Los otros socialistas: del rojo al amarillo
APARTE DEL PSOE, son varios los partidos que invocan la ideolog¨ªa socialista. Digamos, de antemano, que la mayor¨ªa de los militantes de esos grupos (los partidos regionales, el PSP, los veteranos entre los ?hist¨®ricos?) son inequ¨ªvocamente socialistas y tienen, por lo mismo, igual derecho que sus compa?eros del PSOE a considerarse como tales. La unidad de la familia socialista, necesaria de todo punto, encuentra su raz¨®n ¨²ltima de ser en la homogeneidad ideol¨®gica, que debe hacerse compatible con las tendencias particulares en su seno.Algunos dirigentes del PSOE han declarado que el pacto electoral con el PSC (Partido Socialista Catal¨¢n), la absorci¨®n de Convergencia Socialista de Madrid y los acuerdos con los min¨²sculos grupos de Murcia y Le¨®n han clausurado el proceso unitario entre organizaciones, lo que da idea de su concepci¨®n patrimonial y estrecha del campo socialista. En el extremo opuesto no faltan quienes opinan que incluso grupos socialdem¨®cratas, actualmente refugiados en el Centro, podr¨ªan ser recuperados para un partido socialista unitario; esperanza que sin duda esconde una visi¨®n equivocada de las ideolog¨ªas de izquierda.
Reforma Social Espa?ola (integrada en parte por antiguos falangistas que hacen una ins¨®lita lectura socialista de Jos¨¦ Antonio), el PSDE (pr¨®digo en escisiones y dimisiones, y muy alejado del esp¨ªritu de su creador, Dionisio Ridruejo) y el llamado PSOE hist¨®rico (a quien el Ministerio de la Gobernaci¨®n, en clara infracci¨®n del art¨ªculo 3 de la ley de Asociaciones, reconoci¨® las siglas del partido de Pablo Iglesias) formaron una alianza socialista democr¨¢tica de corta vida. Tras la separaci¨®n del partido que preside el se?or Cantarero del Castillo, los dos grupos restantes, apoyados y jaleados por el Gobierno hace unos meses con el prop¨®sito de debilitar la fuerza electoral del PSOE, se han visto repentinamente abandonados a sus propios recursos. Sus sombr¨ªas perspectivas electorales son la consecuencia directa de esa fr¨ªa decisi¨®n del Poder, que busca ahora otras coartadas m¨¢s veros¨ªmiles para una apertura a la izquierda.
El PSP (Partido Socialista Popular, que preside eI profesor Tierno) tiene una historia complicada y una trayectoria pol¨ªtica zigzagueante. Nacido en torno a la personalidad del se?or Tierno, quien cre¨® en los a?os cincuenta un grupo denominado ?funcionalista? y colabor¨® activamente en la mon¨¢rquica Uni¨®n Espa?ola. el n¨²cleo dirigente de esta organizaci¨®n descubri¨® o explicit¨® su vocaci¨®n socialista s¨®lo a comienzos de la d¨¦cada de los sesenta. El entonces secretario general del PSOE. se?or Llopis, y los recelos de los militantes de base cerraron a este grupo de intelectuales las puertas del partido. llev¨¢ndoles la situaci¨®n a fundar el llamado Partido Socialista del Interior, que luego ser¨ªa rebautizado como Partido Socialista Popular.
La negativa del PSOE a ingresar en la Junta Democr¨¢tica, creada en julio de 1974, dio al PSP la inesperada oportunidad de ocupar su lugar, como fuerza socialista, en esa plataforma, al igual que los se?ores Calvo Serer y Garc¨ªa Trevijano pasaron a desempe?ar, sin duda abusivamente, el papel de representantes de la ?derecha civilizada?. En esa alianza, la ¨²nica fuerza importante y no sustitutiva era el Partido Comunista, que dio su espaldarazo al PSP como ?socialismo de izquierda?. La otra cualificaci¨®n del PSP, su vocaci¨®n ? tercermundista ?, se relaciona con la decisi¨®n de la II Internacional de concentrar su ayuda econ¨®mica y moral en el PSOE, y con la consiguiente necesidad de buscar fuentes de financiamiento en pa¨ªses no europeos a trav¨¦s de partidos que s¨®lo muy imaginativamente cabe rotular como socialistas. En este sentido, las denuncias formuladas por otros grupos contra el PSOE por la ayuda europea que recibe pueden ser interpretadas como la renuncia a la blanca mano de una Do?a Leonor que anteriormente les hab¨ªa rechazado.
