A fondo
Nada m¨¢s empezar A fondo en la tele, va para a?o y medio, vino una noche Joaquin Soler Serrano a casa, con la secretaria del programa, la j¨®nica y germ¨¢nica Elke, para sacarme en la cosa, y coincidi¨® que por entonces me dieron un premio, de modo que con doble motivo, hale, a filmar, que corre prisa. Pero han tardado a?o y medio en darlo, ya digo.Estaba reci¨¦n muerto Franco -o muerto reci¨¦n, que queda mejor en hispanoamericano-, y a lo mejor algo de lo que dije no sonaba bien en un funeral, que todav¨ªa Colita estaba haciendo fotos negras de las grandes colas de espa?oles y espa?olas que quer¨ªan ver el cad¨¢ver. Las mismas colas, m¨¢s o menos, supongo, que a?o y medio m¨¢s tarde han votado antifranquismo en la cosa. Me lo dijo Guy de Mauppassant cuando est¨¢bamos en su molino pescando la trucha con mosca ahogada, en compa?¨ªa de Miguel Delibes y Fraga Iribarne:
-Ah, pueblo, y cu¨¢n f¨¢cil es gobernarte.
Mi esp¨ªa croata de la tele me explicaba que no lo daban por razones pol¨ªticas, y el contraesp¨ªa que no lo daban porque yo sal¨ªa comiendo. Me lo pregunt¨® una vez el escritor Daniel Sueiro:
-?T¨² por qu¨¦ siempre sales comiendo en la tele?
-Porque es una manera de destruir el contexto. Contra el esculpido a navaja de Maci¨¢, hay que salir comiendo y sin esculpido.
As¨ª un d¨ªa y otro d¨ªa, un mes y otro mes pas¨®. A m¨ª me parece que A fondo est¨¢ bien, porque es un remanso enlagunado de paz y conversaci¨®n en la histeria cibern¨¦tica de la tele, que ha confundido -y no inocentemente- informaci¨®n con prisa. Dan prisa para no dar informaci¨®n.
Rafael Ans¨®n me dec¨ªa la otra tarde, cuando nos comimos juntos un mel¨®n con jam¨®n, que ¨¦l entiende la televisi¨®n como una cosa muy din¨¢mica. Yo no. Pero tambi¨¦n me dec¨ªa que la cara humana es la imagen televisiva por excelencia, de modo que Televisi¨®n Espa?ola acierta en A fondo, dando todo el tiempo una cara, y, sobre todo, acierta cuando da la m¨ªa.
Pero me han dado a?o y medio m¨¢s tarde y devaluado, porque yo creo que la cosa ha quedado m¨¢s corta de lo que era, y para llenar huecos, espacios sospechosos y cortes imaginarios, me han machihembrado con un guitarrista del Cono Sur llamado Alirio, en una hibridaci¨®n muy propia de Televisi¨®n Espa?ola. No es que me moleste para nada salir con Alirio, buen guitarrista americano, pero me sorprende, me admira y me mosquea la tendencia de TVE al ma¨ªz de cinco cereales, a los programas anfibios y al peinado ideol¨®gico de las informaciones.
Me dice Sotillos que le ha dicho Ans¨®n que le he dicho yo que el tratamiento informativo que han dado al mot¨ªn de Carabanchel es subversivo. Yo no s¨¦ qu¨¦ tratamiento ha dado TVE al mot¨ªn de Carabanchel, porque no veo televisi¨®n (es prescripci¨®n facultativa para mis ojos, y quiz¨¢ para mi cerebelo). S¨®lo cog¨ª al vuelo una frase de una autoridad, en el televisor del conde de Lavern (ap¨®crifo), frase que ya he glosado en esta columna, en carta a Pitita:
-A los presos s¨®lo los hemos cacheado como a personas normales.
O sea, que no se me puede utilizar, si eso es verdad, para abroncar a los chicos de la informaci¨®n con el latiguillo de Umbral-no-es-sospechoso, lo primero de todo porque yo s¨ª soy sospechoso, y lo segundo porque lo poco que he escrito de los presos ha sido a favor, y ah¨ª est¨¢.
No s¨¦ qu¨¦ me duele m¨¢s, si que me aplacen, que me corten, que me hipostasien, que me falseen o que me machihembren con Alirio, el guitarrista. Ya, puestos a machihembrarse en montaje, podr¨ªan haberme machihembrado con B¨¢rbara Rey, en plan moderno, con D¨¢maso Alonso, en plan culto, o con Su¨¢rez, en plan constitucional. Me dijo Tom Woolf, profeta del nuevo periodismo norteamericano, que el primer s¨ªntoma de decadencia de un columnista es glosar programas de televisi¨®n. Ustedes perdonen. Lo que he hecho ha sido glosarme a m¨ª mismo. Como siempre.
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