China corrige su pasado y busca un puesto entre los grandes
Los d¨ªas 21 y 22 de diciembre de 1964 Chu En-lai present¨® ante los 3.040 delegados de la III Asamblea Nacional del Pueblo Chino su ?Informe sobre las actividades del Gobierno?, especificando, por primera vez, ?las perspectivas de desarrollo nacional? que deben colocar a China en el grupo de cabeza de las naciones industriales en el a?o 2000.El informe, conocido como Las cuatro modernizaciones, inclu¨ªa una primera fase de quince a?os, hasta 1980, con adecuaci¨®n a las directivas del III, IV y V Plan Quinquenal. A partir de aquella fecha se iniciar¨ªa una segunda fase, la de las cuatro modernizaciones propiamente dichas: agricultura, industria, defensa y tecnolog¨ªa.
Luego lleg¨® la Revoluci¨®n Cultural y el extremismo de izquierda margin¨® de la gesti¨®n a los t¨¦cnicos que ya hab¨ªan soportado un fracaso con el Gran salto adelante (1958-1960) y que tras algunas dificultades ten¨ªan de nuevo la posibilidad de rehacer su imagen y llevar a cabo la pol¨ªtica realista que de cuando en cuando tanto asustaba al presidente Mao.
La lucha entre facciones a lo largo de la Revoluci¨®n Cultural se prolong¨® hasta 1973. El X Congreso del PC chino recuperaba para la vida pol¨ªtica activa a hombres como Teng Hsiao-ping, v¨ªctima preferida del ya configurado grupo de Changai, Huang Hua y Chi Peng-fei, antiguo ministro de Asuntos Exteriores e ¨ªntimo de Chu En-lai, que antes de 1973 hab¨ªa conseguido esquivar ataques en masa contra su persona.
Sin embargo, el 9 de mayo de 1974 el primer ministro ingres¨® en el hospital de Pek¨ªn aquejado de una dolencia card¨ªaca y Teng Hsiao-ping, como jefe de Gobierno interino, prepar¨® la IV Asamblea Nacional del Pueblo Chino, que ratificar¨ªa en enero de 1975 el programa de Las cuatro modernizaciones, para lo cual se inici¨® una campa?a a favor de la unidad y el orden.
Con Chu En-lai apartado de la pol¨ªtica y Mao recluido en la Ciudad Prohibida, bajo continuo tratamiento m¨¦dico, los propagandistas de la Revoluci¨®n Cultural, Chang Chun-chiao y Yao Wen-yuan inician, a mediados de 1975, lo que ser¨ªa la batalla decisiva por la herencia pol¨ªtica del Gran Timonel.
La mayor lucha en el seno del partido
Cuando Hua Kuo-feng fue nombrado primer ministro, en 1976, y la campa?a contra ?el viento desviacionista de derechas? (manejada por la conocida banda de los cuatro) alcanza su esplendor, el pueblo chino comenta sin paliativos que ?no entiende lo que pasa?. La decimoprimera lucha en el seno del PCC estaba al margen de las masas. La gente se pregunta: ?Hacia d¨®nde va China muerto Chu en-lai?, ?qui¨¦n es Hua Kuo-feng y qu¨¦ sabe hacer? Inmediatamente reciben una respuesta oficial que serv¨ªa, adem¨¢s, para legitimar al flamante jefe del Gobierno: ?Contigo al frente de los asuntos estoy tranquilo?, le hab¨ªa: dicho Mao Tse-tung.Hua, reci¨¦n llegado a la c¨²spide y poco experimentado en las tareas de gobierno, se rode¨® de los antiguos amigos de Chu En-lai: Li Hsien-nien, Chi Teng-kuei y los militares Yeh Chien-ying y Chen Hsi-lien.
Hoy hace un a?o, el destino de China se jug¨® a una sola carta. Los graves problemas econ¨®micos, herencia de los tumultuosos a?os anteriores, requieren medidas eficaces y realistas y no sobresaturaci¨®n ideol¨®gica. Compa?eros de los cientos de personas que murieron a manos de la milicia en la manifestaci¨®n de la noche del 5 de abril de 1976 en la plaza Tien An Men, de Pek¨ªn, se lanzaron espont¨¢nea mente a la calle al conocerse la ca¨ªda de los cuatro. Fue una especie de consulta popular que demostr¨® a los nuevos dirigentes de Pek¨ªn el arraigo de su pol¨ªtica pragm¨¢tica.