Pese a su izquierdismo y tercermundismo, el PSP contin¨²a siendo un partido de escasa implantaci¨®n obrera y de militancia predominantemente intelectual y de clase media. Por lo dem¨¢s, sus declaraciones radicales -Tierno gusta de presentarse como marxista y revolucionario- nunca fueron tomadas al pie de la letra ni por los aparatos represivos del franquismo, ni, por los dos Gobiernos de la Monarqu¨ªa, ni por los ¨®rganos de opini¨®n de la derecha conservadora, lo cual hace pensar que ese izquierdismo verbal est¨¢ destinado sobre todo al consumo de los sectores radicalizados de su base. El PSP no termina de perfilar su concreta propuesta socialista ni de precisar sus diferencias ideol¨®gicas con el PSOE. Tambi¨¦n en su seno coexisten tendencias contrapuestas -moderadas y radicales, fabianas y marxistas- a las que mantiene en unidad la personalidad del se?or Tierno, por otra parte m¨¢s pr¨®xima a la tradici¨®n laica, moralista y pedag¨®gica de Izquierda Republicana que a cualquiera de las corrientes del PSOE de preguerra.
Faltan datos para valorar adecuadamente la anunciada disponibilidad del se?or Tierno a formar parte del Gobierno despu¨¦s de las elecciones; Si el PSP pactara con grupos del Centro, los dem¨®crata cristianos y el propio PSOE un programa coherente de gobierno. su acceso al poder no perjudicar¨ªa a la unidad socialista. Pero si. en solitario, el partido del se?or Tierno. a cambio de obtener alguna cartera ministerial. pusiera a sus congresistas y senadores a disposici¨®n del se?or Su¨¢rez para que ¨¦ste completara una mayor¨ªa parlamentaria y diera verosimilitud a la ?apertura a la izquierda?. no s¨®lo su imagen se deteriorar¨ªa gravemente ante quienes piensan que ?responsabilidad? no es sin¨®nimo de gubernamentalismo, sino que meteria en un callej¨®n sin salida al proceso unitario.
Quedan, finalmente, los partidos socialistas regionales de la antigua FPS. que. salt¨® en pedazos tan pronto como las elecciones fueron convocadas. Algunos de esos grupos se presentan a las urnas con el PSOE. que no vacil¨® en pasar por alto el r¨ªgido mandato del Congreso sobre la innegociabilidad de las siglas para llegar a un acuerdo pragm¨¢tico con la m¨¢s importante de esas organizaciones. el Partido Socialista de Catalu?a. Los partidos socialistas de Andaluc¨ªa. Arag¨®n y Baleares y la fracci¨®n minoritaria valenciana han establecido pactos electorales con el PSP. que les permiten beneficiarse de las facilidades concedidas en RTVE a las coaliciones amplias y obtener financiaci¨®n. Otros, finalmente acuden a las elecciones en solitario (Galicia) o en alianzas de izquierda: los grupos de Asturias y Euskadi. la fracci¨®n mayoritaria valenciana y el Movimiento Socialista en Castilla.
La desuni¨®n y encono de los grupos socialistas en las regiones que no son ?nacionalidades hist¨®ricas? (donde la clientela est¨¢ claramente delimitada por la lengua y, la inmigraci¨®n) se explica por la circunstancia de que el ?hecho regional? no tiene densidad suficiente como para privar de implantaci¨®n a los partidos organizados a escala nacional. No deja de ser significativo que en la ejecutiva del PSOE figuren varios sevillanos. para quienes seguramente el redescubrimiento del ?poder andaluz? por el PSA (Partido Socialista Andaluz) no justifica las pretensiones hegem¨®nicas de ¨¦ste. En cualquier caso. los pactos de los antiguos partidos miembros de la Federaci¨®n con el PSOE y el PSP demuestran que la unidad socialista no puede conseguirse por el camino de la federaci¨®n de partidos regionales aut¨®nomos. sino que exige f¨®rmulas m¨¢s pr¨®ximas al partido de estructura federal o a la pragm¨¢tica soluci¨®n ideada por el PCE.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.