El hecho vasco y el Gobierno Su¨¢rez

Miembro del Partido Nacionalista Vasco. Candidato al Senado por Navarra. Ex ministro de Justicia de la II Rep¨²blica. Ex diputado foral de Navarra.Cuarenta a?os de r¨¦gimen autoritario han dado lugar a una situaci¨®n confusa y abigarrada en, todos los territorios del Estado espa?ol. A los motivos de orden gen¨¦rico se unen en el Pa¨ªs Vasco los de car¨¢cter espec¨ªfico para llevar a la confusi¨®n dramatismo. La nota oficial del Consejo de Ministros celebrado el 20 de mayo ¨²ltimo enuncia como pol¨ªtica del Gobierno ?la amnist¨ªa corno instrumento de reconciliaci¨®n? y ?una institucionalizaci¨®n de las regiones?.

?Estos principios -a?ade- figuraban ya en su declaraci¨®n program¨¢tica y no se han regateado esfuerzos para convertirlos en realidad.? Otros problemas concretos que afectan al pueblo vasco y que vienen arrastr¨¢ndose desde hace m¨¢s de un siglo no han podido resolverse en el breve plazo de diez meses y no podr¨¢n tener una soluci¨®n definitiva mientras no existan unos representantes del pueblo legitimados por las urnas.

La ley abolitoria de los Fueros de Alava,_Vizcaya, Guip¨²zcoa y Navarra es, en efecto, de 25 de octubre de 1839, y la que dej¨® sin efecto los restos forales de las tres primeras lleva fecha de 1876. Es, pues, acertado el acuerdo del Consejo de Ministros al afirmar que el problema vasco lleva planteado m¨¢s de un siglo.

El Gobierno de Su¨¢rez ha hecho muchas cosas bien. Su primera alocuci¨®n fue recibida en toda la Pen¨ªnsula, de manera singular en el Pa¨ªs Vasco, como mensaje de esperanza. Pero vamos a relacionar algunos hechos sucedidos con posterioridad. Un comit¨¦ reuni¨® a las oposiciones para establecer di¨¢logo permanente con el Gobierno. ?Qu¨¦ ha sucedido de aquel comit¨¦?

El Ayuntamiento de Echarri-Aranaz convoc¨® a todos los municipios vascos para tratar de los problemas esbozados en la declaraci¨®n ministerial. El jefe del Gobierno recibi¨® con albricias esta convocatoria, llegando a comentar con el miembro vasco de aquella comisi¨®n la posibilidad de concurrir personalmente a la asamblea, para escuchar la voz de los ayuntamientos vascos; en efecto, al d¨ªa siguiente el ministro de la Gobernaci¨®n prohib¨ªa la reuni¨®n de la asamblea de municipios y, dos d¨ªas despu¨¦s, losreun¨ªa ¨¦l, por separado, navarros y vascos occidentales, para estimular diferencias hist¨®ricas entre unos y otros, dificultando. de tal guisa hasta impedir el desarrollo de aquella proyecci¨®n.

El propio jefe del Gobierno, tras admitir la celebraci¨®n del Aberri Eguna, o D¨ªa de la Patria Vasca, dijo a los representantes de oposici¨®n que" para aquella fecha, no habr¨ªa un solo preso pol¨ªtico vasco en las c¨¢rceles del Estado ni exiliados pol¨ªticos vascos fuera de su tierra. La verdad es que el Aberri Eguna fue prohibido y que a¨²n quedan presos pol¨ªticos vascos tras las rejas y exiliados a los que se persigue hasta en su refugio fuera de fronteras. A petici¨®n del ministro de la Gobernaci¨®n de Madrid, el ministro del Interior franc¨¦s ha puesto en residencia forzosa, en una isla del Mediterr¨¢neo, a diez exiliados vascos. Once veces solicit¨® audiencia el comit¨¦ de las oposiciones para pedir al jefe del Gobierno concreci¨®n a su promesa de establecer un sistema auton¨®mico provisional para los dos pa¨ªses que hab¨ªan disfrutado r¨¦gimen de estatuto de autonom¨ªa otorgado por la Rep¨²blica. Al computar el desaire y falta de respuesta las once veces, se disolvi¨® el comit¨¦, por estimar que el Gobierno Su¨¢rez es incapaz de establecer un r¨¦gimen de di¨¢logo con las oposiciones.

El hecho vasco no es ciertamente excepcional. El Estado espa?ol es el ¨²nico pa¨ªs civilizado del mundo en el que no ha podido celebrarse la Fiesta del Trabajo del 1 de mayo: Desde la Ciudad Vaticana hasta Pek¨ªn, pasando por todo el abanico de situaciones pol¨ªtico-sociales de la Tierra, los trabajadores tuvieron su d¨ªa. Donde no lo tuvieron es en el Estado espa?ol, con invocaci¨®n del orden p¨²blico. Los ciudadanos no hemos olvidado que la escuela pol¨ªtica en la que Su¨¢rez se gradu¨® era de las que prefer¨ªa la injusticia al desorden. Y esto nos lo recuerdan singularmente a los vascos las fuerzas dichas del orden que, obedientes al Gobierno, siembran de cad¨¢veres nuestros pueblos y ciudades.

Vamos a una elecciones generales con Ayuntamientos, Diputaciones y organismos administrativos de todo g¨¦nero puestos en las mismas manos que los han venido poseyendo desde hace cuarenta a?os. Los partidos pol¨ªticos y sindicatos sociales han pasado de la catalepsia o la clandestinidad en cuarenta a?os, a las arenas electorales, para cuyo juego el ¨²nico bien preparado es el Gobierno. ?Hasta qu¨¦ porcentaje de democracia puede ser atribuido a la consulta electoral llamada para el 15 de junio?

El hecho vasco es una realidad tangible, representada por el Gobierno vasco en el exilio, donde su presidente, se?or Leizaola, asistido de sus consejeros, espera a que en Euskadi surja la instituci¨®n representativa del pa¨ªs para que aquel hecho tenga continuidad. Pero hubiera sido m¨¢s satisfactorio para nosotros y mejor para el Gobierno, y sobre todo para el Estado, que la silueta marcada por el presidente Su¨¢rez en su presentaci¨®n al pa¨ªs hubiese continuado con la misma orientaci¨®n pol¨ªtica que llen¨® de esperanza las monta?as vascas y todo el ¨¢rea de la democracia peninsular.