Las Palmas robo un punto de Vallecas
El Rayo hizo disfrutar a su afici¨®n con un f¨²tbol r¨¢pido, bien armado y con cierta calidad, pero la desgracia le neg¨® el triunfo. Aunque lo peor del equipo madrile?o fue el ataque, lo cierto es que su insistente dominio y su f¨²tbol f¨¢cil en el centro del campo le hicieron merecer m¨¢s tantos. Las Palmas se encontr¨® con su gol cuando ya hab¨ªa renunciado al ataque.Jug¨® bien el Rayo, con gran direcci¨®n de Ferm¨ªn en la media, y destacada labor individual de casi todos sus componentes. Su juego se bas¨® as¨ª viene siendo desde la temporada anterior- en la permuta de posiciones entre los hombres de la media y la delantera. Alvarito y Gonz¨¢lez, en punta, intentan sus penetraciones por cualquier zona del ataque, y con sus movimientos abren pasillos para que se incorporen a la delantera Rial o Francisco. Ferm¨ªn, situado m¨¢s atr¨¢s, es el hombre que distribuye balones y dirige los movimientos de sus compa?eros. Ante Las Palmas, este sistema funcion¨® bien porque los jugadores rayistas fueron en casi todos los casos superiores a sus oponentes canarios, en especial en rapidez, tanto individual como en las acciones de apoyo.Las Palmas, que caus¨® una gran impresi¨®n en los primeros diez minutos, se present¨® con un cuatro-tres-tres r¨ªgido, y su buen f¨²tbol inicial se diluy¨® pronto porque el Rayo, por velociqad y acierto, le desbord¨® en todas las zonas. El equipo canario jug¨® todo el encuentro inc¨®modo, dominado y en riesgo continuo de encajar gol, porque no hab¨ªa freno para los rayistas en el centro del campo. Pero a los de Vallecas les falt¨® acierto en el ataque, en lasjugadas que son puramente de vanguardia. Alvarito puso af¨¢n, pero acert¨® poco, y Francisco tampoco colabor¨® mucho. Eso hizo queel buen juego local se tradujese casi unicamente en disparos lejanos o en saques de esquina. Pese a todo, Carnevali tuvo que intervenir frecuentemente, y en ocasiones con mucho m¨¦rito.
Miguel Mu?oz, aunque la suerte le acompa?ara despu¨¦s, fue quiz¨¢ demasiado prudente cuando a los diez minutos de comenzado el se gundo tiempo sacrificaba a uno de sus tres delanteros, Juani, para colocar otro centrocampista. Esto significa dar m¨¢s metros al Rayo de ventaja y acercar m¨¢s el centro de gravedad del juego al ¨¢rea de Carnevali, y a la larga se not¨®, pues el dominio del Rayo fue a¨²n m¨¢s intenso en la segunda parte que en la primera. Por eso, cuando a los cin co minutos de ese cambio, el Rayo consegu¨ªa, a la salida del c¨®rner, su gol, el triunfo de los locales parec¨ªa asegurado. Pero no mucho despu¨¦s, Las Palmas cazaba un tanto casi sin quererlo, en un pase adelantado a Morete al que la de fensa rayista trat¨®, sin conseguirlo, de dejar en fuera de juego. Fue un gol acaso inmerecido, tanto por que el once canario nunca hab¨ªa creado ocasiones como porque a ra¨ªz del citado cambio parec¨ªa renunciar casi completamente al ataque. Pero la fortuna que se le hab¨ªa negado al Rayo favoreci¨® al Las Palmas, y el empate subi¨® al marcador. Luego, m¨¢s dominio del Rayo, m¨¢s ocasiones, m¨¢s falta de facilidad en la delantera y m¨¢s paradas de Carnevali. El Rayo vio c¨®mo poco a pocose iban escapan de todas las jugadas del gol que trabajosamente su buen centro del campo -en el que s¨®lo fallaba Land¨¢buru- sab¨ªa facilitar a la delantera y tuvo que ver con tristeza c¨®mo se escapaba el positivo conseguido seis d¨ªas antes en Alicante. El punto ya es irrecuperable, pero la mejor¨ªa del Rayo con respecto a su anterior encuentro en casa -contra el Santander- fue evidente, y eso puede servir como consuelo.
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