La escasez de guarder¨ªas agrava el problema de la primera formaci¨®n de los ni?os
M¨¢s de 60.000 ni?os espa?oles asisten diariamente a guarder¨ªas infantiles. Sus padres, la mayor¨ªa pertenecientes a la poblaci¨®n laboral, encomiendan el primer contacto de sus hijos con el mundo de la ense?anza y la educaci¨®n socializada a entidades que se debaten en arduos problemas derivados ya no s¨®lo del escaso e insuficiente n¨²mero de las mismas, sino de su propia organizaci¨®n de fuertes necesidades. La gravedad del problema tampoco es ajena a las instancias oficiales, quienes a trav¨¦s del INCIE (Instituto Nacional de Ciencias de la Educaci¨®n) han organizado un simposio, a celebrar en octubre, para tratar el tema, por primera vez en Espa?a, a nivel estatal. Mar¨ªa Angeles Arregui y Javier Garc¨ªa S¨¢nchez adelantan en este informe parte de la problem¨¢tica que ha de servir de tema a la convenci¨®n.
La necesidad de crear guarder¨ªas se debe a la incorporaci¨®n masiva de la mujer al trabajo en el medio urbano. Al menos esta es la definici¨®n dada por la Direcci¨®n General de Asistencia y Servicios Sociales del Ministerio de Trabajo, que en un futuro pr¨®ximo pasar¨¢ a formar parte del reci¨¦n creado Ministerio de Sanidad y Seguridad Social, que en su orden de 12 de febrero de 1974 dec¨ªa as¨ª: ?Son guarder¨ªas infantiles laborales las que, sin ¨¢nimo de lucro, tengan por finalidad esencial la custodia y cuidado de los hijos de la mujer trabajadora por cuenta ajena, menores de seis a?os, durante la jornada de trabajo de aquella y, potestativamente, la educaci¨®n preescolar de los mismos.? Este art¨ªculo todav¨ªa insuficiente es, sin embargo, un gran paso adelante con respecto a la situaci¨®n en que se hallan otras guarder¨ªas, como las particulares o las pertenecientes a diversas instituciones.Con respecto a las guarder¨ªas laborales, los problemas m¨¢s inminentes se plantean a un nivel econ¨®mico. Es decir, el presupuesto dado por el Fondo Nacional de Protecci¨®n al Trabajo ha de repartirse entre todas las guarder¨ªas existentes en Espa?a, buscando la rentabilidad de ¨¦stas con respecto al n¨²mero de ni?os que acojan.
El total de guarder¨ªas laborales existentes en Espa?a es de 539, contando con las de pr¨®xima construcci¨®n. De ellas 93 se hallan en Madrid y acogen aproximadamente a unos 13.000 ni?os. En toda Espa?a, el n¨²mero de ni?os que asisten a estas guarder¨ªas oscila alrededor de 60.000. El presupuesto concedido para ellas ascendi¨® el a?o pasado a 450 millones de pesetas. As¨ª se intenta planificar el m¨ªnimo de espacio vital, el m¨ªnimo de educadores necesarios para atender a los ni?os con respecto a su edad y su n¨²mero. Es evidente que esta pol¨ªtica de ahorro, unida a la necesidad de crear m¨¢s guarder¨ªas, cuando tambi¨¦n habr¨ªa que mejorar las
ya existentes, es la causa de que a veces d¨¦ la impresi¨®n de que los ni?os est¨¢n aparcados en garajes, en lugar de ser atendidos debidamente.
Ense?anza y educaci¨®n
No es lo mismo ense?anza que educaci¨®n. Es preciso distinguir ambos conceptos, so pena de confundir unos conceptos evaluables, que ser¨ªan la ense?anza, con un proceso globalizado en la mente del ni?o, que constituir¨ªa la educaci¨®n. En primer lugar podr¨ªa cuestionarse si la educaci¨®n preescolar puede adelantarse en alg¨²n a?o al que est¨¢ establecida, y la posibilidad de que esta ense?anza se impartiera en centros destinados a menores de seis a?os. Este es un punto que puede llegar a ser conflictivo desde el momento en que choca la mentalidad de los padres, impulsados por su propio sentido de competitividad, con el nuevo concepto de la ense?anza. Este nuevo concepto est¨¢ basado en la experiencia que confirma que la asistencia a una guarder¨ªa ayuda m¨¢s a aumentar el rendimiento escolar posterior que la asistencia a una clase preescolar.Desde esta ¨®ptica no s¨®lo queda claro que la educaci¨®n, el proceso de socializaci¨®n del ni?o es anterior y primordial a la posesi¨®n de unos determinados conocimientos, sino que se entrev¨¦ el adelanto intelectual que supondr¨ªa para los ni?os el haber asistido a un jard¨ªn de infancia desde su m¨¢s temprana edad.
Actualmente, estos pensamientos rozan la utop¨ªa cuando se intenta ejercerlos en la pr¨¢ctica, ya que el problema econ¨®mico lo cuestiona y codifica todo. La falta de recursos impide ocuparse de otras necesidades que no sean las b¨¢sicas y, de momento, remediar la comida, el aseo. En general, proporcionar una vida digna a los ninos es un lujo inalcanzable. Sin embargo, se intenta cubrir alg¨²n fin pedag¨®gico, y proyectos en este sentido no faltan. La Coordinadora de Guarder¨ªas, organismo que intenta agrupar a todos los trabajadores de ¨¦stas, y bajo cuya direcci¨®n se hallan unas sesenta en Madrid, organizadas, respectivamente, en seis zonas: Ventas, San Blas, Chamart¨ªn, Vallecas, Getafe y Moratalaz, admite como l¨ªneas generales en su programa los siguientes puntos:
1. Conciencia clara de que la educaci¨®n comienza desde los primeros momentos de la vida, y que, por tanto, la funci¨®n de esta Coordinadora es espec¨ªficamente educativa.
