Romy y sus coroneles
Realizada para mayor lucimiento de Romy Schneider, La mujer en la ventana, a pesar de su realizaci¨®n relativamente reciente, es un filme viejo ya seguramente por culpa de la historia que en ¨¦l se cuenta o, por mejor decirlo, por el modo en que ha sido realizada, adaptaci¨®n incluida, a partir de la novela de Drieu La Rochelle. Se ha cambiado la ¨¦poca en que la acci¨®n sucede, convirti¨¦ndola, adem¨¢s, en un relato de amor simult¨¢neo a una acci¨®n pol¨ªtica, que va desde la dictadura de Metaxas hasta la Grecia de hoy. De tal simbiosis ninguna de las dos se beneficia, en particular la de esta mujer asomada a la ventana, cuya aventura humana no llega en el filme a definirse. Desde el d¨ªa en que acoge en su habitaci¨®n a un perseguido pol¨ªtico, su personalidad se escapa a fuerza de saltos en el tiempo y el espacio, entre cambios de escenario, amigos, amantes y marido complaciente, reducida poco menos que a objeto ornamental de la alta sociedad cosmopolita.Se dir¨ªa que se trata de una historia de amor m¨¢s de las que suele realizar Granier Deferre, pero, esta vez, reforzada con una carga social que no casa y resbala entre discusiones sobre estrategia pol¨ªtica, viabilidad de los m¨¦todos de Stalin o simples referencias cronol¨®gicas a prop¨®sito de la vida de los personajes. Lo malo est¨¢ en que cuando estos personajes dialogan sobre S¨®focles ante las ruinas de los teatros griegos, apenas descubren nada de particular, lo cual si es malo, desde el punto de vista cultural, resulta peor desde el lado dram¨¢tico, pues cuando charlan de amor lo hacen peor, si cabe.
Una mujer en la ventana
Seg¨²n la novela de Pierre Drieu ?La Rochelle?. Gui¨®n y di¨¢logos de Jorge Sempr¨²n. Direcci¨®n, Pierre Granier Deferre. Int¨¦rpretes: Rommy Schneider, Philippe Noiret, Victor Lanoux, Umberto Orsini. Dram¨¢tica. Francia. 1976. Local de estreno: Torre de Madrid y Richmond
Hoy d¨ªa, cuando los filmes de los realizadores griegos llegan a las pantallas de los festivales con sus aut¨¦nticos problemas, sus aut¨¦nticos rostros y sus h¨¦roes verdaderos, este filme poco inspirado, con su visi¨®n manida del pueblo griego, sus polic¨ªas y campos de concentraci¨®n y su final feliz a su manera, no va m¨¢s all¨¢ de lo pintoresco o folkl¨®rico.
En el extenso reparto que sirve una serie de tipos t¨®picos: e diplom¨¢tico frustrado en el amo de su mujer, el arrivista hombre d negocios, el activista honesto y he roico o el polic¨ªa s¨¢dico, quien me jor se defiende, como siempre, e Philippe Noiret, cuya presencia oficio parecen capaces de sacar flote cualquier tipo de papeles.
Romy Sclineider, a quien lo a?os van pesando en el cuerpo, aunque no en el rostro, interpreta en su estilo habitual su papel de mujer eterna, entre fatal y arist¨®crata, tal como las conceb¨ªa el p¨²blico de los a?os treinta, empleando para convencernos toda su gama de miradas, vestidos exquisitos y desnudos discretos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.