Entre la ciencia y la pol¨ªtica: los hospitales para "disidentes" en la URSS
Hoy se inicia en Honolul¨² el VI Congreso Mundial de Siquiatr¨ªa M¨¢s de 5.000 m¨¦dicos, en representaci¨®n de 75 sociedades nacionales, se reunir¨¢n hasta el 6 de septiembre en esta isla del Pac¨ªfico. Se espera que las discusiones, estrictamente cient¨ªficas, derivar¨¢n hacia un tema pol¨ªtico y pol¨¦mico: obtener de las m¨¢s altas instancias internacionales la condena oficial de la utilizaci¨®n pol¨ªtica de la siquiatr¨ªa que lleva a cabo la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Boukovski, pionero en M¨¦xico
Ya en el ¨²ltimo Congreso, celebrado en M¨¦xico a finales de 1971, la comunidad siqui¨¢trica internacional empez¨® a mostrar inquietud por los primeros testimonios de tratamientos de quimioterapia aplicados a los disidentes sovi¨¦ticos; fue decisivo en este aspecto el informe enviado por el escritor VIadimir Boukovski: prisionero en dos ocasiones, su informe, de cerca de cuatrocientas p¨¢ginas, expon¨ªa el caso de numerosos disidentes internados en cl¨ªnicas siqui¨¢tricas por razones pol¨ªticas. Los debates de M¨¦xico, con motivo de la recepci¨®n de dicho informe, empezaron dentro de una gran confusi¨®n. En la sesi¨®n inaugural, el presidente del congreso, doctor Ram¨®n de la Fuente, declar¨®: ?Si silenciamos este abuso, cargaremos nuestras conciencias con un peso intolerable.? Sin embargo, el secretario general de la Asociaci¨®n Mundial de Siquiatr¨ªa, el brit¨¢nico Dennis Leigh, no se mostr¨® partidario de polarizar el congreso en esta direcci¨®n porque su mayor preocupaci¨®n era evitar la ruptura de la comunidad cient¨ªfica internacional: la delegaci¨®n sovi¨¦tica, apoyada por los representantes checoslovacos, ya hab¨ªa manifestado con claridad que si la cuesti¨®n se debat¨ªa, abandonar¨ªa oficialmente el congreso.
Desviaci¨®n de la siquiatr¨ªa
Los siquiatras franceses rechazaron colectivamente someter al congreso una moci¨®n del doctor Henri Ey que condenaba al mismo tiempo los excesos de la antisiquiatr¨ªa y la desviaci¨®n de la siquiatr¨ªa con fines pol¨ªticos. Otras posibles iniciativas, nacidas de congresistas motivados pero aislados, morir¨ªan antes de nacer. El resultado final de los debates de M¨¦xico ser¨ªa muy parecido a su inicio: la confusi¨®n y el miedo al fracaso.Poco tiempo despu¨¦s, Viktor Fainberg, obrero sovi¨¦tico, casado con Marina Voikhariskaya, siquiatra de Leningrado, declarar¨ªa a ra¨ªz de su liberaci¨®n que durante el congreso de M¨¦xico, y por miedo a una ?condena?, los tratamientos se hab¨ªan dulcificado.
Testimonios de los disidentes
Actualmente, los datos del problema han variado considerablemente; principalmente porque no se pueden ignorar los numerosos testimonios de los disidentes puestos en libertad y sus descripciones de los tratamientos sufridos: comas insul¨ªnicos, inyecciones de aceite sulfuroso, quimioterapias masivas, etc¨¦tera.Existe un libro reciente, Russia's Political Hospital, donde se recogen m¨¢s de doscientos casos que dejan ver los expeditivos procedimientos .de internamiento, los sorprendentes diagn¨®sticos y las condiciones de vida en estos hospitales ?especiales?, donde los siquiatras ejercen bajo la autoridad directa del ministro del Interior; de su lectura queda bastante claro que la finalidad de los tratamientos es punitiva y no terap¨¦utica.
