?Por qu¨¦ "numerus clausus" ahora?
Es un hecho incontrovertible que ya desde 1960 la evoluci¨®n de la matr¨ªcula de nuestros centros de ense?anza superior -facultades y escuela t¨¦cnicas superiores- ha sido espectacular. Los 76.000 estudiantes universitarios se han convertido en 388.000. El fen¨®meno era previsible porque pod¨ªa suponerse que los notables esfuerzos de escolarizaci¨®n en los niveles primarios y secundarios, unidos a una constante elevaci¨®n del nivel de vida, har¨ªa llegar a la Universidad los efectos de la ola de expansi¨®n. La instituci¨®n universitaria deber¨ªa estar preparada para soportar sus efectos y no lo estaba. Ni pudo canalizarla ordenadamente -que hubiera sido lo deseable-, ni pudo resistir sus embates. La ola entr¨® y se llev¨® por delante muchas cosas buenas y malas de la anciana instituci¨®n.La avalancha de estudiantes universitarios es un fen¨®meno que tambi¨¦n se produjo en otros pa¨ªses industr ializados. Ahora, sin embargo, esos pa¨ªses est¨¢n estudiando el problema del ?crecimiento cero? en la educaci¨®n superior.
Cuando hace unos meses se me pidi¨® un estudio sobre este problema para una publicaci¨®n de la Fundaci¨®n Europea de la Cultura, rehus¨¦ alegando que tal no era el caso en Espa?a, ya que supon¨ªa existe un crecimiento a¨²n importante. Ellos opinaron que era ¨²til conocer las causas y los motivos de nuestra excepcional situaci¨®n. Analizando el tema con detenimiento, los resultados de mi estudio me han llevado, sin embargo, a concluir, en contra de mis previsiones, que tambi¨¦n en Espa?a estamos pr¨®ximos a una estabilizaci¨®n en el crecimiento.
La extrema complejidad del ,desarrollo de la educaci¨®n superior hace dificil formular previsiones v¨¢lidas de las tendencias futuras, pero se sabe que son funci¨®n de factores demogr¨¢ficos, sociales, econ¨®micos y pol¨ªticos, educativos y generales. Existen entre ellos una multiplicidad de enlaces no siempre cuantificables y tambi¨¦n una ?l¨®gica interna? que no se puede romper con medidas pol¨ªticas que afecten a una de sus componentes parciales. En Espa?a a estas dificultades, en este momento, se a?ade la influencia que un per¨ªodo de cambio pol¨ªtico profundo puede producir en el sector educativo.
Los factores demogr¨¢ficos no van a influir en un crecimiento, pues, aunque el incremento vegetativo es del orden del 1 %, se debe m¨¢s al descenso de la mortalidad que a la natalidad, ya que esta ¨²ltima est¨¢ descendiendo. Las generaciones por ahora son estables -de unos 660.000 ni?os- Aunque los nacimientos disminuyeran mucho en el futuro, sus efectos tampoco podr¨ªan ser inmediatos sobre el problema que nos ocupa.
Bachillerato superior
Los alumnos del bachillerato superior -BUP- han aumentado cada a?o. El incremento respecto al a?o anterior lleg¨® al 37% en 1971, pero ahora el incremento escada vez menor: Si bien el a?o pasado aumentaron a¨²n respecto del anterior un 11 %, este a?o s¨®lo crecieron un 3 %. Este ¨²ltimo aumento se debe en buena proporci¨®n al alumnado femenino, que ya este a?o y por primera vez, supera al. masculino. Por otra parte los estudiantes de Formaci¨®n Profesional crecieron el 13%. Parece ser que estamos llegando al crecimiento cero en el Bachillerato. ?Cu¨¢les son las causas? No cabe duda que la recesi¨®n econ¨®mica, considerada como una posible causa, afectar¨¢ antes al bachillerato que a la Universidad, porque si bien en ambos casos la ense?anza estatal es pr¨¢cticamente gratuita, los centros estatales s¨®lo atienden al 67% del colectivo en el bachillerato, rnientras superan el 98% en la Universidad. Lo cierto es que hoy en d¨ªa las familias, espa?olas sienten un verdadero alivio econ¨®mico cuando sus hijos pasan del bachillerato a la Universidad.
Por otra parte es importante no olvidar que como resultado de haberse aumentado en un a?o la duraci¨®n de los estudios en virtud de la reforma educativa del 70, el curso 1978-79 no experimentar¨¢ nuevas incorporaciones a la Universidad procedentes del sistema educativo. Excepcionalmente ser¨¢ un a?o en el que s¨®lo habr¨¢ repetidores en los primeros cursos universitarios, lo que significar¨¢ una situaci¨®n de signo totalmente contrario al de a?os pasados respecto a la presi¨®n sobre la Universidad. Y, a partir de entonces probable inente se producir¨¢ un ?crecimiento cero? e incluso posibles descensos en los n¨²meros equipar¨¢ndonos con los dem¨¢s pa¨ªses industrializados.
Ense?anza de calidad
Sin embargo, en t¨¦rminos generales, a¨²n sigue preocupando el problema del exceso de alumnos con relaci¨®n a las posibilidades de una ense?anza universitaria de calidad. De ah¨ª que se suscite la introduci¨®n del ?numerus clausus?, que est¨¢ siendo solicitada especialmente por las facultades de Medicina, que es sin duda donde los efectos de la masificaci¨®n de estos ¨²ltimos a?os son m¨¢s patentes y donde los remedios son m¨¢s dif¨ªciles, si se parte de que las cuotas de camas hospitalarias por alumno no pueden sobrepasarse sin menoscabo de la calidad. Pero la necesidad o no de tomar medidas restrictivas es un tema pol¨¦mico, pues no cabe duda que la Universidad cumple adem¨¢s una funci¨®n social de la que debe ser responsable, y en la soluci¨®n de este problema interviene tanto la ponderaci¨®n del tama?o de nuestra poblaci¨®n universitaria y de nuestras necesidades sociales como el innegable derecho de todo estudiante intelectualmente capaz de acceder a ella.
Ser¨ªa parad¨®jico que hubi¨¦ramos eliminado en el pasado tantas barreras cuando m¨¢s necesarias eran para garantizar la calidad m¨ªnima ante una afluencia masiva y fu¨¦ramos a introducirlas precisament¨¦aliora, cuando la marea se estabiliza y cuando se refuerza la sensibilidad social y pol¨ªtica de los espa?oles en todos los terrenos. El problema merece ser meditado con seriedad y reposo.
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