La zanahoria y el palo

La ?cumbre? de dictadores m¨¢s grande que jam¨¢s haya visto la historia de Washington se est¨¢ celebrando hoy, de manera informal, con motivo de la firma del nuevo tratado sobre el canal de Panam¨¢. La reuni¨®n, a la que tambi¨¦n asisten algunos presidente! elegidos, refleja ostensiblemente la contradicci¨®n habitual que preside, desde los felices a?os veinte, la pol¨ªtica exterior hacia Am¨¦rica Latina.La pol¨ªtica del llamado buen vecino, que estimul¨® el presidente Roosevelt, junto con la creciente presencia econ¨®mica y pol¨ªtica norteamericana y que fue consagrada m¨¢s tarde por Kennedy, bajo el manto de la Alianza para el Progreso, tiene las contradicciones que la sabidur¨ªa popular americana ha resumido como the carott and the stick Ga zanahoria y el palo).

Carter est¨¢ dando suficientes muestras de ser fiel seguidor de esta pol¨ªtica pragm¨¢tica. Y ah¨ª est¨¢n, por ejemplo, el viaje del se?or Todman, por America Latina, predicando los derechos humanos y lavando la imagen de crueldad internacional que ganaron dicta dores como Pinochet o Videla, mientras, por otro lado, se reduce la ayuda exterior a esos reg¨ªmenes.

La Casa Blanca se enfrenta con los represores latinoamericanos, pero a continuaci¨®n les ofrece la dulce zanahoria de un aval internacional que nunca han tenido. La fotograf¨ªa de hoy en Washington -convertida en foro para las figuras m¨¢s negras de la pol¨ªtica latinoamericana, con alguna honrosa excepci¨®n- puede ser hist¨®rica.