La familia Ybarra ofrece cien millones a los secuestradores

, Hacia la una de la tarde de ayer, despu¨¦s de un largo viaje de casi veinticuatro horas acompa?ado de fuerte escolta policial, lleg¨® a la isla francesa de Porquerolle el dirigente etarra Miguel Angel Apalategui Ayerbe (Apola), acusado en medios oficiales espa?oles de ser el responsable principal del secuestro de Javier de Ybarra.La decisi¨®n de las autoridades francesas de deportar al inc¨®modo reh¨¦n fue adoptada ya el s¨¢bado -seg¨²n anticip¨® EL PAIS-, aunque no se hizo efectiva hasta anteayer, apenas unas horas antes de que el Ministerio de Asuntos Exteriores espa?ol presentara oficialmente una demanda de extradici¨®n que tiene, seg¨²n todos los indicios, muy pocas posibilidades de ser concedida.

Los otros dos vascos -Angel Gurmindo y Jos¨¦ Mart¨ªnez de la Fuente-, que fueron detenidos junto con Apala, el pasado jueves, en las proximidades de San Juan de Luz y a bordo de un Seat-127 robado, fueron puestos en libertad sin cargos el s¨¢bado ¨²ltimo.

El confinamiento de Apala en la isla de Porquerolle sin acusaci¨®n alguna por parte del juez, pese a la situaci¨®n irregular en que se encontraba, hace crecer las sospechas de que en efecto el etarra es un aval para garantizar la vida del secuestrado Javier de Ybarra. La amenaza de extradici¨®n no seria sino una forma m¨¢s de presionar sobre los comandos especiales que presuntamente ¨¦l dirige para que pongan en libertad al secuestrado.

Por lo que se refiere a la marcha del secuestro, estos hechos parecen eliminar la posibilidad de un desenlace tr¨¢gico, aunque tampoco hay razones que por el momento permitan anticipar un r¨¢pido final. Las noticias se filtran gota a gota y como ¨²nico dato nuevo cabe a?adir que el pasado viernes tuvo lugar un nuevo contacto entre la familia y los secuestradores.

Esta entrevista, ¨²ltima de la que tenemos noticias, fue solicitada por el negociador de la familia Ybarra para hacer llegar un nuevo ofrecimiento de cien millones de pesetas. Al parecer, los interlocutores se encontraban muy nerviosos porque acababan de conocer la noticia de la detenci¨®n de Apala y no hubo manera de avanzar un solo paso.