Estimulos al ahorro y tranquilidad por el petr¨®leo del mar del Norte
El ahorro de la energ¨ªa es en Gran Breta?a una necesidad nacional y, al mismo tiempo, una moda a la que se han sometido pr¨¢cticamente todos los habitantes de este pa¨ªs.La afici¨®n que los brit¨¢nicos sienten por el ahorro de la energ¨ªa no s¨®lo es consecuencia de su tradicional sentido de la solidaridad en los momentos de crisis, sino de la masiva campa?a publicitaria realizada por el Gobierno desde enero de 1975 a marzo del a?o pasado.
Los resultados de esa campa?a, en la que se ense?¨® a los ciudadanos del Reino Unido a hacer un uso razonable de sus recursos energ¨¦ticos, fueron instant¨¢neos. A lo largo de 1975 el consumo de energ¨ªa baj¨® en un 2% con relaci¨®n al a?o anterior.
La Administraci¨®n se hab¨ªa gastado m¨¢s de cinco millones de libras (unos 630 millones de pesetas de entonces) en la publicidad. ?Ahora consideramos que aquel. fue un dinero muy bien gastado.? Ahora todos los brit¨¢nicos ahorran energ¨ªa por sistema, con el mismo cuidado con que miman otras tradiciones del pasado. Ya no hace falta hacer publicidad
Para el bien lo 1976-77 la Administraci¨®n ha dispuesto tan s¨®lo un mill¨®n de libras para recordarles a los ingleses que la crisis energ¨¦tica no se ha sobrepasado.
Nada de intervencionismo
La primera medida gubernamental sobre ahorro de energ¨ªa fue firmada en junio de 1974, tras la subida de los precios de los crudos. Desde entonces, la Administraci¨®n, que ha seguido siendo laborista, ha definido su pol¨ªtica sobre el consumo energ¨¦tico subrayando su car¨¢cter ?no intervencionista?. El Gobierno ha de limitarse, dicen sus ¨²ltimas conclusiones sobre el tema, a estimular a la iniciativa privada a que desarrolle t¨¦cnicas y c¨®digos que contribuyan al ahorro de energ¨ªa. Adem¨¢s, debe procurar por encima de todo que el precio de la energ¨ªa sea el fiel reflejo, al menos, de los costos que se producen en el abastecimiento. En otros planos, el Gobierno se, compromete a ofrecer informaci¨®n suficiente y clara sobre los m¨¦todos de ahorro energ¨¦tico y se obliga a s¨ª mismo a dar un buen ejemplo en el uso de la energ¨ªa en las empresas nacionalizadas.
Al mismo tiempo que los laboristas han ido dictando sus normas sobre la conservaci¨®n de la energ¨ªa, el Gobierno consider¨® precisa la existencia de una organizaci¨®n que estuviera al servicio de los distintos departamentos ministeriales a los que el ahorro de la energ¨ªa les afecta. Esta organizaci¨®n se llama Consejo para la Conservaci¨®n de la Energ¨ªa, fue creada a mediados de 1975 y se ocupa de coordinar y revisar las acciones p¨²blicas y privadas en el campo que le compete.
Un pa¨ªs autosuficiente
El ahorro de la energ¨ªa ser¨¢ sobre todo una moda en 1980, cuando Gran Breta?a tenga cubiertas todas sus necesidades energ¨¦ticas con lo que promete dar el petr¨®leo del mar del Norte. Los hogares y los edificios del pa¨ªs, que est¨¢n siendo equipados para que los gastos de calefacci¨®n sean los m¨ªnimos incluso durante los inviernos m¨¢s crudos, estar¨¢n entonces tan preparados que incluso lo que va a provenir del mar del Norte les va a dar a los brit¨¢nicos para exportar y mejorar para siempre su balanza comercial.
Un director general del Ministerio brit¨¢nico de Energ¨ªa dijo recientemente que ?en el plazo de tres a?os, Gran Breta?a tendr¨ªa acceso a sus propios recursos para abastecer toda la energ¨ªa que precise el pa¨ªs. Adem¨¢s, a lo largo de la pr¨®xima d¨¦cada, el Reino Unido podr¨ªa ser uno de los pocos pa¨ªses industrial izados europeos autosuficientes en este terreno?.
