La llave del Gobierno
Resulta que las Cortes no son una feria de tejidos, ni un desfile de modelos. Porque hasta ahora parec¨ªa que lo m¨¢s importante era la corbata de los diputados, pero en la primera sesi¨®n ya se ha visto que lo importante no es la corbata, sino las intenciones que los padres de la Patria llevan debajo del estern¨®n. El se?or Jordi Pujol, representante de la pa?er¨ªa catalana, ayer abri¨® ya el malet¨ªn de las muestras.El primer trabajo de las Cortes ha consistido en elegir a los diputados y senadores que formar¨¢n la comisi¨®n de urgencia. No crean que es cualquier bobada. Es una formidable llave de paso para manipular una v¨ªa de agua por donde el Gobierno puede colar los decretos-leyes de canto. El primer debate se ha establecido para ver qui¨¦n se hac¨ªa con el mando de la v¨¢lvula. Debajo del asunto lat¨ªa adem¨¢s un problema pol¨ªtico de respeto a las minor¨ªas que con toda l¨®gica pretend¨ªan estar presentes en el control de este paso a nivel. Y habl¨® el se?or Carrillo, con voz ara?ada por el tabaco, haciendo cosquillas democr¨¢ticas a la derecha. Y habl¨® luego el socialista Peces Barba con una convicci¨®n de novicio domador de fieras. Pero nada, t¨ªo. Sucede que la compraventa ya estaba hecha.Se da el caso esperp¨¦ntico de que algunas minor¨ªas han votado contra s¨ª mismas. Contra la propuesta del PSOE ha votado Tierno Galv¨¢n; contra las alegaciones de los comunistas han votado con su abstenci¨®n la minor¨ªa catalana. Probablemente la actitud del PSP se deba a una cuesti¨®n de urticaria, a un acn¨¦ juvenil; all¨ª sentaditos Tierno y sus muchachos parec¨ªan ni?os que estaban de morros. En cambio lo de Jordi Pujol se explica, porque eso no ha sido m¨¢s que un negocio. La minor¨ªa catalana ha votado con los del Centro y Alianza Popular y en recompensa han logrado colocar a uno de los suyos en la comisi¨®n de Urgencia Legislativa.
No hay m¨¢s que hablar. Lo que se ve a simple vista es que estas Cortes vienen muy lastradas por la ley de Reforma Pol¨ªtica, que es una telara?a org¨¢nica donde a¨²n est¨¢ atrapada la izquierda. Uno comprende entonces esa cara de resignaci¨®n, de masoquismo risue?o que ofrece Carrillo desde la grada; el nerviosismo de Alfonso Guerra, que es un joven p¨¢lido con la ulcera pol¨ªtica envuelta en lat¨ªn; el gesto dormitante de Pasionaria con el ce?o hundido en la mano mientras sue?a con lejanos para¨ªsos; la sonrisa ir¨®nica de Ignacio Gallego. Animo, pr¨®ceres, que ya llegar¨¢ la vuestra. De modo que Su¨¢rez ya tiene en la mano la llave del decreto-ley y ahora s¨®lo queda implorar a la patrona del lugar para que la use con moderaci¨®n. Una llave m¨¢gica que Calvo Sotelo, el alguacilillo del Centro, despu¨¦s de zascandilear entre las gradas como un acomodador, ha entregado al presidente de la C¨¢mara y ¨¦ste desde el estrado de caoba ha arrojado galantemente adornada con un lazo hacia el banco azul. Su¨¢rez la ha introducido en su sombrero de copa para mostrarla alg¨²n d¨ªa convertida en conejo.
Despu¨¦s por los pasillos, entre corros de contrataci¨®n y compraventa de votos, se deslizaba la figura de Xirinacs, el terrorista hind¨² con un malet¨ªn de panfletos para la amnist¨ªa, como un rayo puro y barbado que no cesa, buscando el puesto que tengo all¨ª, de pie en el Senado, oficiando de gur¨² con la cabeza llena de l¨®gica matem¨¢tica. Da la sensaci¨®n de que es el ¨²nico que no se ha tomado este tinglado a broma.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.