El PSOE pidi¨® la dimisi¨®n de Mart¨ªn Villa y del gobernador de Santander

El Pleno del Congreso de Diputados se inici¨® en un ambiente de gran tensi¨®n. Fuera del recinto de las Cortes, numeros¨ªsimas fuerzas de orden p¨²blico, a caballo, en jeep, a pie y rodeando materialmente el edificio y las zonas colindantes, imped¨ªan el acceso a las personas que no justificaran su asistencia al acto.Al parecer, se hab¨ªan producido amenazas de atentados por parte de grupos extraparlamentarios de extrema derecha. La Polic¨ªa Armada, directamente afectada por el debate que pocos minutos despu¨¦s se producir¨ªa en el hemiciclo, no impidi¨® que varios centenares de personas cantaran el Cara al Sol junto al edificio de las Cortes y expresaran su adhesi¨®n a las propias fuerzas de orden p¨²blico.

Las c¨¢maras de televisi¨®n extranjeras, el incesante p¨²blico que pretend¨ªa acceder a las tribunas, el lleno hasta el completo de los lugares reservados para la prensa y el ambiente trepidante en los pasillos del palacio de la carrera de San Jer¨®nimo, registraban un acontecimiento excepcional: por primera vez, despu¨¦s de cuarenta .a?os, iba a ponerse en tela de juicio la actitud de las fuerzas de orden p¨²blico ante un diputado, producto precisamente del sufragio universal y la democracia inorg¨¢nica denostados durante la, reciente dictadura.

Antes de comenzar el Pleno se distribuy¨® el informe gubernativo sobre el incidente de Jaime Blanco.

La sesi¨®n se inici¨® bajo la presidencia de Fernando Alvarez de Miranda -quien pidi¨® a los senadores que se situaran en la ¨²ltima fila del hemiciclo-, como en los mejores tiempos franquistas. Para el punto primero -constituci¨®n de las comisiones de Asuntos Exteriores, JIusticia, Presupuestos, Interior, Educaci¨®n, Trabajo y Cultura- todo fueron unanimidades, y en diez minutos se ventil¨® el asunto.

El tema capital del Pleno -la agresi¨®n policial al diputado Jaime Blanco- fue abordada con gran rapidez.

Los miembros del Gobierno, encabezados por su presidente, Adolfo Su¨¢rez, y los tres vicepresidentes, teniente general Guti¨¦rrez Mellado -de paisano-, Enrique Fuentes Quintana y Fernando Abril, mostraban el aire festivo habitual en todos los Plenos de las Cortes -org¨¢nicas e inorg¨¢nicas-, aunque un punto menos joviales que en otras ocasiones. Los saludos y los abrazos de los miembros del Gobierno y de los diputados del partido gubernamental iban destinados a Rodolfo Mart¨ªn Villa, a qui en se le deseaba suerte, como a quien va a superar un examen dif¨ªcil.

Y comenz¨® el punto segundo del orden del d¨ªa, con la lectura por parte del secretario primero, Jos¨¦ Luis Ruiz Navarro, del informe parlamentario elaborado por ¨¦l y por Pablo Castellano sobre el incidentede las fuerzas de orden p¨²blico con el diputado socialista Jaime Blanco.

Al margen de las conclusiones, ya conocidas, el informe parlamentario alude al nerviosismo Policial y a la existencia del famoso personaje, polic¨ªa armado y zapatero en una sola pieza, cuya intervenci¨®n en los hechos no ha podido eludirse. ?El iba armado -dice textualmente el informe oficial-, porque lo va siempre, y vestido con una chaqueta marr¨®n.?

La relaci¨®n de conclusiones -incluidos hechos incuestionables y hechos contradictorios- arroja un saldo muy favorable a la actitud del diputado socialista, mientras que deja en entredicho a determinados miembros de las fuerzas de orden p¨²blico.

