Creciente deterioro de las relaciones sovi¨¦tico-norteamericanas
La ?cruzada? en pro del respeto mundial a los derechos humanos emprendida por la Administraci¨®n Carter, el punto muerto en que se encuentra la negociaci¨®n de un nuevo tratado de limitaci¨®n de armas estrat¨¦gicas con la Uni¨®n Sovi¨¦tica, la pol¨ªtica en materia defensiva adoptada por el Gobierno norteamericano y la progresiva escalada verbal en criticas y acusaciones entre ambos pa¨ªses, parecen indicar que la era de la ?detente? entre Washington y Mosc¨² est¨¢ llegando a su fin.
Los sovi¨¦ticos acusan a Carter de avivar la carrera armamentista y de inmiscuirse en sus asuntos internos. Como prueba de lo primero citan la decisi¨®n presidencia? de potenciar el desarrollo del nuevo misil Crucero, y la preparaci¨®n por los cient¨ªficos del Pent¨¢gono de la ?bomba de neutrones?, que supone la primera aplicaci¨®n para fines t¨¢cticos de un arma nuclear. Respecto a lo segundo, Mosc¨² alega que la sonora campa?a en favor de los derechos humanos no tiene m¨¢s objeto que criticar a los pa¨ªses socialistas y que en el caso concreto de la URSS esta campa?a se ha traducido en el apoyo de Washington a los disidentes pol¨ªticos sovi¨¦ticos.Por parte norteamericana se alega que el hecho de que seis dictaduras latinoamericanas hayan enfriado sus relaciones con Washington a causa de la pol¨ªtica pro-derechos humanos seguida por Carter, es buena prueba de que tal pol¨ªtica no es una mera argucia t¨¢ctica contra los pa¨ªses socialistas. En cuanto al problema del armamento, se reconoce la imposibilidad pr¨¢ctica de firmar un nuevo acuerdo SALT con Mosc¨² antes de que expire el vigente, a primeros de octubre, pero se quiere restar importancia al asunto alegando que existe ya un consenso inicial en algunos puntos y se niega que el misil Crucero pueda desequilibrar el balance estrat¨¦gico.
De nuevo el misil "Crucero"
Y mientras los medios informativos de ambos pa¨ªses endurecen paulatinamente sus comentarios respecto al otro, el presidente sovi¨¦tico, Le¨®nidas Brejnev, se muestra partidario de aplazar su entrevista con Jimmy Carter hasta que se haya llegado a un acuerdo en las conversaciones SALT.La decisi¨®n de Carter de suspender el programa de fabricaci¨®n del bombardero estrat¨¦gico B- 1 y de desarrollar en cambio el proyectil Crucero no ha hecho si no avivar la tensi¨®n. El nuevo misil, pese a su relativamente corto alcance, es un arma tremendamente eficaz y, sobre todo, precisa. En esencia, no es sino una versi¨®n muy mejorada de las V-2 con que los nazis bombardearon Inglaterra en la segunda guerra mundial, una bomba volante que lleva en su cabeza un complejo sistema de computadores que le permite ?leer? los accidentes orogr¨¢ficos del terreno y volar a baja altura y gran velocidad hasta su objetivo.
Los sovi¨¦ticos opinan que el Crucero debe entrar en el paquete negociador de las conversaciones SALT, mientras que los norteamericanos niegan su car¨¢cter de arma estrat¨¦gica, alegando su alcance, de unos 2.000 kil¨®metros. Sin embargo, la decisi¨®n del presidente Carter implica que los bombarderos estrat¨¦gicos actualmente en ser vicio, los B-52, ir¨¢n equipados con el nuevo misil, al igual que los submarinos nucleares. Esto significa que un bombardero puede acercarse a territorio sovi¨¦tico, sin penetrar en ¨¦l, y alcanzar con un misil Crucero con cabeza at¨®mica un blanco situado 2.000 kil¨®metros tierra adentro.
La postura aparentemente inflexible de Washington en las conversaciones SALT en lo que al Crucero respecta, ha valido al presidente Carter el apoyo de los sectores m¨¢s conservadores y partidarios de la ?l¨ªnea dura? en el Congreso, mientras que su pol¨ªtica sobre los derechos humanos le ha ganado las simpat¨ªas de los liberales.
La bomba neutr¨®nica
Durante esta semana, el Senado continuar¨¢ sus discusiones sobre la nueva bomba, que emite una radiaci¨®n que mata a las per sonas sin destruir el entorno fisico. Carter ha anunciado que to mar¨¢ su decisi¨®n hacia el d¨ªa 15 de agosto y s e sabe ya que, en caso de ser apro nada, la ?bomba N ? equipara a las tropas norteamericanas integradas en la OTAN y desplegadas en Europa. La reacci¨®n sovi¨¦tica a esta nueva arma, una sofisticaci¨®n de las bombas at¨®micas, ha sido muy dura y se ha advertido ya a Washington que su fabricaci¨®n pondr¨¢ en peligro, todav¨ªa m¨¢s, las conversaciones SALT. ??C¨®mo puede alguien erigirse en campe¨®n de los derechos humanos y al mismo tiempo esgrimir la bomba de neutrones, e ue amenaza las vidas de milloneside personas??, escribi¨® la agencia oficial Tass, hace unos d¨ªas.Mientras en Norteam¨¦rica se abre paso la idea de que es mejor no tener un tratado de limitaci¨®n de armas con la URSS que firmar uno desventajoso, los sovi¨¦ticos manifiestan, a trav¨¦s de la televisi¨®n, que es evidente el intento del Pent¨¢gono de alcanzar superioridad militar sobre la URSS y que ?nunca se debe dejar la ventaja a los norteamericanos?.
Esta serie de enfrentamientos y de progresivas intransigencias est¨¢ llevando, se piensa en Washington, al final de la ¨¦poca de distensi¨®n que sucedi¨® a la guerra fr¨ªa de los a?os 50. Para algunos se est¨¢ abriendo una nueva etapa en la que las dos superpotencias competir¨¢n muy duramente, pero sin llegar a la hostilidad de la guerra fr¨ªa. Para otros, las complejas relaciones entre Washington y Mosc¨² han atravesado por muchos altibajos desde la segunda guerra mundial y ahora se entra en una etapa descendente.
En cualquier caso, ni un nuevo acuerdo SALT ni una entrevista Caatrteer-Brejnev parecen muy probables durante el a?o en curso, Y hay quien piensa que Esstados Unidos, con un lidezgo estable para pr¨¢cticaente ocho a?os, quiere estar colocado en posici¨®n ventajosa para esperar a que se decida la complicada sucesi¨®n de Brejnev, sobre cuyo estado de salud corren persistentes rumores, y que los movimientos ?eurocomunistas? hagan perder cohesi¨®n al bloque socialista para obtener entonces las mayores ventajas posibles en una nueva etapa de las relaciones entre las dos superpotencias.
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