Helena Lumbreras: un nuevo cine pol¨ªtico en Espa?a
Una importante caracter¨ªstica de la sociedad plural en que estamos entrando ser¨¢, seguramente, la multiplicaci¨®n de formas distintas y de intenciones tambi¨¦n distintas, para las manifestaciones culturales y art¨ªsticas. En cine, se abren posibilidades infinitas. Una de ellas, una ins¨®lita manera de ver el cine que pasa del testimonio para ser intervenci¨®n directa en la realidad, y precisamente en alguno de sus momentos y centros m¨¢s conflictivos, es lo que hace el Colectivo de cine de clase. Para hablar de esto concedi¨® a EL PAIS la entrevista que sigue Helena Lumbreras, que con Mariano Lisa son el n¨²cleo del grupo, y que tienen en su haber, como tal grupo, cuatro especiales pel¨ªculas.
-Claro que es pol¨ªtico, pero no se cine a una pol¨ªtica partidista determinada. Queremos hacer un cine de clase, integrado en el progreso de la clase obrera, y las formas de lucha que va creando en el camino mismo de su liberaci¨®n. No hacemos un cine de denuncia: la denuncia es s¨®lo un diez por ciento.Hasta ahora, y aparte de intervenciones en festivales fuera de Espa?a, sus pel¨ªculas fueron clandestinas. El cuarto poder cuenta los esfuerzos por conseguir una prensa obrera. El campo para el hombre intenta mostrar las dificultades de los campesinos en Espa?a, desde dos polos opuestos, el minifundio de zonas de Galicia, y el latifundio andaluz. Y O todos o ninguno cuenta la huelga de FORSA, en Barcelona, la m¨¢s larga desde 1939. Pero lo m¨¢s importante es c¨®mo las hacen.
-Las nuestras son pel¨ªculas robadas. Desde el proyecto primero, se discuten con los que las van a hacer, que son los propios protagonistas reales, que, muchas veces, usan ellos las c¨¢maras adem¨¢s de protagonizarlas. As¨ª, las m¨¢quinas entran en las f¨¢bricas, salen a la calle, y he visto c¨®mo la sensibilidad de gente que no es profesional del cine, pero que cuenta su vida, ofrece visiones extra?as a nosotros, pero muy efectivas. As¨ª que hacemos cine en vivo, y es robado por que realmente nos movemos en terrenos prohibidos por las leyes anteriores. Hay que rodar en clandestino, y hasta nos han secuestrado de los laboratorios la ¨²ltima pel¨ªcula. Si tenemos una copia es porque, de otra, nos la regalaron en el Festival Internacional de Suiza.
Pero ya es hora de romper la clandestinidad, que es un cors¨¦ que ahoga e impide hacer lo que queremos. Aunque haya que correr todos los riesgos.
Y para terminar, Helena Lumbreras me dice: ? Oye, advierte a los lectores de que no somos pardillos. Estamos haciendo un cine nuevo, tambi¨¦n en el lenguaje, aunque sea did¨¢ctico y m¨¢s bien expresionista. Adem¨¢s, estamos adelantando formas de trabajo absolutamente democr¨¢tico y colectivo. Y tenemos una historia profesional anterior: yo he trabajado cuatro a?os como productora para la Radiotelevisi¨®n italiana; creo que de esto del cine sabemos algo. Aunque en Espa?a, para que se nos d¨¦ oportunidad de hacer lo queremos, en cine, y no digamos en televisi¨®n, va a tener que pasar tiempo y cosas.?
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