Masculino,femenino
El cine comercial espa?ol ha descubierto el fil¨®n inagotable del sexo como motor de la taquilla, pero lo est¨¢ utilizando mal, con la mayor torpeza imaginable, prodigando, hasta el extenuamiento los desnudos innecesarios, repulsivos, in¨²tiles, capaces de acabar con el .entusiasmo de cualquier celt¨ªbero vocacional. Vicente Aranda, un cineasta muy preocupado desde siempre -Las crueles, La novia ensangrentada, Clara es elprecio...por la condici¨®n femenina, parece haber aprovechado este c¨®modo fil¨®n con esta ¨²ltima obra, aunque el parecido es s¨®lo coyuntural. Pocos cineastas han demostrado a lo largo de los a?os una preocupaci¨®n m¨¢s coherente y sostenida hacia unas posturas ideol¨®gicas muy claras de defensa de la mujer y exaltaci¨®n de sus caracter¨ªsticas, sin caer por otra parte, en la c¨®moda actitud paternalista o feminista.Cambio de sexo, pues, no se limita a plantear el eterno tema con la ¨®ptica habitual en la industria ci nem ato gr¨¢fica espa?ola, sino que representa el ¨²ltimo estadio de una reflexi¨®n f¨ªlmica rigurosa que ya empez¨®, de forma inequ¨ªvoca, en Fata morgana, hace m¨¢s de diez a?os. El propio director, en un folleto de presentaci¨®n de la pel¨ªcula, se pregunta si vale la pena tratar elcaso cl¨ªnico -as¨ª iba a llamarse, en principio,. la obra- de un transexual, un individuo indeciso entre los dos sexos, con planteamientos afectivos y biol¨®gicos bien distintos.
Cambio de sexo
Dirigida por Vicente Aranda; escrita por Vicente Aranda y Joaqu¨ªn Jord¨¢. Fotograf¨ªa, N¨¦stor Almendros. Int¨¦rpretes: Victoria Abril, Lou Castel, Bibi Andersen, Fernando Sancho, Rafaela Aparicio.
Aranda ha sabido profundizar en una v¨ªa que le es familiar y el an¨¢lisis de Jos¨¦ Mar¨ªa/ Mar¨ªa Jos¨¦, convincentemente encarnado por Victoria Abril, le da pie para ahondar en una amplia serie de claves de la convivencia cotidiana en nuestro pa¨ªs. M¨¢s que un caso cl¨ªnico -y en este sentido, el t¨ªtulo definitivo es m¨¢s ajustado, lo mismo que el internacional, Quiero ser una mujer- encontramos el desarrollo de una grave inadaptaci¨®n entre persona y ambiente, la tensa y dolorosa contradicci¨®n entre unos dispositivos biol¨®gicos y unas funciones sociales f¨¦rreas. El mayor acierto de esta pel¨ªcula radica -a mi modo de ver- en la claridad con que se describen los ?roles? de cada personaje, la ambig¨¹edad de las fronteras tradicionales de separaci¨®n de los sexos. Cualquiera de los actores concreta esta indecisi¨®n -salvo los protagonistas inmarchitables de lo masculino, Fernando Sancho, y lo femenino, Rafaela Aparicio- con gran maestr¨ªa. Masculinidad y feminidad, para Vicente Aranda, no son categor¨ªas forjadas para siempre, sino etapas de una evoluci¨®n m¨¢s o menos irreversible. Sin ser una obra maestra, y pese a un desarrollo irregular, este producto -en el que las im¨¢genes de N¨¦stor Almendros son decisivas supera las cotas de la dignidad industrial al uso.
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