El tractorismo como soluci¨®n a los problemas del campo

?Los tractores volver¨¢n a las carreteras si la Administraci¨®n no autoriza urgentemente unos precios justos y rentables para los productos agrarios.?En estos t¨¦rminos, la Coordinadora de Organizaciones Campesinas del Estado Espa?ol amenaza al pa¨ªs si sus peticiones de incrementos de precios no son atendidas en toda su amplitud.

Las reuniones en el Fondo de Regulaci¨®n de Precios y Productos Agrarios (Forppa), que tienen como objetivo ir solucionando los problemas que van surgiendo a lo largo de la campa?a, fijar los precios de los productos agrarios o prestar ayudas econ¨®micas a los sectores que en un momento dado las necesitan, han comenzado con la novedad, sobre a?os anteriores, de haber entrado a formar parte de ellas representantes de las m¨²ltiples agrupaciones agrarias existentes en nuestro pa¨ªs con una corta historia y, por tanto, con una desconocida representatividad.

As¨ª, las reuniones que hasta ahora daban cabida a los verticalistas sindicatos agrarios, encabezados por Luis Mombiedro de la Torre, se han convertido en encuentros multipartidistas en donde tienen cabida desde ARA a la Coordinadora Estatal de Agricultores y Ganaderos, pasando por la CEOE y varias agrupaciones regionalistas agrarias.

Se pod¨ªa esperar que con este nuevo enfoque y el enriquecimiento que supone la entrada de estos grupos, la pol¨ªtica agraria seguida en nuestro pa¨ªs pudiese entrar en v¨ªas de cambio. Nada m¨¢s lejos de la realidad. Empezamos por una descalificaci¨®n mutua entre las siglas representadas en las reuniones, seguimos con amenazas a, sacar los tractores si no se ven satisfechas las demandas de precios solicitadas.

Impert¨¦rritos, los ciudadanos de este pa¨ªs contemplan c¨®mo el campo agoniza y c¨®mo toda una serie de medidas imaginativas que cabr¨ªa tomar duermen el sue?o de los justos por una pol¨ªtica m¨¢s simplista y de mejores resultados a corto plazo, con lo que ello supone de captura de votos para unas asociaciones, agrupaciones o grupos que en estos momentos est¨¢n sedientos de base.

Que nadie piense que los representantes agrarios contemplan con una visi¨®n amplia y profunda los problemas de nuestro campo. No. Que hace falta variar radicalmente la estructura de la tierra en Espa?a, no es importante. Que ser¨ªa deseable una participaci¨®n del agricultor en el valor a?adido del producto agrario, parece no importar. Que hacen falta escuelas y equipamientos sociales en las ¨¢reas agr¨ªcolas espa?olas, eso lleva tiempo. Que es primordial un racional plan de cultivos, es muy complejo. Que hay que acercar la industrializaci¨®n de los productos agrarios al campo, eso parece ser secundario. En fin, que hay que intentar modificar la propiedad de la tierra en Espa?a, eso es demasiado pretencioso y m¨¢s vale dejarlo para m¨¢s adelante.

Mientras tanto, los representantes agrarios espa?oles se debaten en la pol¨ªtica que el franquismo les ha acostumbrado a golpe de decreto: subir los precios. En mayor o menor medida, pero subir los precios. Comprender que subir los precios agrarios de forma desaforada incide de forma total en el desarrollo inflacionista espa?ol, cuando menos parece no importar. Los precios es la soluci¨®n que ofrece mejores triunfos a corto plazo, que es lo que interesa, y, mientras tanto, el campo espa?ol agoniza sin que parezca importar ni a las agrupaciones campesinas ni al Gobierno.

M¨¢s precios, m¨¢s subvenciones, o de los contrario... ?tractores fuera!