constata cuando alguien propone pedir que no se permita fumar en los medios de transporte p¨²blico. La sugerencia se acoge con un fuerte aplauso. Cuando se pide que levanten la mano quienes apoyan la petici¨®n, mil brazos se ponen en pie. Es d¨ªa de agradecimientos. Se siente que hay optimismo que en efecto, se ha dejado de fumar.Comienza la sesi¨®n con la habitual pel¨ªcula: una madre que va a dar a luz, fumadora, tiene una lesi¨®n coronar¨ªa. Hay que intervenir. Muere. Otra vez el tabaco. Es que cuando una mujer embarazada fuma, cada pitillo aumenta los latidos, del feto en quince o veinte por minuto. Y lo que es peor, nacer¨¢ nicotinizado, predispuesto al tabaquismo. El hijo de madre fumadora, no siente los s¨ªntomas de rechazo de la nicotina. Ser¨¢ fumador empedernido.

Se ve el tabaco ya desde lejos. Realmente los 2.000 asistentes a estas conferencias hemos dejado de fumar. Llevamos tres, cuatro, cinco d¨ªas sin fumar un solo pitillo. Vemos ya el tabaco como algo lejano.

Un ex fumador que asiste se pone en pie para advertir: ?Yo hab¨ªa dejado de fumar. Me hab¨ªa costado mucho trabajo. Cuando cre¨ª que ten¨ªa dominado el vicio se me ocurri¨® una noche encender un pitillo. Aquello fue fatal. Ojo.?

El doctor Smith interviene desde el estrado: ?Recuerden lo que dec¨ªamos hace unos d¨ªas: vamos a sacar los clavos de nuestro ataud.Pero la nicotina es as¨ª: al sacar los clavos deja agujeros. Esos fallos de voluntad son los agujeros que dejen ir cerr¨¢ndose poco a poco. Porque, eso s¨ª la gran suerte de nuestro organismo es que puede perfectamente recuperarse del a?o que le hemos estado haciendo?

El peso

El doctor Valtue?a, por su parte, tras definir y explicar el enfisema, se refiri¨® a los problemas del peso. Casi todo el que deja de fumar, engorda. Hay varias causas, y por tanto, puede combatirse en distintos frentes. Se engorda, primero porque se come m¨¢s. Al suprimir el tabaco, hay m¨¢s apetito. Por otra parte, las papilas gustativas se liberan del gusto anestesiante del cigarro, y se le extrae a los alimentos mejor y mayor sabor. Adem¨¢s, y seg¨²n se ha demostrado, var¨ªa el metabolismo basal, de forma que bajan las necesidades cal¨®ricas del individuo. Quiz¨¢ la causa hay que buscarla en la normalizaci¨®n de las funciones interiores. Los latidos son m¨¢s lentos, m¨¢s correctos, el ritmo de respiraci¨®n tambi¨¦n disminuye. Y en definitiva, el organismo funciona m¨¢s despacioso, sin ese espasmo generalizado que supone cada chupada a un cigarrillo.

Para combatir el aumento de peso debe partirse de ingesti¨®n de dieta equilibrada y poco cal¨®rica. El doctor Valtue?a insisti¨® en la necesidad y conveniencia a de continuar por alg¨²n tiempo el r¨¦gimen, abundante de frutas y verduras.

Por otra parte, aconsej¨® hacer, un d¨ªa a la semana, el r¨¦gimen del primer d¨ªa del plan.

La mayor¨ªa ha dejado ya de firmar en estos cinco d¨ªas. Debe seguirse todav¨ªa con el r¨¦gimen abundante de l¨ªquidos, frutas y verduras. No comer excitantes. Evitar caf¨¦ y alcohol, La curva nicot¨ªnica va descendiendo de forma que la intensidad del deseo de fumar es cada vez menor. Ir¨¢ descendiendo hasta el d¨ªa decimosexto, en que desaparecer¨¢ plenamente. Pero no puede olvidarse que el tabaco es tambi¨¦n un vicio social, y un vicio de gestos. B¨²squese un sustituto para sus manos. B¨²squese una labor manual para descansar. Y suerte.