Jos¨¦ Luis Morales: "Sima Jin¨¢mar" es el Guernica canario
Entrevista con el autor de la novela, Jos¨¦ Luis Morales
La Sima Jin¨¢mar es la boca de un volc¨¢n apagado, de esos que fueron consiguiendo sacar del mar las Canarias. A su alrededor, el subdesarrollo y la pobreza. Sima Jin¨¢mar es el t¨ªtulo que localiza geogr¨¢ficamente la novela de Jos¨¦ Luis Morales, y que trata de todo eso: de las islas, de su gente, de su situaci¨®n. Cuatro generaciones de hombres que pueblan el fantasma de un pueblo, rodeados a su vez de fantasmas por los que no pas¨® el tiempo, son un s¨ªmbolo literario y agresivo. Y un lenguaje, el canario como lo hablan los canarios, con esa especie de lentitud de las erres. En la contraportada -palabras del profesor exiliado Santiago Aguilar- se dice que Sima Jin¨¢mar es ?un intento totalizador de la vida oculta en estos cuarenta a?os que a¨²n seguimos viviendo. Una visi¨®n definitiva de la desconocida sociedad canaria?. De todas estas cosas, y de la historia del texto mismo, que fue publicado en la precariedad del ciclostil y le¨ªdo por algunos en clandestino, hace casi diez a?os, va esta entrevista con Jos¨¦ Luis Morales.- Sima Jin¨¢mar -dice su autor a EL PAIS- es una especie de Guernica canario: a la boca del volc¨¢n no se le ve el fondo, y en Sus m¨¢rgenes hay eso, marginaci¨®n. Jin¨¢mar est¨¢ simbolizando esas culturas perif¨¦ricas, hasta ahora reprimidas. Y simboliza tambi¨¦n el olvido, y tambi¨¦n la salida del olvido: cuando la identidad cultural encuentra v¨ªas de expresi¨®n. O sea de existencia.
La empec¨¦ a escribir en la c¨¢rcel, y por dos razones: la primera, que all¨ª ten¨ªa tiempo. Y luego, que en aquella ocasi¨®n la novela actuaba como salida y reflexi¨®n en un momento de crisis ideol¨®gica que yo sufr¨ªa, era 1969, con toda la universidad espa?ola. Intentaba, por un lado, hablar de esa realidad que para m¨ª era tan cercana, la de las islas, y por otro, dar a todo esto universalidad, romper el localismo. Porque, al final, los problemas no son exactamente locales, ?no? Entonces ensay¨¦ con el lenguaje canario, rural y con sus ritmos. Te llamar¨¢ la atenci¨®n que hay mucha redundancia, que para m¨ª es dial¨¦ctica. Y para romper el realismo elemental aparec¨ªan algunos personajes atemporales, m¨ªticos, que rompen el tiempo y universalizan la ficci¨®n.
- ?Puede hablarse de una cultura canaria?
- Bueno, creo que hay s¨ªntomas de que va a poder actuar una cultura canaria. Hay artistas y escritores progresivos, eso es verdad. Y en la libertad podr¨¢n encontrarse las esencias, la manera de ir siendo de los canarios. Ahora es una tierra deprimida, con los m¨¢s altos ¨ªndices de analfabetismo y alcoholismo, por ejemplo, frutos de una colonizaci¨®n que no ha sido capaz de desarrollar las islas. Sin embargo, creo que, a medio plazo, las cosas pueden cambiar. Ya hay una reacci¨®n ante la situaci¨®n represiva de los ¨²ltimos a?os.
- ?Y se puede hablar de una literatura canaria?
-No hay una literatura canaria, como no hay una literatura de Avila. Para m¨ª existe la literatura en castellano, que abarca desde Borges a los escritores peninsulares, no s¨¦. En Canarias -que entre par¨¦ntesis enlaza mejor con Am¨¦rica Latina que con la pen¨ªnsula muchas veces- hay escritores, y hay mucha inquietud en torno al tema. Me interesan Luis Le¨®n Barreto y Juan Cruz, Angel S¨¢nchez -que tiene a punto un Manual de supervivencia no publicado a¨²n- y Pedro Garc¨ªa Cabrera y Agust¨ªn Millares, en la generaci¨®n anterior. Y Juan Jim¨¦nez. Y m¨¢s. Pero literatura canaria... Creo que la pretensi¨®n de restaurar el guanche es una utop¨ªa: se lo ha tragado el tiempo, no hay base para reconstruirlo, con todos mis respetos a Cubillo. S¨ª, a Cubillo lo respeto, aunque no comparto sus ideas pol¨ªticas, porque ha sido una especie de caballo de Troya para la canariedad. Ha puesto el dedo en la llaga de los problemas, ha empezado el salto que traer¨¢ la madurez pol¨ªtica. Y la prueba ha estado en las elecciones...
As¨ª es Jos¨¦ Luis Morales, 33 a?os reci¨¦n cumplidos, periodista. Y esta vez, novelista. Su libro viene con dos credenciales: una presentaci¨®n de Agust¨ªn Garc¨ªa Calvo y un pr¨®logo de Santiago Aguilar. Los dos conocidos en un corto, activo y f¨¦rtil exilio en Par¨ªs.
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