Eurocomunismo: ?t¨¢ctica o tradici¨®n?
Comit¨¦ Central del Partido Comunista italianoAlgunos acontecimientos recientes me refiero especialmente a la publicaci¨®n del ¨²ltimo libro de Santiago Carrillo, a la dura intervenci¨®n de la revista Tiempos Nuevos y a las iniciativas del PCI, incluida la visita de una delegaci¨®n a Mosc¨², de otras a Madrid y a Par¨ªs- han vuelto a poner en primer plano el debate sobre el ?eurocomunismo? en una dimensi¨®n tan amplia que rebasa los l¨ªmites de por s¨ª nada estrechos de Europa.
Conocido es, pues, el creciente inter¨¦s hacia el ?eurocomunismo? que han venido manifestando pol¨ªticos e intelectuales vinculados directa o indirectamente a la Administraci¨®n Carter, concret¨¢ndose en seminarios, coloquios, mesas redondas con la asistencia de destacados dirigentes del PCI en Estados Unidos y tambi¨¦n en Italia.
El debate, y m¨¢s la pol¨¦mica, llega hasta a poner en entredicho la existencia inisma del ?eurocomunismo? m¨¢s all¨¢ de un mero expediente t¨¢ctico para la conquista del poder.
Que el ?eurocomunismo? necesite de un fundamento te¨®rico cada vez m¨¢s s¨®lido y de un an¨¢lisis m¨¢s profundo en cada uno de los pa¨ªses cuyos partidos comunistas reconocen en ¨¦l su propia l¨ªnea estrat¨¦gica est¨¢ fuera de duda.
Sin embargo, aquellos que dejan reducido el ?eurocomunismo? a mero expediente t¨¢ctico se olvidan de que, antes de que as¨ª se las llamara, existieron las ?v¨ªas nacionales al socialismo?, cuya tradici¨®n, por desconocida, no deja de existir y guardar cierto inter¨¦s.
Quien tenga alguna familiaridad con el pensamiento pol¨ªtico de P. Togliatti sabe muy bien que esa tradici¨®n, de la cual ¨¦l ha sido tal vez uno de los promotores, se remonta, en lo que a su elemento sustantivo se refiere, al nexo entre democracia y socialismo, al VII Congreso de la Internacional Comunista Nexo, por decirlo en palabras de un valiente estudioso marxista italiano, L. Gruppi, que ?Togliatti captar¨¢ e indagar¨¢ a nivel te¨®rico y pol¨ªtico en el momento de la actuaci¨®n de la l¨ªnea del VII Congreso de la I. C. y en aquel otro, que fue su verdadera piedra de toque, la guerra civil espa?ola. de 1936-39, y que otro estudioso italiano, G. Vacca, autor del valioso ensayo P. Togliatti y la tradici¨®n del comunismo,al destacar la dimensi¨®n tan internacional de la base te¨®rica y anal¨ªtica de la v¨ªa italiana al socialismo, destaca tambi¨¦n cuando habla de ?la individualizaci¨®n de una teor¨ªa del proceso revolucionario y del partido, que despu¨¦s de la experiencia espa?ola del 36 comienza a sobrepasar a Lenin y al leninismo?, desarroll¨¢ndose cada vez con m¨¢s riqueza de una manera aut¨®noma y original en la experiencia italiana de la segunda posguerra.
Y para no dejar las cosas a medias, me parece ¨²til recordar que la ?tradici¨®n? de la cual estoy hablando algo tiene que ver -?y cu¨¢nto!- con aquella ?traducc¨ª¨®n de Lenin al italiano? que, ha sido una de las aportaciones m¨¢s grandes del pensamiento pol¨ªtico y te¨®rico de Grarnsci a la revoluci¨®n italiana y europea, a falta del cual no habr¨ªa sido posible sobrepasar a Lenin y al leninismo en la confrontaci¨®n con la experienc¨ªa pol¨ªtica concreta.
