La Soledad, causa m¨¢s frecuente de la desesperaci¨®n y el suicidio
?C¨®mo se genera la desesperaci¨®n de una persona cuando aquella llega a su l¨ªmite, a ese l¨ªmite del que muchas veces no hay regreso? ?Cu¨¢l es el proceso, paso a paso, de los peores momentos de un ser humano?Una entidad brit¨¢nica ha conseguido averiguar algo de todo esto, haciendo p¨²blico, con sus conclusiones, lo que m¨¢s o menos todos sab¨ªamos de las crisis de angustia. El National Nightline Service, equivalente al espa?ol tel¨¦fono de la esperanza, funciona en todos los centros universitarios de Gran Breta?a, bajo una coordinaci¨®n central. Su funci¨®n es la de asesorar y tranquilizar a los comunicantes que llaman cuando se sienten tensos, apurados o tristes.
Los mismos problemas
Tras meses de experiencia, uno de estos centros se ha decidido a elaborar un informe, en colaboraci¨®n con el diario The Guardian. El National Nightline Service, de la Universidad de Reading, localidad que hizo c¨¦lebre la prisi¨®n de Oscar Wilde, ha hecho p¨²blicos algunos de los motivos que, seg¨²n los an¨®nimos o no an¨®nimos demandantes de ayuda, llevan a los seres humanos a los m¨¢s s¨®rdidos sufrimientos. ?Cu¨¢les son esos motivos?El informe redactado y hecho p¨²blico subraya la soledad -sexual o de otro car¨¢cter-, la depresi¨®n, los problemas con el novio o la novia, la tensi¨®n del trabajo y de los ex¨¢menes, los problemas de vivienda y los problemas de identidad sexual. Curiosamente, se afirma tambi¨¦n que los m¨¢s vulnerables a estas dif¨ªciles situaciones por las que, en mayor o menor medida, atraviesan todos los seres humanos, son, en aquella Universidad, los varones extranjeros.
Los problemas calificados por el National Nightline Service como fuentes de desesperaci¨®n vienen a coincidir b¨¢sicamente con los datos facilitados por otros consultorios de este tipo o diferentes, por multitud de cl¨ªnicas o sanatorios de todo el mundo. Los datos del centro brit¨¢nico muestran algunas de las caracter¨ªsticas de lo que la sicolog¨ªa actual de las- profundidades califica como crisis de angustia.
La ?crisis de angustia?
?Qu¨¦ es la crisis de angustia? Es un mismo proceso, vivido de infinidad de modos y en lenguajes muy variados. La crisis de angustia se presenta unas veces en t¨¦rminos completamente s¨ªquicos y as¨ª es vivida por su protagonista, como un hecho absolutamente mental.En otras ocasiones, quiz¨¢ las m¨¢s, surge como un hecho som¨¢tico, como s¨ªntoma corporal. Sucede as¨ª que mientras numerosas personas son conscientes de su crisis de angustia con una terrible lucidez, otras s¨®lo saben que se ?sienten mal, de modo repentino y sin saber por qu¨¦?. Se trata en este ¨²ltimo caso de un sorprendente e inesperado dolor en el m¨¢s insospechado ¨®rgano o de un repentino malestar producido en alguna zona del cuerpo, sin justificaci¨®n etiol¨®gica alguna. Bien se produzca el malestar sintom¨¢tico por primera vez o bien todo suceda ?igual que otras veces?, no se sabe c¨®mo viene ni c¨®mo se va.
Cuando la crisis de angustia se vive de modo somatizado, se constata tambi¨¦n la frecuencia con la que ciertos ¨®rganos o sistemas del organismo se ven afectados. El sistema neurovegetativo es uno de los m¨¢s destacados traductores al lenguaje som¨¢tico del malestar s¨ªquico. Extra?as crisis card¨ªacas, en personas no aquejadas en absoluto por lesiones org¨¢nicas, palpitaciones inesperadas, sudores fr¨ªos, n¨¢useas o dolores de est¨®mago, accesos de profundo debilitamiento asociados a mareos o sensaciones de p¨¦rdida de fuerza en las piernas, crisis de agitaci¨®n generadoras de deseos de huir o correr, ganas de gritar en el primer per¨ªodo del sue?o o incluso en situaciones de vigilia como pueden ser un viaje en Metro o autob¨²s... Los aparatos digestivos y cardiovascular suelen ser los m¨¢s testimoniales de la crisis. Dolores de est¨®mago, ahogos respiratorios, jaquecas, pinchazos de todo tipo y una infinidad de los m¨¢s variados y curiosos s¨ªntomas dan fe de la frecuencia cotidiana con la que las crisis de angustia afectan corporalmente a millones de seres humanos. En todo caso, el elenco completo del abanico de posibilidades con las que un organismo puede expresar la angustia de su propietario, aparece escrito en cualquier prospecto de los que acompa?an una cajita de Valium, Huberples, Librium, o similar. All¨ª aparecen mencionados, con un indefinido etc¨¦tera, algunas de las m¨²ltiples v¨ªas que el cuerpo humano tiene para dar la alerta ante los problemas s¨ªquicos.
