El nivel de vida brit¨¢nico, tan bajo como en 1973

El nivel de vida ha bajado en el Reino Unido a los ¨ªndices de principios de 1973, cuando este pa¨ªs se enfrent¨® a una crisis que culmin¨® en una huelga minera y el establecimiento de la semana laboral de tres d¨ªas
En el primer trimestre de este a?o, la renta real de las personas descendi¨® en un 2%. Los brit¨¢nicos comen ahora menos, tienen menos posibilidad de ahorro y no hallan correspondencia entre sus salarios y los precios que han de pagar por productos de primera necesidad.Ese es, sin embargo, el precio que est¨¢n pagando por reducir la inflaci¨®n, que en 1973 lleg¨® a ser de un 35 % y que ahora es del 17 %.
Seg¨²n las estimaciones oficiales, a mediados de este verano el descenso del nivel de vida se intensificar¨¢ y alcanzar¨¢ cotas del 5 %.
Eso supondr¨¢ que el Gobierno podr¨ªa reducir la inflaci¨®n en un porcentaje notable para finales de a?o, la perspectiva no satisface a los trabajadores, de los que depende la capacidad gubernamental para controlar los sueldos.
No s¨®lo con respecto a los ¨ªndices, sino con relaci¨®n a la situaci¨®n laboral, Gran Breta?a ahora podr¨ªa aproximarse a lo que pas¨® en 1973, cuando el Gabinete conservador sucumbi¨® ante la fortaleza sindical de los mineros y se provoc¨® la vuelta del laborismo al poder.
Hasta el momento, el Gobierno laborista se ha sostenido gracias al ?pacto social?, con el cual ha mantenido restricciones salariales que nunca han permitido aumentos superiores al 5 %.
En medio de la recesi¨®n econ¨®mica que se inici¨® en 1973, el Gobierno ha sido incapaz de reducir el desempleo, que ha ido aumentando y ahora afecta a un mill¨®n y medio de personas, cerca del 6% de la poblaci¨®n. Las posibilidades de aliviarlo usando dinero p¨²blico son m¨ªnimas a consecuencia de las obligaciones internacionales que ha adquirido el Reino Unido para sostener su econom¨ªa.
Por primera vez en cuatro a?os, l¨ªderes sindicales no s¨®lo han hablado de anular ese pacto sino que han hablado de provocar elecciones, no con la intenci¨®n de hacer caer al partido que est¨¢ en el poder, sino para que se afiancen medidas socialistas frente a las presiones conservadoras de dentro y de fuera del pa¨ªs.
La postura de los mineros simboliza el descontento de los trabajadores brit¨¢nicos ante su nivel de vida actual. Ya han anunciado que si no consiguen a partir de noviembre los aumentos -a veces cercanos a un 90%- que piden, se ver¨ªan con autoridad para ir a la huelga.
Los mineros no han querido ni hablar de un plan de premios a la productividad que la empresa nacional de carb¨®n quer¨ªa aplicarles para aproximarse a sus demandas sin tener que romper los l¨ªmites existentes en cuanto a sueldos.
Al Gobierno le queda la alternativa de aceptar propuestas sindicales sobre su estrategia econ¨®mica para conseguir de nuevo la ayuda de sus aliados tradicionales.
Tanto los sindicatos como el ala izquierda del laborismo vienen presionando al Gobierno para que limite dr¨¢sticamente la importaci¨®n de productos que se fabrican en el Reino Unido. Las obligaciones de Gran Breta?a, como pa¨ªs exportador e integrante de organismos de defensa del libre comercio, han impedido hasta ahora el cumplimiento de tales demandas, que se hacen para asegurar el empleo en este pa¨ªs.
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