La tercera v¨ªa
Dado que solamente el se?or presidente del Gobierno parece tener derecho a conocer las encuestas de opini¨®n que puntualmente le sirve el inefable ?soci¨®logo? D¨ªez Nicol¨¢s, es aventurado. hacer afirmaciones rotundas sobre la composici¨®n del voto en las pasadas elecciones. Sin embargo, no es descabellada la sospecha de que un buen porcentaje de las papeletas contabilizadas por UCD y PSOE tienen car¨¢cter centrista; son votos antifascistas en lo pol¨ªtico y socialdem¨®cratas en lo econ¨®mico. Porque no es pensable que los espa?oles se hallen claramente escindidos ya en dos opciones, una de clara derecha y otra de clara izquierda; por ahora, el pa¨ªs debe ser algo m¨¢s complicado que todo eso.As¨ª pues, la existencia de un aut¨¦ntico centro (o centro-izquierda, si se quiere) relativamente importante es un hecho sociol¨®gico casi incuestionable. El problema es c¨®mo va a articularse pol¨ªticamente esa corriente de opini¨®n que estar¨ªa caracterizada de forma muy simple: se trata de una opci¨®n inequ¨ªvocamente no franquista, no derechista, no oportunista y no marxista que ofrezca una estabilizaci¨®n econ¨®mica acompa?ada de un pacto social. Para que este pacto pueda convertirse en realidad, habr¨ªa de comprometerse a poner freno al omn¨ªmodo control de los grandes intereses financieros, a una reforma fiscal efectiva, a acabar con la corrupci¨®n administrativa, a olvidar la pr¨¢ctica del reparto de puestos y prebendas y a una provisi¨®n de servicios p¨²blicos y de equipamiento social suficiente y comparable a los est¨¢ndares europeos. Se me dir¨¢ que esa es la opci¨®n que proponen la mayor¨ªa de, las formaciones pol¨ªticas existentes, pero el problema es que ninguna de ellas est¨¢ en libertad para llevarla a la pr¨¢ctica. Tanto la UCD como el PSOE saben que no pueden dejarse arrebatar los votos socialdem¨®cratas obtenidos, pero a ambos grupos les va a ser muy dif¨ªcil la operaci¨®n.
En la carrera electoral de las elecciones municipales -que ya ha comenzado-, ni la pol¨ªtica econ¨®mica de Su¨¢rez va a poder escorarse muy a la izquierda ni la de Gonz¨¢lez lo podr¨¢ hacer a la derecha: ambos se deben,a sus or¨ªgenes.
La Uni¨®n de Centro de Su¨¢rez ha nacido con tales condicionantes que, muy a su pesar, habr¨¢ de abandonar su pretensi¨®n de hacer pol¨ªtica de centro-izquierda para convertirse en lo que realrnente tiene posibilidades de ser: el gran partido conservador. Prueba de que ese es su inevitable destino es el Gobierno que acaba de formar, dominado en lo econ¨®mico por los grandes intereses financieros que presentan como ejecutores de sus dictados a antiguos tecn¨®cratas de L¨®pez Rod¨® adobados con algunos socialdem¨®cratas que, al aceptar formar parte de ese Gobierno, han perdido de inmediato su identidad como primer paso para su pr¨®xima desaparici¨®n como tal partido socialdem¨®crata. Los antiguos colaboradores de L¨®pez Rod¨® saben que no pueden hacer un plan de estabilizaci¨®n siguiendo el modelo patentado por ellos mismos en el a?o 1959 porque Su¨¢rez no les va a dejar hacerlo cara a las elecciones municipales. Pero es que tampoco pueden hacer uno menos conservador, porque no se lo van a permitir los intereses que representan. Para estabilizar el voto socialdem¨®crata, Su¨¢rez habr¨ªa de permitir el renacimiento de Alianza Popular, y eso es mucho permitir.
Vay¨¢monos al campo socialista. Felipe Gonz¨¢lez pretende, evidentemente, absorber a los socialdem¨®cratas que pronto se van a desenga?ar de la pol¨ªtica econ¨®mica suarista y organizar un gran partido de corte europeo donde quepa un ala derecha socialdem¨®crata capaz de capitalizar los votos de las clases medias. Hay que reconocer que Gonz¨¢lez tiene mayores posibilidades de conseguir su prop¨®sito que el presidente Su¨¢rez, pero tampoco va a encontrar un camino f¨¢cil para ello. En efecto, la consolidaci¨®n de una corriente claramente socialdem¨®crata en el PSOE ha de pasar necesariamente por la eliminaci¨®n de los grupos m¨¢s izquierdistas de ese partido, que ya est¨¢n creando numerosos problemas a la ejecutiva; pero esa eliminaci¨®n habr¨¢ de llevarse a cabo con un extremo cuidado, porque as¨ª como el esp¨ªritu de Alianza Popular pudiera ser una amenaza futura para la UCD, el eurocomunista PCE, u otro grupo, puede captar el ala izquierda del PSOE. En este punto, ser¨ªa importante conocer hasta d¨®nde llega la moderaci¨®n de la clase obrera espa?ola y cu¨¢nto tiempo va a perdurar. Si los trabajadores consideran suficiente una pol¨ªtica socialdem¨®crata, Gonz¨¢lez puede permitirse el lujo de prescindir del ala izquierda de su partido.
Pero el PSOE se encuentra todav¨ªa con una dificultad m¨¢s. Seg¨²n todos los indicios, el partido re¨²ne en la actualidad dos caracteres a destacar: por un lado, su ausencia de t¨¦cnicos econ¨®micos de alto nivel, y, por otro, la incipiente rigidez en la estructura interna de su organizaci¨®n. Si el PSOE pretende atraer a su seno profesionales de prestigio -que los necesita-, sus bases militantes no van a recibir muy complacidas que su entrada se realice por arriba; esta sospecha est¨¢ retrayendo actualmente,a socialdem¨®cratas, socialistas de Tierno e independientes que, en principio, estar¨ªan dispuestos a colaborar con el PSOE.
En resumen, pensamos que existe una tercera v¨ªa de centro en la poblaci¨®n espa?ola; que Su¨¢rez no va a poder canalizarla; que a Gonz¨¢lez le va a ser dif¨ªcil hacerlo, y que alguien podr¨ªa articularla pol¨ªticamente. Lo que no se sabe es qui¨¦n osar¨¢ intentarlo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.