Cuando acab¨® la crisis de 1976 China recobraba con trece a?os de retraso un programa pol¨ªtico y econ¨®mico que parec¨ªa perdido definitivamente, pero Hua Kuo-feng se encarg¨® de recordarlo en su discurso ante la asamblea de la industria china el pasado mes de diciembre: unidad, orden y productividad son la base del nuevo trabajo.
Dif¨ªcil camino hasta el siglo XXI
Al margen de los discursos oficiales y del reconocimiento oficial por el XI Congreso del PCC de la l¨ªnea econ¨®mica de Chu En-lai, la pr¨¢ctica de los ¨²ltimos meses demuestra una democratizaci¨®n en la vida de la Rep¨²blica Popular. Claude Cadart, en su otra Les deux morts de Mao Tse-tung (Las dos muertes de Mao Tse-tung), estima acertadamente que el grupo de pol¨ªticos moderados creen en formas democr¨¢ticas y saben conjugarlas con la disciplina y el orden que requieren las actuales circunstancias de crisis econ¨®mica. No en vano el ataque preferido de los llamados radicales contra este tipo de hombres era calificarles de ?dem¨®cratas burgueses?. Lo cierto es que paulatinamente la literatura y el arte en general de China est¨¢ saliendo de la dictadura impuesta por Chian Ching durante la Revoluci¨®n Cultural.De todas formas, el cumplimiento de Las cuatro modernizaciones antes de fin de siglo encontrar¨¢ obst¨¢culos de tipo econ¨®mico, social y pol¨ªtico.
La propia agencia Nueva China informaba el pasado mes de julio del descenso en la producci¨®n petrol¨ªfera de la Rep¨²blica Popular, y la C¨¢mara de Comercio japonesa comunic¨® un mes antes sobre la necesidad de Pek¨ªn de importar grano. Junto a estos problemas, de falta de operatividad hay que unir el nuevo debate sobre la oportunidad de conceder incentivos,materiales a los trabajadores para aumentar la producci¨®n.
Mientras tanto, los enfrentamientos sociales prosiguen. Los partidarios de la banda de los cuatro no son tan pocos como asegura el Gobierno central ni tantos como dicen ciertos c¨ªrculos mao¨ªstas occidentales. En provincias como Honan, Kiangsi, Liaoning, Fukien y Anuei perviven dirigentes izquierdistas que no se resignan a ceder sus puestos a sus antiguos enemigos de la Revoluci¨®n Cultural ni someterse sin lucha a las nuevas orientaciones del partido.
De acuerdo con la experiencia de los ¨²ltimos a?os en China y las estructuras pol¨ªticas que rigen en otros pa¨ªses socialistas sobre la concentraci¨®n de poder en una sola persona, en Occidente se especula con el enfrentamiento inevitable entre Hua Kuo-feng y Teng Hsiao-ping en un futuro no muy lejano. La lucha entre estos dos hombres como mucho conviene tenerla en reserva. Ninguno de los dos, haci¨¦ndose con todo el poder, podr¨ªan asumir el papel de creador de ideolog¨ªa y poseer el carisma que en su d¨ªa tuvo Mao. Asimismo, si de la colaboraci¨®n entre ambos se pudo acabar con el izquierdismo en el partido, nada indica que no vayan a seguir colaborando. Hua ha intentado la cohesi¨®n del partido, y Teng, al asumir el cargo de primer ministro, probablemente tras la VI Asamblea Nacional, que podr¨ªa celebrarse en enero de 1978, poniendo en marcha las directrices econ¨®micas de modernizaci¨®n en el pa¨ªs y el ej¨¦rcito.
Las discrepancias pol¨ªticas llegar¨¢n, tal vez, sobre el alcance y la forma de una ?desmaoizaci¨®n? que aparece ya en algunos aspectos de la vida china. En Kuantung, base importante de la l¨ªnea moderada, se public¨® recientemente un documento que cuestiona la hasta ahora inefabilidad de criterio de Mao y se supone que los dirigentes de esta provincia y miembros del Bur¨® Pol¨ªtico Wei Kuo-ching y el general Su Shi-yu est¨¢n al corriente del escrito.
Lo cierto es que la China del 2000 se aproximar¨¢ m¨¢s a la idea, que ten¨ªa Chu En-lai de la misma que a la expresada por Mao en los a?os sesenta. La campa?a de las Cien Flores y del Gran Salto Adelante, fracasos de la pol¨ªtica mao¨ªsta, vuelve a la actualidad. Hay un deseo de corregir etapas del pasado, y el pasado fue Mao.
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