Los parlamentarios catalanes elaboran un real decreto para restablecer la Generalitat

Ayer fue conocido un ?proyecto de real decreto ley sobre el restablecimiento de la Generalitat?, elaborado por los parlamentarios catalanes, lo cual equivale, muy exactamente, a echar toneladas de gasolina al ya perfectamente detectado conflicto entre parte de los parlamentarios catalanes y el presidente de la Generalitat de Catalu?a, Josep Tarradellas. Un fuego cuyos ¨²nicos bomberos son los socialistas, en gran parte neutralizados por sus propias vacilaciones internas.

El proyecto fue conocido a trav¨¦s de una fuga, despu¨¦s de una reuni¨®n de la comisi¨®n permanente de la Asamblea de Parlamentarios, en la que se acord¨®, entre otras cosas, visitar a Tarradellas el pr¨®ximo viernes en Perpignan. Los parlamentarios estuvieron reunidos durante seis horas, pero la referencia oficial de lo tratado -dado a conocer por el nuevo portavoz oficial, el senador Pedro Portabellas- es resumible en muy escasas l¨ªneas. Una vez m¨¢s, las informaciones de inter¨¦s se obtuvieron por v¨ªa paralela y contrastan con el habitual nunca pasa nada de las fuentes oficiales de los parlamentarios.En efecto, el inter¨¦s se centra en el mencionado proyecto de decreto-ley, cuya autenticidad fue confirmada por Portabella, quien, no obstante, afirm¨® que ?antes de ser presentado al Gobierno hemos de presentarlo al presidente Tarradellas?.

Con una clara pol¨ªtica de hechos consumados, los parlamentarios catalanes buscan lo mismo que Tarradellas desea para s¨ª: el principal protagonismo en las negociaciones con el Gobierno de Madrid. Una vez m¨¢s ¨¦ste es el tema de inagotable debate. Sus antecedentes se remontan a la desaparecida Junta Democr¨¢tica -tema que enfrent¨® a Tarradellas con Josep Andr¨¦u Abell¨®-, pasan por la comisi¨®n de los nueve -con el consiguiente enfrentamiento entre, por un lado, Jordi Pujol y los comunistas, y por otro, Tarradellas- y llegan a la actual confrontaci¨®n entre Tarradellas y los comunistas, ayudados estos ¨²ltimos por algunos senadores de la Entessa, particularmente Josep Benet.

En todos los casos, Tarradellas ha sostenido una postura que se centra en el art¨ªculo 14 del Estatuto de Autonom¨ªa de Catalu?a de septiembre de 1932, seg¨²n el cual ?el presidente de la Generalitat asume la representaci¨®n de Catalu?a?.

Hecho com¨²n a todas las confrontaciones citadas ha sido la presencia de los comunistas catalanes en la trinchera contraria a la de Tarradellas, pese a que los diputados del PSUC en el parlamento catal¨¢n votaron, en 1954, a favor de su designaci¨®n como presidente de la Generalitat. Otro hecho com¨²n ha sido que, en casi todos los casos, han sido los socialistas quienes han intentado jugar un papel moderador que ha terminado con m¨¢s pena que gloria.

Dif¨ªcil benepl¨¢cito

La confrontaci¨®n ahora en ciernes puede ser m¨¢s grave que las anteriores. En efecto, el proyecto de decreto que los parlamentarios catalanes desear¨ªan hacer llegar al presidente del Gobierno para que el Rey lo firmara no puede, en ning¨²n caso, contar con el benepl¨¢cito de Josep Tarradellas. Ello es una afirmaci¨®n obvia po poco que se conozcan los criterios pol¨ªticos y la trayectoria pol¨ªtica de este ¨²ltimo. Tal intuici¨®n es perfectamente visible si se considera el art¨ªculo dos del mencionado proyecto de los parlamentarios catalanes en que se afirma que ?corresponder¨¢ a la Diputaci¨®n provisional de la Generalitad, formada por los diputados y senadores de las cuatro provincias catalanes, la elaboraci¨®n y aprobaci¨®n de las normas de r¨¦gimen interior que determinen la forma y los requisitos para la designaci¨®n del presidente de la Generalital y del consejo provisional de la Generalitad? (gobierno aut¨®nomo).

Est¨¢ claro que dicho art¨ªculo equivale a atar de pies y manos a Tarradellas, algo que, desde luego no concuerda en absoluto con su car¨¢cter ni con el sentido que siempre ha deseado dar a su funci¨®n.

Todo indica que Tarradellas tiene como ¨²nico Norte el contenido de la declaraci¨®n oficial del Gobierno espa?ol del pasado d¨ªa 5 de julio, que daba cuenta de las nego ciaciones oficiales entre Tarradellas y Su¨¢rez y que, en base a dicho comunicado oficial, y a sus contactos directos con Su¨¢rez, no permitir¨¢ ceder ni un mil¨ªmetro de su protagonismo.

La confrontaci¨®n debilita, desde luego, la fuerza de Catalu?a a la hora de negociar. No cabe duda que las partes en litigio intentar¨¢n que la responsabilidad del posible fracaso de la negociaci¨®n -si las cosas contin¨²an por este camino el fracaso es muy claro- a la parte contraria.

Con relaci¨®n al proyecto. de real decreto-ley sobre el restablecimiento de la Generalitat de Catalu?a elaborado por los parlamentarios catalanes, llama poderosamente la atenci¨®n que unas fuerzas situadas mayoritariamente en la Oposici¨®n redacten con todo detalle el texto de una ley que, como es l¨®gico, tiene que ser firmada por el jefe del Estado. El car¨¢cter de este redactado -en el que se aluden a cosas tan concretas como que las autoridades auton¨®micas podr¨¢n requerir la asistencia de las fuerzas de orden p¨²blico- llam¨® poderosamente la atenci¨®n en todos los medios period¨ªsticos barceloneses.

Conocida la carta que envi¨® Tarradellas a Revent¨®s (v¨¦ase EL PAIS de 24 de julio) y ahora el texto del proyecto de real decreto elaborado por los parlamentarios, es ya f¨¢cil afirmar que la confrontaci¨®n entre las partes puede llegar a revestir caracteres muy graves y que sin duda, la fecha decisiva es el pr¨®ximo viernes cuando la comisi¨®n permanente de los parlamentarios catalanes visite a Tarradellas.