La lesi¨®n de Jensen hundi¨® al Madrid
El Madrid perdi¨® su primer encuentro de la temporada oficial ante un equipo que jug¨® bien como tal, s¨®lo en el segundo tiempo. El Salamanca, en la primera mitad, qued¨® casi reducido a ese prodigio de jugador que es Alves; en la segunda, favorecido por el gol con que se encontr¨® de salida y por la ausencia de Jensen en el Madrid, mand¨® sobre el campo y justific¨® su victoria. En cuanto al Madrid, jug¨® bien mientras estuvo Jensen en el campo. Luego todo qued¨® en manos de Juanito.El partido result¨® interesante desde un punto de vista t¨¢ctico. Los dos entrenadores decidieron librar batalla en el centro del campo y dejar en punta s¨®lo a dos hombres, reforzables espor¨¢dicamente por alguno de los de la media en un continuo intento de sorprender a la defensa contraria. Por el Salamanca quedaban en punta los dos extremos, B¨¢ez y Juanito, marcados, respectivamente, por Sol y Benito -¨¦ste actu¨® como lateral-, con Pirri como l¨ªbero. Un poco m¨¢s atr¨¢s que ellos, entre el centro del campo y la media punta, Alves era pist¨®n, cerebro y rematador del equipo y daba un soberbio curso de f¨²tbol a pesar del marcaje del mejor especialista nacional: Camacho. En la media, Tom¨¦, Angel y Corominas trataban de completar el trabajo de Alves y de obstruir las acciones de la legi¨®n de centrocampistas madridistas: Wolff, Del Bosque, Stielike y Jensen. El Juanito madridista era marcado por Enrique -Corominas en la segunda mitad, porque marcar a Juanito un partido entero es algo que pocos pueden soportar- y Roberto por Pedraza. Bustillo quedaba como l¨ªbero en el Salamanca -Pirri lo era en el Madrid- y Albaladejo se emparejaba con ¨¦l en la defensa, prudente, temeroso de alg¨²n fallo en el sistema de contenci¨®n.
El partido se planteaba as¨ª como una batalla en el centro del campo, donde el. Madrid tej¨ªa el juego pesadamente -se recurri¨® poco a Jensen-, mientras que el Salamanca lo fiaba todo a la impresionante calidad de Alves. El Madrid dominaba territorialmente porque el excesivo retraso de Albaladejo le daba una ventaja num¨¦rica en las acciones del centro del campo, y su juego aparec¨ªa como bien armado y continuo, con destellos de brillantez en algunas acciones de Juanito. Mientras Jensen estuvo sobre el campo -gracias a ¨¦l y a ese retraso de Albaladejo-, el Madrid fue mejor, domin¨® y fue justo que se adelantara en el marcador, si bien el Salamanca cre¨® siempre peligro, algunas veces por el lado de B¨¢ez, que pod¨ªa con Sol, y las m¨¢s por Alves, que, aparte de su excelente trabajo de construcci¨®n de juego, se mostr¨® como un gran chutador y oblig¨® a Garc¨ªa Rem¨®n a buenas paradas.
Jensen se march¨® pasada la media hora, y su sustituto, Vitoria, no sirvi¨® m¨¢s que para perseguir a Angel tenazmente por todo el campo. El Madrid perdi¨® ah¨ª parte de su gas. Ocurri¨® adem¨¢s que en el primer minuto de la segunda parte el Salamanca se encontr¨® con un gol tras varios rebotes a la salida de una falta, y eso le hizo crecerse y adelantar a Albaladejo para buscar con ardor la victoria. La segunda mitad fue una continua presi¨®n sobre el medio campo del Madrid, con Alves siempre como gran armador y un enorme sacrificio colectivo por parte del resto. El Madrid aguantaba bastante bien, pero no se desdoblaba lo preciso. Se le echaba el bal¨®n a Juanito y all¨¢ se las compusiese ¨¦l. La fatiga de algunos y el exceso de comodidad de otros -tipo Wolff- impidi¨® al Madrid pisar seriamente el campo contrario hasta muy al final, cuando el Salamanca, ya por delante en el marcador, cedi¨® terreno. A ¨²ltima hora, Santillana entr¨® con el equipo a buscar balones altos, y Stielike tuvo cerca el empate, con un impresionante ca?onazo que desvi¨® D'Alessandro. Pero se consum¨® la derrota. Gan¨® el equipo que fue a m¨¢s durante el partido, y perdi¨® el que fue para abajo.
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