Argentina importa subnormales italianos
Ni?os deficientes mentales est¨¢n siendo trasladados desde Sicilia a Argentina para all¨ª ser sometidos a distintas experiencias quir¨²rgicas que transformar¨¢n, su personalidad de forma-irreversible. Ante el hecho, la prensa italiana ha lanzado su indignaci¨®n protestando por este tipo de operaciones que se llevan a cabo jugando con la esperanza. de los padres. Normalmente, el deficiente mental no se cura, se cambia. Y as¨ª, se ha llegado a la exportaci¨®n m¨¢s tremenda y deshumanizada que pueda darse: la de los ni?os-cobaya. Ram¨®n S¨¢nchez-Oca?a, que ya abord¨® este tema de la experimentaci¨®n con seres humanos en otras ocasiones, describe algunas experiencias
La necesidad de poner l¨ªmite al af¨¢n experimentador se evidencia cada d¨ªa. Hace un par de fechas nos refer¨ªamos a esa necesidad al hablar de la ¨²ltima intervenci¨®n realizada por el doctor Christian Barnard en Ciudad del Cabo, al tratar de injertar un coraz¨®n de mandril a una muchacha de veintis¨¦is a?os. La intervenci¨®n dur¨® diez horas. La vida de la paciente, tras ella, dos y media. Ahora, la noticia es m¨¢s dolorosa a¨²n: la experimentaci¨®n se hace sobre ni?os subnormales con la idea de a ver qu¨¦ pasa. Nadie, conscientemente,- puede predecir el resultado de este tipo de intervenciones. Pero se hacen, como si el deficiente mental fuera un animal de laboratorio, con la mayor y m¨¢s sangrante deshumanizaci¨®n. Es cierto que para que la medicina avance, tras las pruebas de laboratorio ha de pasarse al ser humano, porque los resultados nunca son extrapolables. Ah¨ª radica el grave problema. En definir hasta qu¨¦ punto es l¨ªcito. Los campos de Auschwitz, Mauthausen, Treblinka y tantos otros, conocieron estos hechos dram¨¢ticos sufridos por los jud¨ªos. Los m¨¦dicos nazis jugaban a comprobar la resistencia del ser humano en seres que, parad¨®jicamente, ellos no consideraban como tal. Pero aquello ha pasado ya. Ahora, la ¨²nica explicaci¨®n posible habr¨ªa que buscarla en una m¨ªnima identidad entre aquellos nazis y estos otros que coinciden en un hecho b¨¢sico: el desprecio por la vida, la condici¨®n y la categor¨ªa humana de los ajenos.Italia ha lanzado su voz contra esta exportaci¨®n de subnormales cobayas, como la lanz¨® cuando supo de otras experiencias que ten¨ªa m¨¢s cerca. Repasar hoy, ahora, lo que en nombre del progreso se est¨¢ haciendo, puede ser ilustrativo.
La protesta de Kennedy
El mundo conoci¨® este tipo de experiencias cuando Edward Kennedy protest¨® en el Congreso al conocer la llamada encuesta de Tuskegee. Seg¨²n se supo despu¨¦s, en Alabama, en 1932, 430 negros sifil¨ªticos fueron apartados de toda medicaci¨®n para observar los efectos de la s¨ªfilis a largo plazo. De los 430, viven 112. Tuskegee era, entonces uno de los puntos negros de la s¨ªfilis en EEUU. Se tom¨® un grupo de 625 enfermos. De ellos, 430 ten¨ªan s¨ªfilis en estado latente, no trasmisible y no recibieron ning¨²n tratamiento contra la enfermedad. En compensaci¨®n,- los m¨¦dicos prestaban todo tipo de asistencia gratuita contra cualquier otro mal. Se les daba buena alimentaci¨®n y a las gratificaciones se a?ad¨ªa, entierro y autopsia de modo gratuito. Cuando se inici¨® el estudio no hab¨ªa, es cierto, un medio eficaz contra los males ven¨¦reos. Poco despu¨¦s naci¨® la penicilina. Pero la Administraci¨®n p¨²blica, patrocinadora de la experiencia, no se la suministr¨®. La encuesta segu¨ªa adelante hasta que hace un par de a?os, un periodista descubri¨® el hecho. Los supervivientes tienen ahora, alrededor de 75 a?os. Casi todos padecen las secuelas sifil¨ªticas en las v¨¢lvulas card¨ªacas. Veintiocho fallecieron por la s¨ªfilis. Los dem¨¢s, malviven. El Gobierno americano inici¨® entonces una investigaci¨®n y concluy¨® con un pensamiento que habr¨¢ de convertirse en ley: ?La sociedad no puede conceder a la comunidad cient¨ªfica plena libertad para decidir entre los derechos del individuo y el avance cient¨ªfico.?
