Una pol¨¦mica a escala mundial
El existencialismo de los a?os cincuenta, el estructuralismo de los sesenta, la filosof¨ªa del deseo de los setenta. Estos movimientos ejercieron una lenta influencia en el pensamiento contempor¨¢neo. Pero con mucha paciencia. Los llamados ?nuevos fil¨®sofos?, en poco m¨¢s de una hora, el ¨²ltimo 27 de mayo, pasaron de la geograf¨ªa min¨²scula de los cen¨¢culos parisienses al ruedo del ?vedetismo?. Fue una emisi¨®n de televisi¨®n, ?Ap¨®strofes?, la que realiz¨® el milagro; desde entonces, Bernard Henri Levy, Andr¨¦ Gluksmann, Jean Marie Benoist, Christian Jambet, Guy Lardreau, Phillippe Nemo, Maurice Clavel, se han convertido en el tema snob de todo tipo de reuniones, en el sujeto de debates sin fin, en la radio, en la TV, en la prensa. ?La barbarie de rostro humano?, del l¨ªder del grupo BHL, como se le llama a Levy, en pocos d¨ªas, pas¨® del anonimato a 60.000 ejemplares de venta.La operaci¨®n publicitaria, denunciada por sus detractores, fue organizada por la Editorial ?Grasset?, en donde trabaja como director de una colecci¨®n de filosof¨ªa ?BHL?, que ha publicado a todos sus colegas. Pero otros dos elementos han favorecido la explosi¨®n de los ?nuevos fil¨®sofos?: su tem¨¢tica y el momento escogido para el lanzamiento. Tem¨¢tica: ?Goulag? igual a marxismo, marxismo igual a comunismo, comunismo igual al ?programa com¨²n? de la izquierda
La campa?a preelectoral que ya se est¨¢ desarrollando, por fin, ha reactivado el inter¨¦s y las pol¨¦micas en torno a unos ?nuevos fil¨®sofos? que irritan a la izquierda, que la derecha intenta recuperar y que parte de la cr¨ªtica no considera ni ?nuevos? ni ?fil¨®sofos?.
El fen¨®meno viene, en realidad, de mayo del 68, ya que la mayor parte de los nuevos ¨ªdolos proceden de las barricadas, en donde ?hicieron la revoluci¨®n? en las filas del izquierdismo. El primer aldabonazo lo dio Marx ha muerto, de Benoist, hace ya siete a?os. Muchos de sus colegas a¨²n eran estudiantes entonces, hoy son profesores universitarios o de segunda ense?anza. El movimiento, a nivel de cen¨¢culo, fue puesto en marcha por ?BHL? hace un a?o, en la revista Nouvelles Litteraires. Pocos d¨ªas despu¨¦s, a doscientos kil¨®metros de Par¨ªs, en Vezelay, Maurice Clavel (izquierdista en 1968, ?cristiano, seg¨²n el cual, los cristianos debemos ser retrasados absolutos?, dice el padre dominicano y escritor Jean Carbonnel) convoc¨® en su casa de campo a los ?nuevos fil¨®sofos? para urgirles: ?Ten¨¦is dos a?os por delante para haceros c¨¦lebres, ser¨¢ la ¨²nica manera de parir la rebeli¨®n.? Un a?o ha bastado para la consagraci¨®n de los ?resistentes?, de los profetas del ?final del reino de las ideolog¨ªas?, de los descubridores de que todo poder engendra un ?Goulag?.
La acogida de cr¨ªticos, especialistas o partidos pol¨ªticos ha sido tan apasionada como desbordante su impacto popular a trav¨¦s de los ?mass-media?. Hace pocos d¨ªas, el presidente de la Rep¨²blica, Valery Giscard d'Estaing, recibi¨® en el palacio del El¨ªseo a ?BHL? y a Benoist; el Partido Comunista, por su parte, entiende que ?los nuevos fil¨®sofos son el ¨²ltimo tiz¨®n lanzado contra la izquierda?.
El l¨ªder socialista Fran?ois Mitterrand (?BHL?, en 1973, perteneci¨® a su grupo de expertos), d¨ªas pasados, se manifest¨® cauteloso ?porque el asunto es muy importante y prefiero expresarme por escrito?, pero de todas maneras ya adelant¨® que ?no ser de derechas ni de izquierdas equivale a favorecer el poder?. Fil¨®sofos, escritores, hombres pol¨ªticos de diferentes ideolog¨ªas, como Ellenstein, Debray, Deleuze, Castoriadis, Salini, Poulantzas, han coincidido todos para considerar a los ?nuevos fil¨®sofos? como el producto de una operaci¨®n de ?marketing? destinada a dar consistencia ideol¨®gica a la ?nueva derecha?. El escritor Claude Mauriac opina que ?es muy f¨¢cil, en nombre de un absoluto que no existe m¨¢s que en nuestra nostalgia, rechazar lo que intentan hacer los dem¨¢s?. En este sentido de la ?evasi¨®n, siempre la evasi¨®n ?, se han manifestado muchos detractores; otros sospechan de que sus ? descubrimientos ? (los cr¨ªmenes del estalinismo, que el poder pol¨ªtico no es bueno, etc¨¦tera) los hayan hecho en este momento preelectoral precisamente.
El historiador y comentarista liberal Alfred Fabre-Luce, en una reflexi¨®n sobre el tema, lamentaba estos ?desahogos individuales? elevados a la categor¨ªa de filosof¨ªa y suplicaba al futuro en los siguientes t¨¦rminos: ?Que Francia, dentro de algunos a?os, no sea un pa¨ªs destrozado, envuelto en preocupaciones s¨®rdidas, al que los turistas de pa¨ªses con monedas fuertes vendr¨ªan a mirar burlonamente a nuestros intelectuales como a los animales de un zoo?.
Babelia
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