G¨¦nesis y desenlace
Otras veces, la crisis de angustia es vivida de un modo preferentemente mental. Aunque todo transtorno s¨ªquico tiene siempre una dimensi¨®n corp¨®rea; y toda alteraci¨®n som¨¢tica afecta a nuestra situaci¨®n an¨ªmica, la crisis puede escoger una de estas dos versiones para expresarse. Cuando la angustia adopta un lenguaje puramente s¨ªquico, la persona se ve quiz¨¢ m¨¢s afectada y sorprendida. La raz¨®n es obvia; mientras en la crisis som¨¢tica uno sabe a quien acudir: m¨¦dicos, cl¨ªnicas, etc¨¦tera; en el caso de que el conflicto se patentice en su expresi¨®n dominantemente mental, el afectado no suele saber qu¨¦ hacer ni a qui¨¦n acudir.Sin embargo, la ra¨ªz de la crisis es la misma as¨ª como tambi¨¦n su desarrollo y desenlace suelen ser id¨¦nticos. Primero, una especie de golpe sorpresivo. A continuaci¨®n un in crescendo que hace aumentar el miedo de quien est¨¢ viviendo la crisis, haci¨¦ndole temer un extra?o desenlace. ??Ser¨¢ esto un ataque al coraz¨®n?? ??Una perforaci¨®n de intestino...?? ??Un derrame cerebral...??; son algunas de las preguntas que se hace el individuo en crisis. Ante lo sorpresivo del ataque, no cabe pensar en enfemedades o tendencias patol¨®gizas habituales, por lo cual el afectado se ve obligado a pensar lo peor. Cree ser la v¨ªctima de esa situaci¨®n, aunque tal vez no sea la primera vez que ¨¦sta se produce, que lo que le sucede es la aparici¨®n repentina y fulminante de un fatal transtorno org¨¢nico que conducir¨¢ a un desenlace inminente.
Transcurrido ese movimiento creciente y alcanzado un punto m¨¢ximo, aqu¨ª es donde tiene lugar la diversidad de salidas. Lo ordinario suele ser la autodisoluci¨®n de la crisis en una fuerte disensi¨®n que se puede resolver en sue?o, ganas de llorar, gritos, acceso de c¨®lera, u otras caracter¨ªsticas org¨¢nicas y s¨ªquicas de relajaci¨®n.
Otras veces, los afectados se ayudan a superar la crisis -cada d¨ªa en mayor medida- con recursos auxiliares: un calmante, una copa de alcohol, una voraz corrida, la satisfacci¨®n de cualquier necesidad fisiol¨®gica... En ocasiones, el recurso empleado es s¨ªquico: la llamada telef¨®nica a una persona amiga, la consulta a un sic¨®logo, el tel¨¦fono de la esperanza, la asistencia a un mitin o un partido de f¨²tbol, la visita a una iglesia...
Y, otras, las menos, el desenlace la desesperaci¨®n o el suicidio, m¨¢s temido generalmente que real.
Soledad
Lo que patentizan los datos facilitados por el National Nightline Service brit¨¢nico es que las crisis de angustia son id¨¦nticas en todas las latitudes, como id¨¦nticos son los s¨ªntomas y desenlaces de las mismas, as¨ª como sus causas.Y aqu¨ª est¨¢ la aparente novedad del informe brit¨¢nico. La soledad es la causa principal de las crisis de angustia. Una soledad que no es simple separaci¨®n f¨ªsica o aislamiento corporal, sino, en profundidad, carencia de s¨®lidas relaciones interpersonales. Indviduos muy integrados, en apariencia, en equipos de trabajo, ambientes de diversi¨®n, grupos pol¨ªtico, matrimonios normales, etc¨¦tera, son, en numerosas ocasiones, los protagonistas de tremendas crisis de soledad. Una soledad que no siempre acaba, afortunadamente, en el suicidio, pero que, como indica el nombre del tel¨¦fono de la esperanza brit¨¢nico -National Nightline Service (Servicio Nacional de Asistencia Nocturna)-, surge en la noche de las relaciones humanas.
Situaciones de ausencia de luz, fines de semana, peque?os problemas, sirven para desencadenar la dura conciencia de una honda soledad, de una ausencia de relaciones amorosas y profundas, que conduce a millones de personas a sus diarias crisis de angustia y, a algunas otras, pocas, por fortuna, a la desesperaci¨®n y al suicidio.
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