Ni siquiera la bendici¨®n papal
Sin grandes datos a¨²n para formular conclusiones en profundidad, hay, s¨ª, elementos iniciales bastantes para suponer que tampoco se obtuvo nada sustancial de Roma.Roma, en efecto, no parece abrir otros canales a la negociaci¨®n concordataria al margen de los que siguen ambas partes a trav¨¦s de la Nunciatura de Madrid. Seguramente al Gobierno espa?ol le hubiese complacido mucho -de ah¨ª las recientes manifestaciones del ministro espa?ol de Asuntos Exteriores- que Roma le dejase las manos libres en cuestiones tales como el d¨ªvorcio y la ense?anza.
4 septiembre
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