2. Educaci¨®n programada, hecha y trabajada en su totalidad en grupo.
3. Educaci¨®n en la libertad: autonom¨ªa, esp¨ªritu creativo, conciencia cr¨ªtica.
4. Continua preocupaci¨®n, investigaci¨®n y profundizaci¨®n en el mundo del ni?o.
5. Preocupaci¨®n por el medio social del ni?o, ense?anza popular.
6. Educaci¨®n globalizada, individualizada y potenciadora de la persona.
Ideolog¨ªas y guarder¨ªas
Al hablar de objetivos comunes para todas las guarder¨ªas, de directrices ¨²nicas, no podemos olvidar que ¨¦stas han de gestionarse contando con todo aquel al que afecte el problema. Unas l¨ªneas a seguir dictadas desde arriba corren el riesgo de perderse en consideraciones secundarias a los problemas m¨¢s acuciantes. Es a quienes trabajan las guarder¨ªas y a los padres a quienes corresponde delimitar las funciones, el futuro y orientaci¨®n de las mismas, as¨ª como elaborar proyectos y dictar normas.La educaci¨®n, a todos los niveles, cumple una funci¨®n social. En este sentido, la misma diversificaci¨®n de guarder¨ªas y de la ense?anza que se podr¨ªa impartir en ellas seg¨²n categor¨ªas econ¨®micas, fomenta las mismas diferencias sociales. El ni?o, desde su m¨¢s corta infancia, est¨¢ mediatizado por las circunstancias en las que le ha tocado desarrollarse irremediablemente. El riesgo que entra?a la funci¨®n social de la ense?anza estribar¨ªa en que por unos cauces o por otros, se podr¨ªa dar una precoz politizaci¨®n de los ni?os. Es decir, seg¨²n la tendencia pol¨ªtica de los educadores y directores de guarder¨ªas, los ni?os estar¨ªan sometidos a una ideolog¨ªa determinada cuando a¨²n no son capaces de asimilarla.
El abuso ideol¨®gico de los ni?os es quiz¨¢ la cuesti¨®n m¨¢s comprometida que se presenta, al comp¨¢s de que vaya haciendo efectiva la libertad de opini¨®n. Para resolver esto ser¨ªa necesario partir de que al ni?o hay que educarlo como persona, no como ente pol¨ªtico. En este sentido, la Coordinadora de Guarder¨ªas, en una de sus l¨ªneas generales de actuaci¨®n, destaca el sentido cr¨ªtico que debe inculcarse al ni?o, en vez de dogmatizar con ¨¦l y dirigirlo sobre unas l¨ªneas establecidas.
Ense?anza gratuita
Ante esta cantidad de problemas, se hace imprescindible potenciar una ense?anza gratuita y popular que sirviera de plataforma para futuros logros. Por ello es preciso que haga falta algo m¨¢s que un papel en el Ayuntamiento por el que una guarder¨ªa se equipara a un negocio cualquiera, es preciso que los ni?os -y los padres- no tengan como ¨²nica esperanza el contar con la buena voluntad de los educadores, directores, funcionarios y dem¨¢s personal inmiscuido en ellas, para tener una cierta y justa seguridad en su mantenimiento. La subvenci¨®n, concepto caritativo de la ¨¦poca franquista, que m¨¢s bien parece que arregle con parches de buena voluntad lo que necesita de renovaciones profundas, es una realidad que tiene que acabar. Hablar en t¨¦rminos de subvenci¨®n significa proteger a familias o ni?os de pocos recursos, cuando la formaci¨®n de los mismos y el trabajo de los padres es un derecho indiscutible.Los ni?os a¨²n son responsabilidad casi exclusiva de las madres, lo cual significa que, a corto plazo, solucionar el problema de las guarder¨ªas beneficia sobre todo a la mujer. Tradicionalmente, los movimientos feministas y las mujeres asociadas como amas de casa han reivindicado la construcci¨®n de centros para asistir a sus hijos, bien sea en los lugares de trabajo o de estudio, bien sea en los barrios. Sin embargo, aunque el resultado de la existencia de guarder¨ªas repercuta en la mujer y sea ella la que, junto con el ni?o, reciba efectivamente ese beneficio; no intentar dar una salida m¨¢s positiva a sus problemas puede suponer que el trabajo de la mujer no sea considerado necesario m¨¢s que en unos momentos determinados, y que su tarea primordial pase a ser, como siempre, la de cuidar la casa.
Afortunadamente, estos conceptos est¨¢n cambiando, pero habr¨¢ que adecuarlos a la realidad. No habr¨¢ madres capaces de aportar algo a sus hijos mientras se pudran en las casas, y menos a¨²n cuando tenian que sobrellevar un peso excesivo para cualquier ser humano. Las guarder¨ªas, pues, son un paso, un peque?o paso, hacia la realizaci¨®n de la mujer.
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