El hecho de que no se trate de una tradici¨®n lineal no supone que no exista, sino que ha sufrido altibajos o, mejor dicho, un gran frenazo debido a aquel llamado ?a cerrar filas? que fue el informe de Zdanov en la reuni¨®n constitutiva del Kominform-(septiembre de 1947) reflejado en el informe de Togliatti en el VI Congreso del PCI (Mil¨¢n, enero de 1948).
Hubo que esperar el XX Congreso del PCUS para reanudar esa ?tradici¨®n ?, que cada vez m¨¢s se va centrando en la uni¨®n indisoluble democracia-socialismo, unidad-autonom¨ªa. Y ser¨¢ precisamente entre 1956 y 1963 cuando se desarrolle la reflexi¨®n m¨¢s madura de Togliatti, cuyos documentos son la entrevista a la revista Nugvi A rgumenti y el Memorial de Yalta, escrito unos d¨ªas antes de morir. En la ?tradici¨®n comunista? constituyen dos puntos de referencia obligados. La continuaci¨®n de la ?tradici¨®n? lleva luego los nombres de Longo y Berlinguer.
Mas el nombre de Longo constituye una invitaci¨®n a una peque?a vuelta atr¨¢s, a un ?retorno?.
En la ?tradici¨®n comunista?, la experiencia espa?ola tiene, y lo hemos se?alado, un lugar destacado, preferente. Fue aqu¨ª, en Espa?a, donde surgi¨® la definici¨®n de ?democracia progresiva? para definir la que hoy estamos acostumbrados a llamar la etapa de la transici¨®n al socialismo.
Democracia progresiva, que supuso un Estado ?de tipo nuevo? y un partido ?de tipo nuevo?, tambi¨¦n de masas y de cuadros como se dice, y un ej¨¦rcito tambi¨¦n de tipo nuevo, cuyos atisbos se vieron en el tr¨¢nsito de las milicias al Ej¨¦rcito popular.
Quiero se?alar aqu¨ª que en las condiciones de la guerra (y de la guerra civil) hubo en la Rep¨²blica variedad de partidos, pluralismo cultural, ideol¨®gico y religioso. La base de aquella ?dernocracia progresiva? era la alianza entre clase obrera, campesinado, peque?a y mediana burgues¨ªa. ?Qui¨¦n puede decir que no la hubo y que, de alguna manera, no se mantuvo hasta la derrota y despu¨¦s, aunque en niveles ya m¨ªnimos, pero no insignificantes, con respecto a la ?tradici¨®n?? ?C¨®mo negar que en la ?tradici¨®n comunista? est¨¢ aquella Rep¨²blica que no perdi¨® su car¨¢cter democr¨¢tico- burgu¨¦s mientras realizaba tan amplia revoluci¨®n social?
De no ser as¨ª, la pol¨ªtica de la ?reconciliaci¨®n nacional? tan tero pranamente lanzada se hubiese quedado en palabras. Lo que en estos d¨ªas estamos presenciando los espa?oles y los amigos de Espa?a es la prueba fidedigna de que no fue as¨ª.
Existe, pues, la ?tradici¨®n comunista? es Espa?a, aut¨®noma y estrechamente hermanada con la italiana, y sobran marxistas en este pa¨ªs capaces de darla a conocer en toda su amplitud te¨®rica y anal¨ªtica.
Solamente quiero recordar a los que preguntan qu¨¦ es el ?eurocomunismo?, y hasta si es que existe m¨¢s all¨¢ de un tacticismo que ser¨ªa infantil m¨¢s que maquiav¨¦lico, que eso representa el m¨¢s novedoso y avanzado nivel alcanzado en el terreno de la investigaci¨®n en torno a la peculia.ridad de las relaciones entre pol¨ªtica y econom¨ªa, Estado y sociedad civil en Occidente y, por consiguiente, una total teor¨ªa de la transici¨®n emancipada del modelo bolchevique. De ah¨ª que la recuperaci¨®n y la defensa de las libertades burguesas se convierta, de hecho, en el contexto pol¨ªtico m¨¢s favorable al proletariado y a sus aliados, para alcanzar su total emancipacion y realizar su hegemon¨ªa.
Que,es donde la ?tradici¨®n comunista? empalma con la ?tradici¨®n? democr¨¢tica y progresista tout court.
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