Se confirma la calidad de los alumnos de la Escuela Taurina
La mayor seriedad del ganado lidiado el domingo, as¨ª como las dificultades que plantearon, resalta a¨²n m¨¢s lo mucho que de m¨¦rito hicieron los tres espadas alumnos de la escuela taurina. Sobre todo la actuaci¨®n de Galindo, con un oficio y un sitio ante los novillos verdaderamente asombroso.Al segundo de la tarde, manso que buscaba constantemente las tablas, le persigui¨® por todos los terrenos, el novillo se aconchaba en tablas y Galindo lo sacaba a los medios, tragaba paquete en derechazos y naturales, pero al final el novillo volv¨ªa a su querencia, no lograba dominarlo, y en su terreno le plant¨® pelea, al final de su labor surgieron unos ayudados por bajo que dominaron a la res. El ¨¦xito grande vino en el quinto, manso y reserv¨®n, comenz¨® la faena sentado en el estribo, sigui¨® de rodillas, y con un gran pase de pecho, hondo, templado, sali¨® de tablas a los medios. All¨ª surgieron derechazos y naturales largos y templados con el broche impecable del pase de pecho de pit¨®n a rabo, un muletazo a dos manos ce?ido, torer¨ªsimo, unos derechazos planta erguida, mano baja y un desplante marchoso, cerr¨® la faena con una estocada en la que perdi¨® el trapo.
Plaza de Carabanchel
Novillos de Antonio Mart¨ªn Tabernero: bien presentados, mansos, flojos y dif¨ªciles, excepto el primero y el tercero, manejables.Juan Antonio Ruiz: oreja. Palmas y saludos. Fernando Galindo: tres vueltas. Dos orejas. Fernando Lechuga: oreja. Palmas y saludos.
Juan Antonio Ruiz, tore¨® muy bien a la ver¨®nica a sus dos novillos, remat¨® la serie al primero con media magn¨ªfica. A este novillo, muy flojo, lo mulete¨® correcto y entonado, mejor sobre la derecha, aseada labor en la que tal vez falt¨® vibraci¨®n. El cuarto novillo se entabler¨® y Ruiz no fue capaz de sacarlo de all¨ª, estuvo valiente, y f¨¢cil con la espada con el defecto de quedarse en la cara.
Embarullado Lechuga en el tercero, codille¨® mucho y ahog¨® la embestida del novillo. Al ¨²ltimo lo tore¨® muy bien a la ver¨®nica; luego con una res muy floja, que se quedaba en el centro de la suerte, estuvo valiente, hubo unos derechazos muy templados, y de gran empaque, pero se pas¨® de faena y necesit¨® cuatro viajes para matar. El p¨²blico, que llen¨® casi tres cuartos de plaza, volvi¨® a salir satisfecho: ?Estos chicos dan espect¨¢culo y toreo del bueno?, se comentaba.
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