El petr¨®leo y el gas del mar del Norte podr¨ªan darle a Gran Breta?a en el plazo de tres a?os un valor bruto de cerca de 360.000 millones de libras (una cifra mareante en pesetas). Ahora mismo, de los pozos petrol¨ªferos del mar del Norte salen 400.000 barriles al d¨ªa, lo que supone unos veinte millones de toneladas al a?o. Para diciembre de este a?o se espera que Gran Breta?a obtenga de los pozos que ya est¨¢n en funcionamiento la mitad de lo que necesita. Adem¨¢s, se espera que para este oto?o la producci¨®n de gas del mar del Norte aumente en un 50%.
Para los brit¨¢nicos, las perspectivas que ofrece la existencia del petr¨®leo son tan optimistas que ya se piensa que para 1985, las ganancias que produzca el mar del Norte cubran los actuales d¨¦ficits del Reino Unido. Esa circunstancia explica el inter¨¦s laborista por ofrecer a Escocia soluciones pol¨ªticas que disminuyan el poder de los nacionalistas y preserven la incalculable riqueza petrol¨ªfera que el partido que actualmente est¨¢ en el Poder quiere seguir controlando desde Londres.
La ambici¨®n laborista es la de llegar a controlar no s¨®lo pol¨ªticamente sino en todos los sentidos, el petr¨®leo del mar del Norte. Parte de las acciones que hasta ahora se reservaba el Estado han sido puestas a la venta recientemente como uno de los m¨¦todos seguidos por el Gobierno para recortar su creciente gasto p¨²blico. La asamblea del partido laborista, que vio en esa cesi¨®n una traici¨®n a los objetivos socialistas que mantiene, espera que la resoluci¨®n de los actuales conflictos econ¨®micos ayudar¨¢ al Gobierno a recuperar el control econ¨®mico del mar del Norte de las multinacionales. Un hombre de izquierdas, Anthony Benn, es el ministro, de Energ¨ªa con especial responsabilidad sobre el mar del Norte, y ¨¦l no quiere abandonar ese puesto sin ver socializada esa parte esencial de los recursos energ¨¦ticos brit¨¢nicos.
Frente a la teor¨ªa conservadora de que la nacionalizaci¨®n de las industrias s¨®lo contribuye al fracaso de las mismas, los laboristas presentan los resultados de las empresas del carb¨®n y de la electricidad, que pertenecen al Estado. En 1975-1976, la Empresa Nacional del Carb¨®n (NCB: National Coal Board) y sus agentes subsidiarios obtuvieron ingresos superiores a los 2.000 millones de libras, 52 millones m¨¢s que el a?o anterior. El balance contrasta con la producci¨®n, que descendi¨® en m¨¢s de un mill¨®n de toneladas, hasta quedarse en 123 millones de toneladas brutas. La raz¨®n para el descenso en la productividad, alega el Gobierno, ha sido la necesidad que han tenido los mineros de trabajar en tareas ajenas a la propia obtenci¨®n de carb¨®n. En el mismo bienio, el consumo de carb¨®n descendi¨® cerca de cinco millones de toneladas, lo que no ha impedido que siga siendo ¨¦sta la fuente de energ¨ªa principal para los brit¨¢nicos, el 37% de los cuales a¨²n usa carb¨®n.
En la Empresa Nacional de la Electricidad (Central Electricity Gener¨¢tion Board) el super¨¢vit ha sido general. Los ingresos fueron el pasado a?o de m¨¢s de 3.000 millones de libras, mil millones m¨¢s que el a?o Interior.
En cuanto a la energ¨ªa nuclear, ahora est¨¢ en marcha en el Reino Unido un programa de desarrollo que acogi¨® en 1975-76 las dos primeras centrales. El Ministerio de Energ¨ªa, que se gast¨® en aquel per¨ªodo 143 millones de libras y recibi¨® un beneficio de 55 millones, se considera satisfecho, en general, de lo que en materia de energ¨ªa nuclear se ha conseguido con el reactor prototipo PFR. El organismo que se encarga en el Reino Unido de coordinar los trabajos en este sector se ha dedicado sobre todo a prestar su asistencia a las empresas nacionales de la electricidad y a desarrollar el estudio del sistema del reactor generador de agua pesada.
Pero, por encima de esos trabajos de desarrollo nuclear, lo que m¨¢s preocupa en Gran Breta?a es garantizar la seguridad en que las estaciones operan. A pesar de todo, el Ministerio de Energ¨ªa es de la opini¨®n que ning¨²n nuevo programa de implementaci¨®n de los recursos de energ¨ªa nuclear debe ponerse en pr¨¢ctica antes de lanzar un debate p¨²blico sobre su conveniencia, lo que el Ministerio conseja, mientras tanto, es que los brit¨¢nicos estudien m¨¢s las posibilidades de aprovechamiento de los recursos naturales de energ¨ªa.
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