El Gobierno brit¨¢nico discute su pr¨®ximo programa legislativo
El Gobierno laborista se re¨²ne hoy con la seguridad de que ha superado una crisis que pudo haber provocado elecciones generales en Gran Breta?a. El nuevo optimismo del primer ministro, Callaghan, se refleja en la agenda de lo que va a discutir con los miembros d su Gabinete. El tema principal es el programa legislativo de la pr¨®xima sesi¨®n parlamentaria. Es una lecci¨®n aprendida, porque tambi¨¦n se ensay¨® el a?o pasado. La cuesti¨®n capital de tal programa sigue siendo la devoluci¨®n de poderes para las Aambleas de Escocia y Gales.
La minor¨ªa global, que desde la primavera del a?o pasado padecen los laboristas con respecto a los restantes grupos de la oposici¨®n, le aconsej¨® a Callaghan la retirada de ese proyecto de ley, de graves implicaciones constitucionales.La nueva sesi¨®n parlamentaria comienza en octubre. Mientras termina la presente, los diputados brit¨¢nicos tendr¨¢n que votar para decidir sobre la vocaci¨®n europea de Gran Breta?a. La ley de elecciones directas para cubrir los 81 esca?os que le corresponden al Reino Unido en el Parlamento de la CEE puede suponer el inicio de una revoluci¨®n pol¨ªtica en este pa¨ªs. Es probable que esas elecciones se hagan siguiendo el sistema de la representaci¨®n proporcional, cuyos entresijos son explicados estos d¨ªas el elector brit¨¢nico, habituado al m¨¦todo m¨¢s sencillo de la mayor¨ªa simple.
No se descarta la posibilidad de que, una vez introducido para elegir a los parlamentarios europeos, el sistema de representaci¨®n proporcional se utilice tambi¨¦n para designar a los que se sienten en los Comunes de Londres. Ese nuevo m¨¦todo seria revolucionario, porque hoy la divisi¨®n de poder entre partidos se debe, sobre todo, a los defectos de la mayor¨ªa simple, que coloca a los liberales con una docena de esca?os, mientras controlan m¨¢s de cinco millones de sufragios.
La recomendaci¨®n del sistema de representaci¨®n proporcional para las elecciones directas ha sido hecha por el Gobierno como una concesi¨®n a los liberales, gracias a cuyos diputados el Gobierno laborista mantiene esperanzas de supervivencia. Con todas sus complicaciones, el proyecto de ley es una confirmaci¨®n de que el Gobierno no cuestiona la permanencia del Reino Unido en la Comunidad Econ¨®mica. Este compromiso, que ha sido subrayado tanto por Harold Wilson, el anterior primer ministro, como por Callaghan, desde el refer¨¦ndum de 1975, no es compartido por sectores importantes de la base del partido, con lo que Europa contin¨²a siendo un elemento que divide profundamente el laborismo.
La reuni¨®n de hoy, en Chequers, la residencia de descanso del primer ministro, es una especie de acci¨®n de gracias por el ¨¦xito alcanzado por Callaghan en sus prop¨®sitos de estos d¨ªas.
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