El parado
Iba yo a comprar el pan y me encontr¨¦ con el parado, que estaba en su esquina leyendo en el Ya la cosa de Fuentes Quintana, que ha dicho el se?or Fuentes Quintana que hay que arreglar el aro, o sea quitarlo.,-Todos los ministros, cuando entran, dicen lo mismo, don Francisco.
El parado, en su esquina, ha visto pasar ministros y Ministerios, y tiene ya el escepticismo esquinero del pueblo espa?ol, que sabe que e paro, como la crisis del teatro, a reforma fiscal, el martillo de herejes, Torrebruno y el Banesto son eternas cosas de la Espa?a eterna.
-Hombre, a lo mejor ¨¦ste lo arregla.
-Ser¨ªa una cat¨¢strofe. El paro es la base estabilizadora de la vida nacional.
Vale. La teor¨ªa del parado es que la derecha necesita el paro, y lo fomenta, porque el mejor indio es un indio muerto, como dec¨ªa John Wayne en los westerns, y el mejor obrero es un obrero parado.-Aclarese, don Francisco. El obrero a pleno rendimiento no trae m¨¢s que problemas, o sea subsidios, huelgas, dedos cortados por la laminadora, reivindicaciones y cosas. El obrero parado es m¨¢s positivo, es una fuerza de energ¨ªa de primer orden, porque con los parados se hacen las procesiones, los sanfermines, los referendums en la plaza de Oriente, los bailes de pueblo y la verbena de la Paloma. Por la cosa del turismo y por la cosa en general, a Espa?a le van bien los parados. El paro hace ambiente.
Yo creo que este parado ha acabado contagi¨¢ndose del sentido wildeano-¨¢crata de la paradoja que le ha inculcado el abrecoches que es un Oscar Wilde con pata de palo, o mejor, medio Oscar Wilde.
-Pues a ver si va a estropearlo todo ese se?or Fuentes Quintana.
-Como suprima el paro se carga el pa¨ªs, don Francisco.
Y es verdad que, seg¨²n anunciara ex Reguera, cuerpo, el turismo est¨¢ volviendo a la democr¨¢tica Espa?a, que Ibiza estaba as¨ª de suecas la semana a pasada, seg¨²n me ha informado Silvia, mi argentina particular, y oso supone una demanda masiva de macarras, hortera-lovers y, machos Ib¨¦ricos que s¨®lo puede surtir el paro.
El otro d¨ªa me ha escrito una falsa carta un falso parado, diciendo que yo frivoliz¨® el tema y que ¨¦l y sale todas las ma?anas de su chabola a buscar un trabajo que no encuentra. Pero la carta es impecable de redacci¨®n y mecanograf¨ªa, y termina traicion¨¢ndose con una alusi¨®n ?al prmer socialista de la Historia: Jesucristo?, y a la ¨²ltima cena. Debe ser un parado que tiene la chabola llena de secretarias, mecan¨®grafas, crucifijos de n¨¢car, crucifijos de N¨¢car-Colunga, retablos barrocos y cosas.
-A Espa?a la sostenemos los parados y los ociosos -dice el parado, mi parado.
Efectivamente, los parados nutren el folklore nacional, la coreograf¨ªa de derechas y las demostraciones sindicales (que las van a poner otra vez en seguida). Y los ociosos ejercen ese magisterio de costumbres que les asignara Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera, y que consiste en ligar bronce en Navacerrada, ligar marquesas en Puerta de Hierro y ligar millones en Puerto Ban¨²s.
No lo arregle usted, se?or Fuentes, que usted es un gran economista y la econom¨ªa es una ciencia racional, pero el typical spanish cantado por Marisol antes de hacerse roja es puro irracionalismo. Ni eso ni la reforma Fiscal, aunque yo creo que sobra el consejo, porque la reforma Fiscal no la ha arreglado ni la va a arreglar nadie nunca, que llevo oyendo hablar de eso desde que Gir¨®n era flecha y yo ten¨ªa el piojo verde.
-Como le metan mano a la reforma fiscal, se cargan la clase ociosa y el magisterio del costumbres -dice el parado.
Y como le met¨¢n mano al paro, se cargan el mill¨®n de parados, o sea la gracia natural del pueblo espa?ol,
-Voy a cambiar de esquina -dice el parado-, porque de todos modos no me f¨ªo, y a lo mejor viene a verme el se?or Fuentes Quintana y me ofrece un puesto de trabajo. Tengo que decirle que yo me debo a don Cristino Martos y que respete las tradiciones espa?olas como las respetaron los ministros de Franco.
O sea, el ocio por arriba y el paro por abajo. La Espa?a eterna. Y Espa?a, como dice Fraga, es lo ¨²nico importante.
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