El conocimiento de los circuitos, fundamental en la f¨®rmula-1
En la f¨®rmula 1 moderna el conocimiento de cada circuito y la preparaci¨®n previa de la m¨¢quina es fundamental para el piloto. Por norma, cuando se vuelve a uno ya conocido, el coche inicia los entrenamientos con las medidas y ajustes con los que ese mismo coche corri¨® su ¨²ltima carrera all¨ª. El ¨²ltimo Gran Premio de Silverstone, sustituto del tradicional de Brands Hatch, fue un ejemplo de c¨®mo James Hunt, al margen de haber mejorado su McLaren, ?agot¨®? a Watson con su conocimiento del circuito. En el pr¨®ximo Gran Premio de Alemania, tambi¨¦n los pilotos que mejor conozcan Hockenheim, por primera vez escenario de una carrera de este tipo, en lugar del desechado -por peligroso- Nurburgring, tendr¨¢n ventaja.
En cualquiera de los circuitos que se repiten normalmente, todo queda anotado de un a?o para el siguiente: presi¨®n de los neum¨¢ticos con los dep¨®sitos llenos, inclinaci¨®n de los alerones, relaci¨®n adecuada de los pi?ones del cambio, consumo de gasolina, neum¨¢ticos empleados en entrenamientos y en carrera, altura de amortiguadores y elasticidad de los muelles que dieron el mejor resultado la ¨²ltima vez. El torsionar o aligerar un par de cent¨ªmetros las barras de la sus pensi¨®n significa dar la vuelta m¨¢s r¨¢pida y estar el primero en la parrilla de salida, o quedarse por cent¨¦simas de segundo en medio del pelot¨®n, sin posibilidad material de ganar una carrera.Esto, en cuanto a la m¨¢quina y sin mencionar mil detalles m¨¢s, que hacen de una manera casi inexplicable que el coche que ayer ganaba carreras en la prueba siguiente obtenga resultados mediocres. Pero refiri¨¦ndonos a ese otro componente vital, que es el piloto, si ¨¦l no conoce a fondo el circuito y no es capaz, por tanto, de transmitir a sus mec¨¢nicos las sensaciones percibidas en cada curva y el comportamiento de su coche en cada momento, no hay t¨¦cnico en el mundo que pueda sacar partido al mejor f¨®rmula 1.
Adaptar el estilo de conducci¨®n
Tambi¨¦n el piloto tiene que adaptar su estilo de conducir a las peculiaridades de los circuitos. En cada curva debe, saber cu¨¢nto puede esperar para apurar los frenos en el ¨²ltimo momento sin riesgo de hacerlo demasiado tarde; d¨®nde debe quitar y poner el pie del acelerador. Retirar el pie a destiempo por mal c¨¢lculo, o falta de coraz¨®n: son mil¨¦simas de segundo que, sumadas en una vuelta, pueden costar las cent¨¦simas que separan al ganador del octavo o el d¨¦cimo clasificados. As¨ª de sutil as¨ª de complicado, y as¨ª de cierto.Otro gran problema del piloto es elegir las trayectorias ideales en su recorrido por cada punto de la pista, teniendo en cuenta adem¨¢s, que los mismos movimientos y trazados han de ser repetidos con precisi¨®n milim¨¦trica durante muchas vueltas a toda velocidad y sin permitirse el lujo de una sola equivocaci¨®n.
Digamos que, como norma de oro, el problema de cualquier piloto consiste en encontrar siempre ?la l¨ªnea m¨¢s recta entre dos puntos?, contando con que hay otros concursantes en la pista. En su conocimiento del circuito tiene que prever, por tanto, que si al llegar a la zona anterior a una curva se abre mucho, para tomarla lo m¨¢s seguro y r¨¢pido posible, al tener a un contrario pegado a los talones, su t¨¦cnica ha de variar totalmente. La maniobra que en buena ortodoxia deb¨ªa haber realizado deja de ser buena en ¨¦sta ocasi¨®n, porque el contrario aprovechar¨¢ para pasarle.
Cada cambio, cada aceleraci¨®n, en qu¨¦ puntos puede intentar adelantar a un contrario, d¨®nde, en caso de p¨¦rdida de control del coche, puede intentar la huida con el menor riesgo posible, en qu¨¦ sitios, y a pesar del riesgo, tiene que echarle m¨¢s coraz¨®n, ha de ser tenido en cuenta. A veces, el estado de la pista, un bache que no estaba la vez anterior, o el aceite acumulado en una curva, hacen cambiar totalmente los planteamientos.
Habilidad de los pilotos
Algunos pilotos disponen de la habilidad natural que les faculta, en muy pocas vueltas, para captar estos dif¨ªciles detalles. Mario Andretti, Aue no conoc¨ªa el circuito de Dijon, despu¨¦s de dar las primeras vueltas en los entrenamientos oficiales anteriores a la carrera, estaba, a los pocos minutos, consiguiendo la media m¨¢s r¨¢pida. Las manos del piloto han de mantenerse en constante movimiento, los continuos desniveles obligan a que la trayectoria de los virajes sea anticipada, casi adivinada, colocando el coche cuando la curva a¨²n no ha llegado a verse. Observados los coches desde una perspectiva. distante puede apreciarse perfectamente c¨®mo las continuas correcciones de las ruedas delantera mantienen el morro de los monoplazas en continuo zig zag, cuando a velocidades superiores a los d6scientos kil¨®metros por hora, la cabeza inclinada a un lado y a otro de los pilotos, parece querer compensar, en equilibrio reflejo, la enorme fuerza centr¨ªfuga generada. Estos desplazamientos, brutales, y las fort¨ªsimas acelaraciones y deceleraciones someten al piloto, en circuitos como el ¨²ltimo de Dijon, a un esfuerzo, durante muchas vueltas, realmente s¨®lo apto para fueras de serie.
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