Dej¨® de fumar
Gracias a EL PAIS y a RSO, junto con mi felicitaci¨®n, por la extraordinaria serie de art¨ªculos-cr¨®nica titulados ?Cinco d¨ªas para dejar de fumar?, publicados los d¨ªas 1 al 5 de junio.Mi agradecimiento es doble porque, por razones de horario me fue imposible asistir a los cursos para dejar de fumar celebrados recientemente en Madrid, y los art¨ªculos de R.S.O. me permitieron lograr el mismo fin que pretend¨ªa: dejar de fumar. Desde hace diez d¨ªas soy un ex fumador empedernido.
Probablemente, como les habr¨¢ ocurrido a muchos fumadores, yo hab¨ªa dejado de fumar dos o tres veces a lo largo de mi vida de tabac¨®mano. Una de ellas, por prescripci¨®n facultativa y como consecuencia de una hematemesis debida a mi ¨²lcera duodenal, estuve apartado del tabaco casi tres a?os. Hasta que me convenc¨ª (?) de que mi ¨²lcera estaba curada...
Posteriormente, un amago de bronquitis cuasi cr¨®nica hizo que mi m¨¦dico de cabecera me recomendase dejar de fumar. Fui disminuyendo la dosis de tabaco; cambi¨¦ a fumar en pipa porque era menos malo... y segu¨ªa fumando cigarrillos cuando no ten¨ªa la pipa a mano. Mi grado de dependencia del alcaloide tab¨¢quico y mi creciente intoxicaci¨®n llegaron a ser tales que, adem¨¢s de la cl¨¢sica tos matinal, comenc¨¦ a experimentar un ligero temblor de manos en las horas punta. El s¨¢bado d¨ªa 4, d¨ªa especialmente ajetreado por razones de trabajo y coincidir con una asamblea dif¨ªcil que dur¨® unas seis horas, me fum¨¦ unas quince pipas y varios cigarrillos.
La misma noche del citado d¨ªa vi por casualidad el art¨ªculo n¨²mero cuatro de la serie mencionada. (Por falta material de tiempo, hac¨ªa d¨ªas que no terminaba de leer EL PAIS, y los anteriores art¨ªculos me hablan pasado inadvertidos). Busqu¨¦ ansiosamente los peri¨®dicos atrasados, que afortunadamente no hab¨ªan desaparecido, y decid¨ª que ahora s¨ª iba a dejar de fumar en forma racional y con determinada resoluci¨®n. Desde aquel momento, y siguiendo las orientaciones y consejos descritos en los mencionados art¨ªculos, no he fumado ni una sola vez. Pero todav¨ªa hay algo m¨¢s: mencion¨¦ a algunos de mis compa?eros y amigos mi firme decisi¨®n, las razones de mi postura, les d¨ª una copia de los art¨ªculos de EL PAIS y... ?tres de ellos han dejado tambi¨¦n de fumar!
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