El esc¨¢ndalo de Tuskegee levant¨® otros menos conocidos, pero no por ello, menos importantes. Kennedy inici¨® en seguida la investigaci¨®n sobre otra denuncia; once j¨®venes negras, de once a quince a?os, hab¨ªan sido esterilizadas sin que nadie hubiera dado su consentimiento. La decisi¨®n la hab¨ªa tomado una cl¨ªnica que recib¨ªa una fuerte subvenci¨®n para estudiar sistemas de esterilizaci¨®n.
Los casos italianos
M¨¢s dram¨¢ticos a¨²n, por su proximidad en tiempo y espacio son los casos italianos. En 1971, y tras una serie de denuncias en la prensa, el Ministerio de Sanidad italiano hizo p¨²blico el siguiente comunicado: ?Un grupo de investigadores del Instituto de Medicina del Trabajo de la Universidad de Mil¨¢n ha sometido a un cierto n¨²mero de ni?os de la cl¨ªnica ginecol¨®gica de la Universidad a inhalaciones del insecticida Vapona (que act¨²a por liberaci¨®n de ¨¦ter fosf¨®rico matando a los insectos) para controlar los efectos sobre la sangre. El informe cient¨ªfico sobre estas experiencias fue publicado en la European Journal of Toxicology firmado por el profesor Vigliani y sus colaboraciores".
Y lo mismo que ocurri¨® en Estados Unidos sucedi¨® en Italia. Empezaron a conocerse m¨¢s casos de este tipo de experiencias. Entre ellos y de los que se pidi¨® informaci¨®n al Ministerio de Sanidad, hemos podido recoger los siguientes:
- Experimentos realizados en la cl¨ªnica pedi¨¢trica de Pisa, en colaboraci¨®n con su instituto de higiene. Se les suministr¨® a ni?os sanos y cerebrop¨¢ticos cultivos vivos de g¨¦rmenes capaces de provocar episodios agudos de gastroenteritis.
- Extracci¨®n de. mucosa intestinal en catorce ni?os de pocos d¨ªas de edad en la cl¨ªnica pedi¨¢trica de la Universidad de G¨¦nova.
-Inyecci¨®n intravenosa en ni?os sanos de sustancias radiactivas destinadas a fijarse en el cerebro en la cl¨ªnica pedi¨¢trica de Tur¨ªn.
- SensibilIzaci¨®n al¨¦rgica a sales de cromo provocada a individuos sanos en la cl¨ªnica dermatol¨®gica de Bari.
Suministro en G¨¦nova de una sustancia inmunosupresora a ni?os enfermos de hepatitis viral con el fin de reducir sus poderes inmunitarios y facilitar as¨ª la difusi¨®n y el estudio del virus de la hepatitis.
- Exposici¨®n de ni?os reci¨¦n nacidos -en los primeros cinco d¨ªas de vida- a los vapores del insecticida Vaporia para controlar los efectos t¨®xicos de este producto. La experiencia se llev¨® a cabo en el Instituto de Medicina del Trabajo de Mil¨¢n, bajo el patrocinio de la firma Schell.
S¨®lo una conclusi¨®n cabe a?adir: que urge fijar una frontera. Que urge reglamentar definitivamente c¨®mo, cu¨¢ndo, con qui¨¦n, y por qu¨¦ se realiza una experiencia llamada cient¨ªfica. S¨®lo para evitar, entre otras cosas que nosotros, seres humanos, nos veamos convertidos, sin querer, en aut¨¦nticos cobayas.
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