Urge negociar

?Lentamente, el Gobierno produce los textos concretos -tanto legislativos como de medidas ejecutivas- de su plan econ¨®mico. Aunque a¨²n no funciona a pleno rendimiento el Congreso de Diputados, ha sido anticipada la creaci¨®n de una comisi¨®n sobre materias de Hacienda para que el ministro Fern¨¢ndez Ord¨®?ez pueda tener una primera confrontaci¨®n dial¨¦ctica con los diputados de todas las tendencias. Por su parte, el ministro Jim¨¦nez de Parga mantiene contactos con empresarios y centrales sindicales con el mismo objeto. (...).En primer lugar, una negociaci¨®n en materia econ¨®mica y fiscal tiene que hacerse forzosa mente sobre unos textos y unas cifras concretas. Si se dice que hay nuevos impuestos, eso y decir poco es lo mismo- Hasta tanto no se conozca el alcance y peso de un impuesto no se puede habar de ¨¦l, a favor ni en contra. Y el Gobierno no ha presentado esos papeles. Si se piensa en una pol¨ªtica eficaz de rentas, ni las centrales sindicales ni el Gobierno han explicado que el crecimiento salarial en Espa?a ha marchado por delante del coste de la vida, creando una sensaci¨®n de prosperidad a pesar de la crisis. En este punto las cifras son terminantes. Es cierto que esos progresos son ahora devorados por la inflaci¨®n y que ¨¦sta destruye la sensaci¨®n de prosperidad. Pero nadie quiere saber nada del precio que es necesario pagar por las pasadas alegr¨ªas nacionales cuanto toda Europa se apretaba el cintur¨®n. Nos hemos movido hacia una prosperidad artificial en el seno de una crisis mundial; las causas de esta anomal¨ªa son varias y complejas Nuestro deber de hoy es salir de este atasco como sea, a condici¨®n de que el precio est¨¦ lo m¨¢s justa mente repartido que sea posible Ese reparto es el objeto de una negociaci¨®n que reputamos imprescindible y urgente..?

31-7-77