lzko y Garmend¨ªa, extra?ados a Noruega

A primera hora de la tarde de ayer llegaron al aeropuerto militar de Oslo los antiguos militantes de ETA, Francisco Javier Izko de la Iglesia, condenado a muerte en 1970 por el asesinato del polic¨ªa Melit¨®n Manzanas, y Jos¨¦ Antonio Garmendia Artola, condenado a muerte en 1975, acusado de la muerte del guardia civil Gregorio Posada, ambos excarcelados por el Gobierno espa?ol a primera hora de la ma?ana del lunes.

Un reducido grupo de doce personas (entre ellas su antiguo compa?ero de ETA I?aki Sarasketa, excarcelado asimismo y conducido a Noruega el pasado jueves) les dio la bienvenida a Oslo apenas descendieron del avi¨®n militar espa?ol (un H¨¦rcules del Ej¨¦rcito del Aire) que les hab¨ªa trasladado del aer¨®dromo militar madrile?o de Getafe. Izko y Garmend¨ªa fueron entregados por los cinco polic¨ªas gubernativos que les escoltaron desde Madrid a un representante del Ministerio noruego de Asuntos Exteriores, en presencia de tres representantes del comit¨¦ de refugiados de Noruega, entidad que les acoger¨¢ durante el tiempo que dure su estancia en este pa¨ªs, y unos pocos periodistas no ruegos y espa?oles.Entre sus primeras declaraciones a los periodistas, apenas hab¨ªan respirado el primer aire de libertad en esta tarde fr¨ªa y lluviosa de la primavera noruega, despu¨¦s de ocho a?os y medio de c¨¢rcel, Izko y Garmend¨ªa dijeron estar muy satisfechos de encontrarse libres y estar en Noruega, aunque lamentan el hecho que ellos consideran injusto de no poder regresar a Euskadi. Seg¨²n ellos mismos, el Gobierno espa?ol no les ofreci¨® otra alternativa que viajar a Noruega, opci¨®n que ellos aceptaron y firmaron el pasado mi¨¦rcoles, al mismo tiempo que Sarasketa, por lo que no se explican el hecho de haberles retenido en el penal de Oca?a durante cino d¨ªas.

?Desde luego -explicaron en Oslo Izko y Garmend¨ªa- no se debi¨® a dificultades administrativas como publicaron los peri¨®dicos espa?oles, sino m¨¢s bien a dificultades creadas por algunos estamentos del Ej¨¦rcito y de la Guardia Civil. De cualquier forma, nos alegramos de estar libres y en Oslo.?

Izko y Garmend¨ªa explicaron que les fue comunicada la decisi¨®n del Gobierno espa?ol de volar a, Noruega en la noche del domingo al lunes, a trav¨¦s del director del penal de Oca?a, y que poco despu¨¦s de las siete de la ma?ana fueron conducidos desde ese penal al aer¨®dromo de Getafe por la Guardia Civil para ser embarcados en el avi¨®n militar espa?ol a las ocho de la ma?ana. La llegada a Oslo se produjo cuatro horas y media m¨¢s tarde. Seg¨²n sus declaraciones, el vuelo, a pesar de resultar muy pesado, fue bastante agradable ?porque era un vuelo hacia la libertad?, y el trato por parte de la polic¨ªa que les escolt¨® fue bastante correcto. Como Sarasketa, no viajaron esposados, a diferencia de los que lo hicieron hace diez d¨ªas a Bruselas. Ambos tienen quejas, en cambio, del trato que recibieron durante los cinco d¨ªas que permanecieron en el penal de Oca?a -?los d¨ªas m¨¢s intensos que he vivido en mi vida?, dijo Izko-, por los malos tratos de orden moral que recibieron. ?Pero eso ya queda atr¨¢s?, dijeron.

Con aire cansado -?llevamos treinta y seis horas sin dormir y en tensi¨®n?-, despistados, tristes y en com pa?¨ªa de l?aki Sarasketa, fueron introducidos en un autom¨®vil particular, junto con el funcionario noruego y los representantes del comit¨¦ de refugiados, y trasladados al centro de la ciudad, al mismo chalet donde est¨¢n instalados I?aki Sarasketa y su esposa. Los tres ex etarras vivir¨¢n juntos el tiempo que dure su estancia en Oslo. Como Sarasketa, Izko y Garmend¨ªa podr¨¢n optar entre ser turistas o refugiados pol¨ªticos. Y como a aqu¨¦l, el Gobierno noruego no les ha impuesto condiciones, s¨®lo algunas recomendaciones.

Apenas llegados. a su nueva vida, a la casa en la que habitar¨¢n en Oslo, Izko y Garmend¨ªa se pusieron en contacto con sus familiares en el Pa¨ªs Vasco, para comunicarles que estaban libres y en Oslo. Francisco Javier Izko habl¨® por tel¨¦fono con su mujer -Jone Dorronsoro, ex etarra como ¨¦l y condenada en el mismo consejo de guerra de Burgos, en el 70, por lo que pas¨® en prisi¨®n ocho a?os-, la cual viajar¨¢ en fecha pr¨®xima a este pa¨ªs. Jos¨¦ Antonio Garmend¨ªa, soltero, habl¨® por tel¨¦fono con sus padres y hermanas. El ex condenado a muerte en el a?o 75 por su participaci¨®n en la muerte de Gregorio Posada, en compa?¨ªa de Beotegui (fusilado en septiembre de 1975, unos d¨ªas antes de la muerte de Franco), tiene todavia bien visible una cicatr¨ªz a la altura de la sien derecha, producida por un disparo recibido,en el momento de su detenci¨®n. Su estado f¨ªsico es bueno, pero su estado mental deja que desear, sus reflejos son lentos y ha quedado da?ado de por vida.