Mart¨ªn Villa, duro

De ah¨ª que la intervenci¨®n del ministro del Interior, Rodolfo Mart¨ªn Villa -que se apoy¨® en el informe del subdirector general de Seguridad, se?or S¨¢inz-, no contradijera sustacialmente el informe parlamentario, si bien entr¨® en consideraciones generales tendentes, quiz¨¢, a no rebajar la moral de las fuerzas a sus ¨®rdenes, que cayeron como un jarro de agua fr¨ªa sobre el hemiciclo. Bueno, sobre la parte izquierdista del hemiciclo, que no aplaudi¨® al se?or Mart¨ªn Villa y que incluso pate¨® al final de su'intervenci¨®n, al igual que un sector de la tribuna p¨²blica, al que el presidente del Congreso amenaz¨® con desalojar.

Rodolfo Mart¨ªn Villa -cuya intervenci¨®n dur¨® menos de media hora- parti¨® del car¨¢cter incidental del suceso, tras una manifestaci¨®n celebrada ?a la inglesa?, esto es, sin intervenci¨®n de las fuerzas de orden p¨²blico, sino s¨®lo de la Polic¨ªa Municipal (la observaci¨®n origin¨® rumores). Al t¨¦rmino de la manifestaci¨®n, el diputado socialista interfiri¨® la actuaci¨®n de las fuerzas de orden p¨²blico contra un agresor que, por culpa del se?or Blanco, se dio a la fuga.

Esta teor¨ªa, con los datos a?adidos de la velocidad del se?or Blanco, quien salt¨® ?por encima de una mesa? del bar en que se encontraba cuando se dirigi¨® hacia la Polic¨ªa Armada, que ten¨ªa en el suelo a un hombre, fundament¨® la argumentaci¨®n del ministro del Interior, quien provoc¨® las risas de parte de los diputados cuando se preocup¨® de resaltar que el golpe propinado en la cabeza del diputado se?or Blanco provino de un polic¨ªa armado que ?acababa de llegar? al lugar del suceso.

Buenas palabras

Por lo dem¨¢s, el se?or Mart¨ªn Villa expres¨® sus respetos a los diputados; su convicci¨®n de que sobre las responsabilidades posibles s¨®lo corresponde decidir a la autoridad judicial, y dio noticia del expediente reglamentario iniciado a algunos de los agentes de orden p¨²blico implicados en el caso.

Asegur¨®, adem¨¢s, que los esfuerzos gubernamentales se orientan a que las fuerzas de orden p¨²blico sirvan fielmente al Estado, a pesar de tratamiento intolerable de que est¨¢n siendo objeto en la calle. Lleg¨® a pedir a sus se?or¨ªas que presten a las fuerzas de orden p¨²blico el respeto que merecen como parte integrante del pueblo, y asegur¨® que no regatear¨¢n sacrificios para proteger las libertades y derechos ciudadanos, pese a los esfuerzos ?de uno y otro lado?, para desestabilizar la situaci¨®n pol¨ªtica actual.

Aludi¨® tambi¨¦n el se?or Mart¨ªn Villa a los esfuerzos normativos, que se realizan en los ¨²ltimos tiempos y a los proyectos.de modificaci¨®n de los planes de formaci¨®n policiales, y se refiri¨® al peligro que suponen los grupos que quieren implantarla violencia.?La calle -dijo- no es para tenerla ni para tomarla.?

Por ¨²ltimo, el ministro del Interior se refiri¨® al mandato con el que el Gobierno sah¨® de las urnas, en favor de los derechos y de la autoridad, especialmente necesaria esta ¨²ltima -seg¨²n dijo-, en momentos de transici¨®n.

Al t¨¦rmino de las palabras de se?or Mart¨ªn Villa, que fueron acogidas con aplausos derechistas silencio de la izquierda y alg¨²n pateo, el presidente del Congreso anunci¨® un descanso para debatir en el seno de la Mesa, las mociones de los distintos grupos parlamen tarlos, antes de reanudar la sesi¨®n.

En los pasillos, el discurso de se?or Mart¨ªn Villa fue considerado por los sectores parlamentarios de izquierda como muy duro, por lo sectores minoritarios o independientes, como innecesariamente duro en algunos pasajes, y por algunos diputados de UCD, como demasiado largo.