El plan econ¨®mico y la inflaci¨®n

( ... ) Con la publicaci¨®n de las primeras medidas concretas, que no lo son tanto, ya que, entre otras cosas, falta la fijaci¨®n del tipo impositivo del ya famoso impuesto sobre el patrimonio y la explicaci¨®n de en qu¨¦ consistir¨¢n las exenciones fiscales para aquellas empresas que experimenten un incremento neto de sus plantillas, se constata el hecho de que la ¨²nica variaci¨®n inmediata del panorama econ¨®mico del ciudadano viene impuesta por la subida de los precios de determinados art¨ªculos y servicios. La primera reacci¨®n, entonces, es t¨ªpica; pues, ?no se pretend¨ªa atajar la tasa de inflaci¨®n?Sin embargo, el programa econ¨®mico del Gobierno est¨¢ destinado a atacar las causas m¨¢s profundas del fen¨®meno inflacionista, desechando la receta estabilizadora t¨ªpica de una pol¨ªtica r¨ªgida de rentas -congelaci¨®n de precios y salarios- o un frenazo al crecimiento de la oferta monetaria. No es que en este sentido exista una neutralidad total de la Administraci¨®n, ya que en el apartado de la moderaci¨®n salarial se indica que los crecimientos acordados en- los convenios colectivos habr¨¢n de ser lineales y que la pol¨ªtica monetaria, en todo caso, tendr¨¢ presente nuestra elevada tasa de inflaci¨®n. Resumiendo, puede hablarse de un plan de austeridad, no de uno de estabilizaci¨®n. ( ... )

Nadie puede hacerse ilusiones excesivas acerca de una r¨¢pida reducci¨®n de la tasa de inflaci¨®n. Los factores que ayudaron a poner nuestros precios a las cotas actuales no son de ayer. La soluci¨®n de los mismos no puede materializarse ma?ana, aunque lo cierto es que algunas consecuencias de las medidas adoptadas ya lo han hecho y otras se materializar¨¢n en seguida, antes de que comencemos a divisar la salida del t¨²nel. Ese es uno de los elementos sicol¨®gicos que mayor efecto deprimente ejercen sobre los ciudadanos y que s¨®lo puede aliviarse con una actuaci¨®n clara y con una informaci¨®n absolutamente desprovista de ambig¨¹edades.

Barcelona, 26 julio