En la mayor¨ªa de los pa¨ªses democr¨¢ticos, los siquiatras, conmovidos por estos testimonios, han empezado a crear organizaciones para protestar contra estas pr¨¢cticas, especialmente en Gran Breta?a, Francia, Estados Unidos y Suiza. Los esfuerzos conjuntos de estos grupos han contribuido en cierta medida a la soluci¨®n de algunos casos concretos, como el del siquiatra rumano Ion Vianu.
Argentina y Africa del Sur
El problema, sin embargo, no es s¨®lo el de la URSS, y en este sentido, los delegados en Honolul¨² piensan poner sobre el tapete al menos dos casos m¨¢s: Africa del Sur y Argentina, donde empiezan a proliferar los casos de profesionales desaparecidos, simplemente por ejercer una profesi¨®n que implica necesariamente la libertad de pensamiento y de expresi¨®n. Pese a lo anterior, el problema m¨¢s serio que se va a tratar en Hawai va a ser, sin duda, el de la Uni¨®n Sovi¨¦tica.La preparaci¨®n del congreso ha dado lugar a tensiones en torno al tema, por el temor de algunos a que se eludan nuevamente estas cuestiones; sin embargo, el temor no tiene mucho fundamento, dada la presi¨®n moral que existe por parte de miles de profesionales del mundo entero. En este sentido, hay que constatar que la Asociaci¨®n Mundial de Siquiatr¨ªa, dirigida por un comit¨¦ de seis miembros, uno de ellos el profesor sovi¨¦tico Vartanian, ha aceptado ya de entrada la organizaci¨®n de debates p¨²blicos en el curso de los cuales puedan abordarse estos temas. En concreto, est¨¢n ya previstos dos debates, uno sobre los casos constatados de abuso y otro sobre la ¨¦tica del siquiatra. Sobre estos debates, ya se han escuchado duras cr¨ªticas, pues por una parte los oradores no dispondr¨¢n m¨¢s que de diez minutos, y por otra, el presidente de la sesi¨®n podr¨¢, en todo momento y seg¨²n su criterio, cortar el sonido a la sala ?si ello es necesario para asegurar el orden y el decoro?...
No habr¨¢ condena formal de la URSS
Si se produce una condena -el Royal College of Psyquiatry brit¨¢nico va a proponer una moci¨®n en este sentido- de la utilizaci¨®n de la siquiatr¨ªa en la URSS, lo m¨¢s probable es que se retire no s¨®lo la delegaci¨®n sovi¨¦tica, sino la de algunos de los pa¨ªses de Europa oriental y del Tercer Mundo, que no querr¨¢n romper sus buenas relaciones con la URSS ni servir de instrumento a una posible utilizaci¨®n ideol¨®gica de signo b¨¢sicamente antisovi¨¦tico. Por otra parte, aunque la batalla promete ser dura, hay ciertos factores que hacen pensar que esta condena formal no se producir¨¢. En efecto, algunas sociedades de siquiatr¨ªa, escandinavas y holandesas, juzgan m¨¢s eficaz intentar la persuasi¨®n que el estallido que sin duda se producir¨ªa, con el fracaso consiguiente del congreso.Otras organizaciones han pensado -en previsi¨®n de un posible escamoteo- en la conveniencia de una reuni¨®n p¨²blica dedicada expresamente a este tema, que se realizar¨ªa al margen del congreso. Apoyan esta idea, entre otros grupos, el Working Group ingl¨¦s y Amnist¨ªa Internacional, que presentar¨¢ un amplio informe sobre la siquiatr¨ªa punitiva.
Sin duda, en la gran sensibilidad demostrada por la mayor¨ªa de los siquiatras occidentales hacia el tema de los internamientos pol¨ªticos en la URSS, existe algo m¨¢s que una preocupaci¨®n de tipo humanitario y ¨¦tico; existe tambi¨¦n el rechazo simult¨¢neo de ciertas formas de atenci¨®n siqui¨¢trica que se utilizan en Occidente y que muchos de ellos denuncian con vehemencia: en definitiva se trata de no ser c¨®mplices.
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