Revelaciones sobre H¨¦ctor Aristy, principal implicado en el secuestro del director de Fiat-Francia
Reina el silencio total, desde hace tres d¨ªas, sobre el paradero del dirigente de Fiat-France, Luchino Revelli-Beaumont. La polic¨ªa francesa tampoco ha revelado ning¨²n elemento nuevo relativo al ¨²nico inculpado y encarcelado del affaire, el dominicano H¨¦ctor Aristy. Por el contrario, ayer, el c¨®nsul general de Santo Domingo en Le Havre, F¨¦lix Rodr¨ªguez, y el l¨ªder del Partido Revolucionario Dominicano (gubernamental), Jos¨¦ Francisco Pe?a G¨®mez, hicieron declaraciones en favor de la ?conducta digna? del se?or Aristy, personaje ?misterioso e importante?, que intervino como ?consejero? de la familia Revelli y que, al ser detenido por la polic¨ªa, ha dado lugar a toda clase de conjeturas.
Ayer, sobre la personalidad de H¨¦ctor Aristy, nos habl¨® ampliamente en esta capital el escritor espa?ol Alberto V¨¢zquez Figueroa, de paso por Par¨ªs para asistir a la publicaci¨®n aqu¨ª de su novela Ebano. El se?or V¨¢zquez Figueroa descubri¨® que el H¨¦ctor Aristy del affaire Revelli es el mismo que ¨¦l conoci¨® y trat¨® a lo largo de ocho meses en Santo Domingo. Esto ocurri¨® en 1965, cuando Aristy era vicepresidente del Gobierno provisional revolucionario, que presidi¨® el coronel Francisco Caama?o. En aquellos momentos, el se?or V¨¢zquez Figueroa se encontraba en Santo Domingo como periodista de La Vanguardia y fue testigo e intermediario, decisivo a veces, de la evoluci¨®n de ese pa¨ªs, donde uno de los protagonistas era H¨¦ctor Aristy.EL PAIS: ?C¨®mo conoci¨® usted a Aristy?, y, ?c¨®mo podr¨ªa definirse el personaje?
V¨¢zquez Figueroa: De antemano es conveniente saber que Aristy siempre fue una persona contradictoria; para unos era un revolucionario, para otros un aprovechado. En todo caso es inteligente y, de entrada al menos, encantador, con dotes para seducir a la gente. Cuando yo llegu¨¦ a Santo Domingo, en 1965, pod¨ªa decirse que era la eminencia gris del coronel Francisco Caama?o; pero ya entonces muchos lo consideraban como un antiguo trujillista ?decepcionado?.
El fue quien empuj¨® a Caama?o a crear el Gobierno provisional revolucionario, que sucedi¨® al triunvirato que intentaba perpetuar el trujillismo.
Yo llegu¨¦ hasta Caama?o y Aristy con una carta de recomendaci¨®n de Juan Bosch (amigo de mi familia), que viv¨ªa exiliado en Puerto Rico. As¨ª goc¨¦ de su confianza desde el primer momento.
E. P.: ?Qu¨¦ datos concretos puede ofrecer para ilustrar al hombre p¨²blico que era entonces Aristy?
V. F.: Su aparici¨®n en la pol¨ªtica activa la realiz¨® con el coronel Caama?o. Con anterioridad nunca hab¨ªa sido, como se est¨¢ diciendo en todas partes, ministro de Bosch. El primer dato que yo puedo aportar de aquella ¨¦poca, en la que viv¨ª cerca de Aristy, fue el siguiente: sabido es que el Gobierno de Caama?o dur¨® un a?o, luchando contra las tropas derechistas, arrinconadas en un extremo de Santo Domingo, pero apoyadas por Estados Unidos. La tensi¨®n era constante. Yo llegu¨¦ a tomar contacto con la CIA que, al saberme interlocutor de Caama?o y Aristy me dijo: ?Los revolucionarios han minado todos los edificios de Santo Domingo para impedir una invasi¨®n o hacer, en caso contrario, que salte la ciudad. Queremos negociar con Aristy; d¨ªgale usted que le ofrecemos dinero y aceptar¨¢ vernos.? Acto seguido me entrevist¨¦ con Aristy, pero no alud¨ª a la oferta econ¨®mica, sino que manifest¨¦ mi estupor ante la revelaci¨®n de la CIA. Si la ciudad est¨¢ minada, le advert¨ª, quedar¨¦is desacreditados ante el mundo. Aristy me jur¨® que era mentira. Nunca pude conocer la realidad.
El ?compromiso?
E. P.: ?C¨®mo entr¨® en juego el presidente propuesto por los americanos, H¨¦ctor Garc¨ªa Godoy, como ?compromiso? entre los militares derechistas y el Gobierno de Caama?o y Aristy?V. F: Tras el asunto de las ?minas?, en efecto, H¨¦ctor Garc¨ªa me concedi¨® una entrevista, tambi¨¦n porque me sab¨ªa pr¨®ximo a Aristy. Godoy me dijo que ¨¦l era m¨¢s partidario del grupo revolucionario de Caama?o que de los militares derechistas, y manifest¨® deseos de ver al primero.
Se hicieron necesarias m¨¢s de cuatro horas para que Caama?o y Aristy llegaran a aceptar su rendici¨®n como ?mal menor?. Entonces fue cuando se dijo que la CIA, por este ?negocio?, le hab¨ªa dado a Aristy 250.000 d¨®lares para que, inmediatamente, abandonara el pa¨ªs. Esto se dijo, pero nadie lo ha probado hasta la fecha.
Al d¨ªa siguiente de su salida de Santo Domingo, los americanos encontraron un dep¨®sito de armas (las buenas, pues las malas fueron las que entregaron), y tambi¨¦n se dijo que Aristy hab¨ªa servido de confidente a la CIA, quien le hab¨ªa pagado la ?informaci¨®n? con 500.000 d¨®lares. Ahora bien, ?fue cierto esto, o fue la CIA quien lanz¨® el rumor o, quiz¨¢, invent¨® el escondrijo de las armas para desacreditar a Aristy? Tampoco se ha aclarado este asunto.
En Par¨ªs tom¨® contacto con grupos revolucionarios suramericanos y con emigrados, pero no creo que con las ?cabezas?. Tambi¨¦n se le mezcl¨® en el crimen de una muchacha, pero la justicia se pronunci¨® en su favor. En suma, yo no lo veo como un hombre pol¨ªtico.
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